Marco Rubio, bolsonarista

Una vieja amistad. Jair Bolsonaro junto al entonces senador Marco Rubio durante un encuentro en Florida en 2020. Foto: Alan Santos/PR

En el mismo tono en que el canciller de Trump, Marco Rubio, elogiaba y calificaba de pronorteamericanos y grandes amigos de Estados Unidos a algunos gobernantes centro y suramericanos, el ex presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, conmovido casi hasta las lágrimas, agradeció todo el apoyo que ha recibido del susodicho sujeto de lamentable origen cubano en frases de hipocresía religiosa como “¡Que Dios lo bendiga, así como al presidente Trump!”.

Rubio ha dicho que hay una “gran posibilidad” de que su gobierno sancione al ministro de la Corte Suprema de Brasil, Alexandre de Moraes, a quien calificó como el principal culpable de que se acuse a Bolsonaro por el intento de un fracasado golpe de Estado contra el presidente Luiz Inacio Lula da Silva.

Hay que recordar que desde su entonces puesto de senador, Rubio fue un defensor de que Lula fuera llevado a prisión para facilitarle la presidencia a Bolsonaro y su política de odio a “seres inferiores”: mujeres, negros, homosexuales e indígenas.

Las graves declaraciones de Marco Rubio contra Moraes tienen lugar a raíz de su firme acción contra los estafadores que trataron de abolir la democracia en Brasil, entre ellos Bolsonaro.

Rubio, vedette de Trump, enfatiza la simplicidad de las relaciones internacionales, un campo donde se apoya a los aliados y se lucha contra los adversarios. Este contexto se vuelve aún más relevante con el ascenso de figuras bolsonaristas, que buscan fortalecer los lazos con la nueva administración estadounidense.

La conexión entre el bolsonarismo y la administración Trump, con Rubio al frente de la diplomacia, genera preocupaciones sobre posibles presiones y sanciones dirigidas a Brasil.

Así, la articulación de Eduardo Bolsonaro, hijo de Jair y uno de los principales representantes del bolsonarismo en el Congreso, tiene como objetivo movilizar a la  liberación de personas relacionadas con los hechos del 8 de enero y el expresidente, alegando que el país ya no es una democracia.

En un video grabado en EE.UU., Eduardo Bolsonaro definió sus iniciativas como su “causa de vida”, destacando su estrecha relación con los congresistas republicanos, especialmente con María Elvira Salazar, una aliada cercana de Marco Rubio.

Desde el 2018, el congresista se ha dedicado a establecer contactos con la extrema derecha estadounidense, acumulando más de 80 eventos y reuniones con líderes conservadores en los últimos cinco años. Esta red de contactos, a su vez, podría influir en las decisiones del gobierno de Estados Unidos en relación con Brasil.

De ahí que Marco Rubio sea una figura clave en las interacciones entre el bolsonarismo y el gobierno de Estados Unidos. Investigado por su participación en intentos de golpe de Estado en Brasil, Filipe Martins, exasesor de Bolsonaro, buscó apoyo legal en Rubio. Además, Steve Bannon, una de las influencias más destacadas de la derecha estadounidense, colaboró a que el canciller pidiera sanciones contra Brasil, especialmente dirigidas a autoridades como Moraes.

Como se puede apreciar, el trumpismo, de la mano del hasta ahora mimado Rubio, intenta e interviene en los asuntos brasileños de diversas maneras, principalmente a través del Congreso y declaraciones públicas.

Paulo Abrão, experto en derechos humanos, cree que la administración Trump buscará impulsar sanciones individuales contra funcionarios brasileños, especialmente aquellos involucrados en procesos legales contra el bolsonarismo.
Nada nuevo, porque ya Rubio y otros aliados usan sus posiciones para movilizar apoyo legislativo a favor de una narrativa bolsonarista, al tiempo que critican las decisiones de las instituciones brasileñas.

COINTRARRESTANDO

El Partido de los Trabajadores (PT) de Brasil rechazó las amenazas del secretario de Estado de Estados Unidos (EE.UU.), Marco Rubio, contra el ministro del Supremo Tribunal Federal (TSF), Alexandre de Moraes, tras sus declaraciones sobre el golpe gestado en Brasil por los bolsonaristas.

El líder de la bancada del PT en la Cámara de Diputados, Lindbergh Farias, refirió que esa fuerza política repudió las graves declaraciones de Marco Rubio, contra Moraes “a raíz de su firme acción contra los estafadores que trataron de abolir la democracia en Brasil, entre ellos el expresidente Jair Bolsonaro”.

“El Brasil es una nación soberana que guía sus relaciones externas sobre la base de los principios de no intervención, libre determinación de los pueblos e igualdad entre los Estados”, precisó Farias, mientras reafirmó “nuestra repulsión a cualquier intento de injerencia externa en los asuntos internos del país, especialmente cuando se trata de decisiones de los tribunales dirigidas a proteger el estado de derecho democrático”.

Al recalcar que los “parlamentarios del PT defendemos la independencia y la armonía entre poderes, así como la soberanía de las instituciones brasileñas”, rechazó “enérgicamente el intento del gobierno estadounidense de politizar las decisiones judiciales, atacando la soberanía brasileña y las autoridades judiciales por su acción contra los estafadores encabezados por el expresidente de la República”.

Recordó además que la justicia, bajo el informe del ministro Alexandre de Moraes, avanza en el juicio contra los responsables de la conspiración antidemocrática del golpe de Estado que culminó el 8 de enero de 2023 en ataques terroristas en la sede de las Tres Potencias.

“La fecha se marcará como un intento brutal de destruir la democracia en Brasil”, insistió, y agregó que “como señaló el ministro, Brasil dejó de ser colonia en 1822. No admitiremos ninguna forma de sumisión o injerencia extranjera en nuestro sistema legal. Nuestro compromiso es con un país justo, democrático y soberano, donde el pueblo decida su destino sin injerencias externas”.

Otros artículos del autor:

Mundo
Colaboradores:

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *