
El presidente de la República Federativa de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, firmó el decreto de indulto navideño de 2025, una medida tradicional en el país que busca aliviar el hacinamiento carcelario y promover la reinserción social, bajo estrictos criterios legales.
El indulto presidencial excluye expresamente a condenados por crímenes atroces, agresores de mujeres, líderes de pandillas y responsables del intento de golpe de Estado, según lo establecido en el texto oficial.
Los criterios para acceder al beneficio varían según la pena, la reincidencia y la naturaleza del delito. Para personas condenadas a hasta ocho años por delitos sin violencia ni amenaza grave, se requiere haber cumplido una quinta parte de la pena antes del 25 de diciembre de 2025 si no son reincidentes, o un tercio en caso de serlo.
En el caso de condenas de hasta cuatro años —incluso por delitos con violencia o amenazas graves—, el indulto aplica tras cumplir un tercio de la pena (no reincidentes) o la mitad (reincidentes).
El decreto incorpora medidas sensibles a grupos vulnerables: mujeres, especialmente madres y abuelas condenadas por delitos no violentos, pueden acceder al indulto tras cumplir al menos un octavo de la pena. Se reducen a la mitad los requisitos mínimos para personas mayores de 60 años, mujeres con hijos menores de 16 años o con discapacidad, hombres únicos cuidadores de hijos menores, y personas con enfermedades o discapacidades graves.
También son elegibles quienes padecen paraplejia, ceguera, discapacidades físicas graves adquiridas tras el delito, VIH terminal, cáncer en estadio IV, insuficiencia renal aguda, esclerosis múltiple o trastorno del espectro autista grave (nivel 3), siempre que la atención médica requerida no esté disponible en la unidad penitenciaria.
Además, el decreto permite la condonación de multas cuando el monto es menor al mínimo exigido para el cumplimiento de obligaciones tributarias o cuando se demuestra incapacidad financiera, como en beneficiarios de programas sociales o personas en situación de calle.
Quedan expresamente excluidos del indulto quienes fueron condenados por tortura, terrorismo, racismo, feminicidio, acoso, tráfico de drogas y crimen organizado. En delitos de corrupción, malversación de fondos o extorsión, solo podrán optar quienes tengan penas inferiores a cuatro años. Tampoco aplica a quienes tengan acuerdos de delación premiada o estén en cárceles de máxima seguridad.
El indulto navideño, previsto en la legislación brasileña, es una prerrogativa exclusiva del presidente y se publica anualmente en las últimas semanas del año.
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