La representación mental de aquella época y hurgar en los días distantes –y tan cercanos– de la creación ejemplar de José Julián Martí Pérez, conducen a la verdad histórica salida de los textos ante los ojos llenos de admiración por el genial líder.
Con su prédica incesante convence: “Los cubanos han entendido que para vencer a un adversario deshecho lo único que necesitan es unirse”.
En un artículo publicado en el libro Siete enfoques marxistas sobre José Martí, del Centro de Estudios Martianos, el extinto intelectual Juan Marinello Vidaurreta indica: “Las experiencias que abonaron la fundación del Partido Revolucionario Cubano (PRC) son incontables. Nuestro héroe percibe en los parajes más diversos el modo en que los partidos políticos enmascaraban la verdad y la traicionaban”.
También subraya el brillante ensayista: “Ese equilibrio en que se suman la sabiduría de lo inmediato y la firme voluntad redentora, hacen del PRC una obra maestra de estrategia y táctica revolucionarias”.
Martí aprovecha las enseñanzas de lo ocurrido en las anteriores guerras en Cuba y aunque enfrenta grandes obstáculos: divisiones existentes entre los caudillos revolucionarios cubanos (civiles y militares), entre la nueva y la vieja generación, prejuicios raciales, así como las ideas autonomistas y anexionistas logra, el diez de abril de 1892, constituir el PRC.
Así aúna en un frente común a los clubes de la emigración de Tampa, Cayo Hueso, Nueva York y Filadelfia en Estados Unidos, a las organizaciones de diversas ideologías y composición social en el país, al rico, obrero, al negro, al blanco, a los jóvenes, a los escépticos…, también consigue atraer a los jefes militares veteranos de gran prestigio de la fracasada Guerra del ‘68 como los Mayores Generales Máximo Gómez Báez, Antonio Maceo Grajales,
Carlos Roloff Mialofsky, junto a Julio Sanguily Garrite.
¿Qué objetivo persigue? Quiere convencer a hombres y mujeres de la necesidad de un único partido político para estructurar la Guerra Necesaria que derrote a los enemigos colonialistas, imperialistas y oligárquicos, trajera la independencia de Cuba y auxiliara la lucha en Puerto Rico. Esta figura histórica universal les trasmite una ideología y proyección política.
El PRC funciona de modo eficaz, es un complejo de organizaciones, posee bases programáticas, estatutos aprobados de forma democrática y una definida línea antimperialista.
En un discurso en Dos Ríos el destacado intelectual y combatiente revolucionario, doctor Armando Hart Dávalos(ya fallecido) subraya: “Martí, a quien se le plantea la necesidad de unificar el mando de la lucha armada, tiene tal claridad en el asunto que lleva ese mismo principio no solo a lo militar, sino, incluso a la política. Porque, como ha dicho Fidel, ‘organizó un solo Partido de la independencia’”.
A 131 años de la fundación del PRC constituye, dado su principio de la unidad, un imponderable arsenal en el combate por mantener la soberanía del país y la prevalencia de la justicia social y la
dignificación plena del ser humano.
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