Oportunidad histórica: camino sin bloqueo ni lista sucia

Estados Unidos tiene esta última semana de octubre la oportunidad histórica de alzar su mano a favor de levantar el bloqueo contra Cuba, ya anacrónico, rancio, y llevarlo a la práctica, en caso de continuar un triunfo demócrata…

Son cada vez más las voces que comparten este criterio en redes sociales y otros espacios en Internet, a pesar de resultar algo difícil por el entramado de leyes creadas en más de sesenta años, pero algo que el presidente de esa nación puede lograr o al menos intentar como hizo Barack Obama palidamente tratando de conseguir su objetivo de derrotar a la Revolución cubana por otros métodos, como reconoció el propio 44º presidente de los EE:UU. (2009-2017).

Entonces como ahora los asediados aceptamos el reto, como otros tantos, al tiempo que enfrentamos la invasión militar mercenaria, ataques terroristas y todo tipo de acciones, vencidas como si los millones de dólares invertidos en esos planes inútiles no pudieran doblegar la resistencia de todo un pueblo.

Los efectos de la guerra económica no han cesado ni un solo día y son conocidos por más del 80% de la población cubana, que solo conoce un país con bloqueo, víctima de un genocidio, que este miércoles y desde hace ya más de treinta años tendrá nuevamente rotundo rechazo de la Asamblea General de las Naciones Unidas y apoyará la Resolución A/79/80: “Necesidad de poner fin al bloqueo económico, comercial y financiero impuesto por los Estados Unidos de América contra Cuba”, que presentará el canciller de Cuba, Bruno Rodríguez Parrilla.

Las familias en el país lo sienten en el desabastecimiento, los precios excesivos y los salarios devaluados, y vale recordar los grandes esfuerzos del Gobierno cubano para garantizar la canasta básica a la población a pesar de las trabas impuestas.

Esos gastos se habrían podido cubrir con un tercio del costo de las afectaciones del bloqueo, causantes de diversas violaciones contra el derecho a la vida, la educación, el progreso y el bienestar de los cubanos por los elevados costos por reubicación geográfica del comercio, las afectaciones a la producción y los servicios y los obstáculos para acceder a tecnologías avanzadas.

Durante la intervención del Canciller cubano en el plenario del 79 periodo de sesiones de la Asamblea General, en Nueva York, alzaremos otra vez la voz en repudio a la arbitraria inclusión de Cuba en la lista de países patrocinadores del terrorismo, encaminada a intensificar el mal llamado embargo, sin un argumento válido ni razonable para la permanencia de Cuba en ese espurio registro.

A inicios de septiembre último el destacado intelectual español Ignacio Ramonet envió una carta abierta al presidente JoeBiden, con el título: ¡Saque a Cuba de la lista de patrocinadores del terrorismo!, cuyo texto fue suscrito por “un número importante de personalidades, movimientos sociales, sindicatos, asociaciones humanitarias y organizaciones no gubernamentales del mundo”.

El documento le recuerda al mandatario el “acto de justicia y de lucidez política” de la Administración del expresidente Barack Obama, y “de la cual usted formaba parte”, al retirar a Cuba de esa lista en 2015.

Prosigue y enfatiza la misiva: “Durante el Gobierno de Barack Obama, siendo usted Vice-presidente de los Estados Unidos, se pudo en efecto avanzar hacia una normalización de las relaciones diplomáticas entre dos vecinos con sistemas políticos diferentes pero dispuestos a entenderse en base al respeto mutuo”.

Sin dudas, un paso muy positivo que el mundo reclama para forjar, por fin, la relación más constructiva que necesitan ambos países y las naciones del orbe, que seguro volverán a apostar ahora por un camino sin bloqueo ni sucias listas.

(*) Colaborador

Otros artículos del autor:

Isla de la Juventud Opinión
Diego Rodríguez Molina
Diego Rodríguez Molina

Licenciado en Periodismo en la Universidad de La Habana.

Colaboradores:

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *