Maceo y Che en nosotros

Foto: Tomada de Internet

Maceo y Che tienen tanto en común que la historia registra sus natalicios el 14 de junio, pero en siglos y países distintos.

Sonríe a la vida en 1845, en Santiago de Cuba, el Mayor General del Ejército Libertador Antonio Maceo Grajales y el Comandante del Ejército Rebelde Ernesto Guevara de la Serna lo hace en Rosario, Argentina, en 1928.

Ambas figuras de grandeza inusitada concuerdan en el decursar del tiempo por sus ideales, pensamiento político, intransigencia revolucionaria, cualidades ético-morales y ser excelentes estrategas militares.

El Titán de Bronce propicia que la Guerra de los Diez Años no concluya con la capitulación del Pacto del Zanjón, sino con la gloriosa Protesta de Baraguá, viril actitud del veterano mambí calificada por José Martí como “de lo más glorioso de nuestra historia”.

Durante casi tres décadas el héroe de tantas batallas –más de 20 veces herido–, pelea con sus temerarias cargas al machete y entrega cuerpo y alma por la independencia de la Patria.

Hasta hoy trasciende su frase: “Quien intente apropiarse de Cuba solo recogerá el polvo de su suelo anegado en sangre, si no perece en la lucha”.

El Che, médico argentino-cubano que participa en la última campaña liberadora de Cuba, integra la expedición del yate Granma –lidereada por el joven abogado Fidel Castro Ruz– y en la Sierra Maestra por sus méritos le confieren el grado de Comandante del Ejército Rebelde.

Tras el triunfo del Primero de Enero de 1959, el Guerrillero Heroico reflexiona acerca de que el cuadro es la columna vertebral de la Revolución y recomienda a los jóvenes no confiar en el imperialismo “ni un tantito así”.

Maceo nunca estuvo en el segundo archipiélago cubano, pero elogia la valentía de los oriundos de esta tierra enrolados en el levantamiento armado contra los enemigos colonialistas y asaltantes a una embarcación en el río Júcaro para luego unirse a su campaña invasora en su avance por Pinar del Río.

En una de sus visitas a Isla de Pinos, el Che abre el camino a la industrialización al inaugurar la fábrica Julius Fucik procesadora de caolín, el diez de mayo de 1964.

A 177 años del natalicio del Titán de Bronce y el 94 del Guerrillero Heroico su ejemplo y valores gozan de plena vigencia. Ellos son faro para las nuevas generaciones, que Cuba y diferentes sitios del orbe cada 14 de junio los honra con gratitud y admiración.

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Historia Isla de la Juventud
Mayra Lamotte Castillo
Mayra Lamotte Castillo

Licenciada en Periodismo en la Universidad de La Habana; tiene más de 40 años en la profesión.

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