¡Wooow! Fue mi primera expresión cuando supe del concierto, una iniciativa de esas que se hacen con buena voluntad y que, para celebrar los cumpleaños 61 de la Unión de Jóvenes Comunistas y 62 de la Organización de Pioneros José Martí, traería hasta a la Isla las talentosas voces del Dúo Iris, Buena Fe y Jorgito y su grupo Karamba.
¡Y vaya, caramba! Qué decepción que, teniendo la oportunidad de disfrutar, incluso gratis, de la presentación de artistas cubanos de primer nivel, hubo escaso público en la plaza La Mecánica, cuando en el resto de las provincias del país fue un espectáculo rebozado, que inspiró como su esencia misma a un hoy diferente y un mañana cualitativamente mejor, en pos de la esencia humana.
Los géneros musicales que ellos interpretan no son el reguetón o urbano – preferidos por la mayoría–, con ese ruido escandaloso que disfraza y apenas permite escuchar las letras de pesadilla, pero pienso en algo que va más allá de las preferencias musicales o artísticas de cada quien, y es acerca del mecanismo comunicativo para que, al menos por respeto y agradecimiento a quienes tocan con el corazón y no precisamente para lucrar, llegara hasta ese escenario un mayor número de pineros, porque estoy segura que, con un eficaz trabajo de comunicación, hubiese sido realmente el mejor cierre del gigante recorrido.
La divulgación, en general, quedó circunscrita a los medios de comunicación locales, díganse el periódico y fundamentalmente la radio y televisión; desestimando otros canales mucho más efectivos. Y es que cuando las giras salen por Artex o algún proyecto de un particular el tratamiento es muy diferente. Recordemos la multitud que en el cine Caribe recibió con anterioridad al Dúo Iris o a Ivette Cepeda y su grupo Revelación. Entonces, no se trata del género musical.
Por otra parte, de forma coincidente esa misma noche del sábado 15 de abril tuvo lugar un evento de rodeo, que definitivamente se llevó un considerable público hacia esa área. La última gota al vaso. Sin ánimo de especular, “alguien” no consideró la importancia que revestía ese concierto; después de todo, no reportaría ganancias monetarias.
En lo personal, estuvo maravilloso el proyecto por Una Mejor Juventud, que, junto al infantil de La fiesta de la gata Mini, de Annie Garcés, acompañada del compositor y productor Christopher Simpson –en el cine Caribe–, promovieron un espacio de distracción alegre y juvenil en las grandes plazas y teatros del país, excelente propuesta desde el arte que salva y alienta.
Letras inteligentes que invitan a la reflexión y otras que cuentan historias componen los discos Morada, de Buena Fe; Desde adentro, de Karamba; y Mi Suerte, del Dúo Iris, además, promocionados durante la gira en que compartieron con el público desde el anhelo de una Cuba mejor, en la que las juventudes gocen de espacios sanos de disfrute y crecimiento espiritual.
La Mecánica se movió al ritmo de Una Mejor Juventud. Quienes gustan de la buena música saltaron, cantaron, bailaron, vitorearon, corearon a toda voz en la última parada, la Isla de la Juventud. En fin, fue un encuentro genial.
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