Nombres graficados por su entrega

Los latidos del corazón de un obrero de la gráfica, pudiera catalogarlos como amplios y variados, según el contexto en el que trabajen, ya sea desde la creación de conceptos visuales hasta la ejecución final de diseños para diversos medios.

Foto: Gloria Morales Campanioni (*)

Son intensos con sus habilidades artísticas y tecnológicas para comunicar ideas a través de imágenes y el diseño de páginas web, materiales impresos, logotipos, publicitarios, así como la identidad corporativa de una marca, en lo cual combinan tipografía, imágenes y color .

Durante la celebración del Día del Trabajador Gráfico este dos de agosto, en homenaje a Alfredo López Arencibia, quien naciera en igual fecha de 1894 y se desempeñó como trabajador de ese sector, conversé con dos reconocidos trabajadores de la empresa Industrias Locales, estimulados por su amplia hoja de haber.

Por sus manos han pasado decenas de folletos, volantes, carteles, identidad visual de marcas, logotipos y paletas de colores para cada proyecto, garantizando la coherencia visual del diseño gráfico, ya sea en la estrategia de comunicación y marketing de las empresas, o en los productos impresos.
“Cuando se explora el mundo del diseño gráfico, se descubre un amplio abanico de especializaciones y enfoques que podemos hacer en nuestro oficio, tan diverso, complejo y creativo.

“Ahora apenas tenemos máquinas para suplir las demandas de organismos, pero con las existentes cumplimos. Llevo más de cincuenta años en la actividad, he preparado a jóvenes en este arte, ahora con serias dificultades por la propia coyuntura económica que vive el país.

“Adquirir materias primas se le hace complejo al sector por los altos precios, pero nada nos impide superar esas barreras si queremos cumplir con el encargo social. Lo mismo aprovechamos una hoja usada que ahorramos cada centímetro de recurso”, expresa Gilberto Bell Machirán.

Foto: Gloria Morales Campanioni (*)

Anaisa Torres Sánchez, habla con igual entrega: “Siento orgullo de ser trabajadora de la gráfica, fue lo que estudié en la escuela Alfredo López, en honor al destacado dirigente sindical que combatió con tenacidad al régimen dictatorial de Gerardo Machado.

“Él también sintió una gran preocupación por la superación de los trabajadores y en este sentido colaboró activamente con Julio Antonio Mella en la Universidad Popular José Martí.

“Allí aprendí de su legado, cómo tuvo que ver con la fundación, en 1925, de la Confederación Nacional Obrera de Cuba, a la que definió como el instrumento idóneo para resistir la política represiva de la tiranía machadista. Él fue considerado como el alma de la unidad de los trabajadores.

“Hace unos años me reubicaron en el poblado La Fe por problemas con la transportación pero siempre que vengo al Taller de la Gráfica de Industrias Locales no puedo evitar las lágrimas; mi vida la formé entre ese olor a tinta, ese mundo del texto y el de las imágenes, partiendo de la correspondencia que ofrece el concepto de estructura o relación entre las partes de un cuerpo, para enfocarme en las cualidades del dibujo, la tipología del texto y la geometría de la superficie gráfica”, concluye Anaisa minutos después de ser reconocida por sus más de 40 años en la actividad, donde labora desde 1983.

(*) Colaboradora

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