
Obras de arte con letras mayúsculas, pues su belleza cautiva por igual a niños y adultos, así las definió el reconocido crítico de arte Javier Negrín Ruiz en las palabras al catálogo y todo el público asistente a su inauguración concordó, al igual que quienes han visitado la galería de arte Martha Machado Cuní atraídos por la inusual muestra.

Sí, por primera vez la principal galería de arte del territorio acoge una exposición personal de medios de enseñanza del nivel educativo primera infancia. Inaugurada el 11 de enero, lleva por nombre Sueños y colores y su artífice es la educadora musical Yohanna Carreño Pérez, trabajadora del círculo infantil Los Mambisitos.

Un total de 28 piezas concebidas en papier maché componen la entrega, que atrapa por el evidente amor, talento y creatividad puestos en cada una. Animales, cocinas en miniatura, títeres y mucho más se pueden disfrutar allí, un verdadero regalo a los ojos y el alma.
“En ellas se aprecia cómo trabajar con los niños en las diferentes dimensiones en las áreas de estética, comunicación, motricidad… y para el resto del proceso docente educativo”, explicó Yohanna, quien ha dedicado 32 años de su vida a quienes saben querer y 25 a la labor de educadora musical.

Emocionada ante la tremenda acogida de su propuesta dijo en entrevista:
“Ha sido sensacional. Están por supuesto mis compañeras y todas las de la primera infancia porque somos una gran familia.
“Soy empírica. Desde que ocupé esta plaza y ante la escasez de los medios para trabajar los confecciono. Además, en el montaje de cada una de mis obras, siempre trato de amenizarlas con un material didáctico. Consigo algo por aquí o por allá. Muchas veces compro la pintura al precio que sea, porque lo que me interesa es que mis niños gocen de lo que hago y se lleven hacia sus casas mejores conocimientos.
“Es grandioso verlos cómo se relacionan con los medios, identifican muchos de los animales con sus personajes y ves cómo utilizan las frases de educación formal, eso me enorgullece”.

Previo a la apertura oficial de dos números culturales protagonizados por pequeños de La Edad de Oro, un sucu suco, y otro por las trabajadoras de Los Mambisitos, una coreografía al ritmo de un popurrí de canciones cubanas, disfrutaron quienes asistieron a la Martha.
Empezando el 2025 la Martha Machado se viste de la imaginación y esperanza salidas de un sentimiento genuino, del amor por lo que se hace y sentido de pertenencia que emanan de las palabras de Yohanna cuando habla de “mis niños”, como si cada pequeñín fuera propio; así los siente y para ellos sus desvelos en obras mágicas que dotan sus días de sueños y colores.
