No hay otro camino

Redacción Digital

Hasta el Primer Festival Internacional Granma Rebelde, que tuvo por sede la capital cubana el pasado fin de semana, llegó una representación del pinero periódico Victoria para intercambiar experiencias, conocer de novedosos proyectos nacionales y de otros países en la comunicación social y mostrar también prácticas propias que trascienden al mundo como parte de la batalla cubana y latinoamericana contra la hegemonía imperial y la colonización cultural que nos imponen.

Suplementos como el Pinero, dedicado a los temas históricos; Opción Futuro, para los jóvenes; Cotorrín, de los pioneros; Canarreos, desde y para las comunidades; y AlSur, del ámbito cultural, son algunas de las publicaciones que en las plataformas impresa y digital muestran la incansable labor de un pequeño colectivo periodístico que desde la Isla de la Juventud no deja de soñar ni de atreverse a ir por más para su público local y los lectores de Cuba y el mundo.

El joven director del medio, Gerardo Mayet Cruz, encabezó la representación del medio, la cual incluyó ejemplares impresos y otras muestras, y que junto a órganos nacionales y provinciales no deja de buscar nuevos caminos de respaldar con la verdad y sin manipulación la lucha universal en defensa de la justicia, la soberanía y la cooperación.

Las preguntas de los asistentes nacionales y extranjeros al recinto ferial en la Estación Cultural de Línea y 18, en el Vedado habanero fueron constantes, así como el interés por conocer lo logrado por el medio que –si bien se ajusta a su línea editorial y al ámbito territorial donde nació– se aparta del aldeano vanidoso que criticara Martí, para universalizar el municipio y hacer de esa singularidad una de sus mayores fortalezas en permanente vínculo con las comunidades, por eso lo mostrado en el estand se convirtió en vivo espacio para compartir y pensar.

Los más de ocho suplementos de la edición impresa y la web que nos representaron junto a ediciones especiales y otras muestras no solo trascendieron allá, pues antes propiciaron aquí valiosos intercambios.

Entre estos estuvieron los encuentros sostenidos con pobladores del reparto Juan Delio Chacón y otros barrios a propósito de la publicación de Canarreos, donde no solo escuchamos opiniones, sugerencias y necesidades informativas de los lectores, sino que también encontramos propuestas de soluciones colectivas de problemas como la higiene.

De igual forma, al mejoramiento del servicio telefónico contribuyó el diálogo de los trabajadores del medio en la comunidad agrícola Roberto Orestes Moreno, entre otros ejemplos dignos de recordar cuando está a punto de concluir el año 59 nuestro colectivo en su aleccionadora misión.

Durante este tiempo, además de reflejar las transformaciones de la ínsula donde Fidel dejó huella de sus ideas más avanzadas, su infinita confianza en los jóvenes y su pensamiento humanista y universal, sigue acompañando sus sueños y dando pruebas de creatividad sin pausa.

Entre otros exponentes de ese quehacer ingenioso recuerdo cuando en los años adversos del período especial en la década del ’90 del pasado siglo, y el periódico tuvo que reducir páginas y frecuencia, surgieron iniciativas como la de la llamada Página Cinco que prolongaba en la emisora local sus contenidos, la salida de la edición digital al ciberespacio y el nacimiento de suplementos que son mucho más que publicaciones.

Tal práctica trasciende el evento internacional que reunió a delegados de más de 30 países, ante quienes se mostró lo hecho en la aplicación de nuevas tecnologías, pero sobre todo intercambió acerca de los desafíos ante las amenazas a nuestros pueblos y a la paz, así como la urgencia de defender verdades que silencian y tergiversan el imperio y sus cómplices.

Las publicaciones y experiencias mostradas en el referido foro, entre las que sobresalen las del periódico de la provincia de Sancti Spíritus, evidencian el momento de madurez política alcanzado por la prensa cubana, que hoy profundiza en el diálogo hacia lo interno y con sus públicos en torno a la transformación del modelo de prensa pública que quieren los destinatarios y necesita este país asediado por guerreristas disfrazados de “pacifistas”, pero que no cree en los cantos de sirena de odiadores y pregoneros de noticias falsas y calumnias.

Así, desde los modestos aportes del terruño e incluso las inconformidades, pero con un gran compromiso con la Revolución y la humanidad, contribuimos los pineros a la mayor inserción de Cuba en los movimientos de la izquierda y sus festivales, sobre todo en Europa durante el otoño, como parte de la ofensiva antimperialista llamada a consolidar espacios de integración entre pueblos, organizaciones y medios contra la colonización cultural neoliberal que esclaviza y atonta.

No hay otro camino en favor del progreso, la paz sin máscaras de los premios Nobel, la esperanza que nos una y enaltezca y la verdad que solo puede lograr un sistema de prensa auténticamente público, al servicio del pueblo.

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Isla de la Juventud Opinión
Diego Rodríguez Molina
Diego Rodríguez Molina

Licenciado en Periodismo en la Universidad de La Habana.

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