Si de pasión se habla hay quienes se convierten en referencia por el amor y dedicación que ponen en lo que hacen. Guillermo Fabián Maquintoche Vázquez es de esos imprescindibles en la defensa y preservación del patrimonio de la Isla de la Juventud, un libro de historia siempre abierto para todo aquel que busca aprender.

No solo el colectivo del Centro Municipal de Patrimonio Cultural se sintió feliz con la noticia de que había sido seleccionado para dedicarle la Jornada de la Cultura Pinera, también sus antiguos alumnos, colegas de otros centros y consejos del sector de la Cultura, amigos y quienes mucho tienen que agradecerle por su colaboración en temas investigativos.
Graduado de licenciatura en Historia en 1985, Maquintoche, como todos le llaman, comparte con los lectores de este Suplemento Cultural acerca de su quehacer.
“Siempre me fascinó la historia porque me gustaba conocer el origen de las cosas, desentrañar misterios, aquello que se reitera como una mitología y cuando uno investiga es otra realidad.
“Llegué aquí con unos 14 años, en 1968 y la Isla me resultó de gran interés. Estudié y opté por una beca emergente como profesor e impartí clases por muchos años en diferentes niveles, desde la secundaria hasta el universitario.
“Luego pasé a trabajar a Cultura. Donde primero comencé fue en el Museo de Presidio Modelo, después en el Archivo Histórico, que tiene que ver con todo el tema investigativo y más tarde paso a trabajar en el Centro Municipal de Patrimonio Cultural”.
Gran parte de su vida ha dedicado a la Oficina de Monumentos y Sitios de esa institución cultural.
“Allí están todos los expedientes científicos, los inventarios de los sitios patrimoniales del territorio. Tenemos muchos de ellos y durante el paso de los años se han incrementado porque por cada elemento que uno agrega, es una nueva investigación”.
Y aunque labora en esos menesteres no se despoja de su esencia de maestro; cada conversación con él es una clase fantástica de la historia de esta Isla a quien corteja cada día desde sus saberes. “Dondequiera que me citan y puedo impartir alguna conferencia, acudo. A Beatriz Gil Sardá y a mí siempre vienen muchas personas y me agrada que aprendan. Nuestra Oficina constantemente está llena de estudiantes haciendo tesis, también de maestría; los de la carrera de Periodismo cuando llegan de La Habana están en nuestra búsqueda y les hemos ayudado en las temáticas de la Isla, sobre todo en aquellas que no se han explotado en algunos aspectos y que desdichadamente se continúan reiterando llenas de errores. Ese es el granito de arena que tratamos de aportar.
“He escrito algún que otro artículo para la prensa plana. Tengo un programa en Radio Caribe todos los martes a las nueve de la mañana, Hablando del patrimonio pinero y trato de que sea ameno, de abordar temas que se tratan poco y en ocasiones un tanto sensibles con el propósito de desmitificar determinadas cuestiones.
“Ya más reciente me incorporé a la página web de Islavisión, igual con temáticas frescas, interesantes y curiosas con trabajos dirigidos a la juventud. Aunque no soy un literato me esfuerzo porque esos artículos atrapen y los apoyo con fotografías y videos. Hasta el momento han sido muy bien aceptados y eso me da satisfacción”.
Merecedor de importantes lauros, entre ellos el Premio por la Obra de toda la Vida Miriam Maza Palacio y otro de conservación y restauración concedido por el Archivo Histórico Municipal, por estos días le fue otorgado por la filial local de la Unión de Historiadores de Cuba, el Premio de Investigación Histórica Mariano Rives Pantoja.
Aunque muy conversador, la modestia y austeridad que alberga su ser asoma al referirse al hecho de que se le dedique la Jornada:
“Fue una sorpresa. Me siento orgulloso de estar entre esas personas que tienen sus méritos en la esfera donde se desarrollan. El día que nos llevaron a la televisión fue emocionante y esa entrevista que se le hizo en su casa a Armando Johnson muy conmovedora. Me siento satisfecho porque he hecho lo que me gusta y lo sigo haciendo con amor, como todos. Me siento regocijado”.