La gestión de Recursos Hidráulicos fue durante el 2021 un tema que acaparó titulares en los medios de comunicación locales. No poco se hizo en función de evidenciar las problemáticas que por años experimentaban algunos pobladores y en su justa medida, trata de buscar soluciones en el menor tiempo posible.
Como resultado de estos análisis y de la voluntad hídrica territorial, logros como la recién concluida rehabilitación del sistema de abasto de agua en la comunidad la Caoba son una realidad y un anhelo cumplido para más de 900 habitantes, pero aún quedan otros puntos claves que perfeccionar.
Si bien en la Isla más del 98 por ciento de la población recibe el servicio de agua potable de manera sistemática –por diferentes vías como en pipa– aún no se llega con la frecuencia y calidad demandadas, pues al cierre del 2021 solo el 69, 2 por ciento de los pineros accedía a un servicio de suministro de forma segura, cifra que en este año puede aumentar si se concretan acciones como la puesta en marcha de la planta desalinizadora en el poblado Cocodrilo y las inversiones en las comunidades 41 y La Demajagua.
Entre los puntos que aún inciden de manera negativa en una mejor gestión de recursos hidráulicos aquí están el manejo de las redes sanitarias –problema complejo que no ha podido solucionarse–, la escases de medios y el bajo nivel de importaciones, factores que impactan en la resolución de planteamientos y quejas de los pineros.
Varias veces autoridades del Instituto Nacional de Recursos Hidráulicos han señalado que, a pesar de cuanto falta por perfeccionar, los indicadores de la Isla ofrecen una panorámica más alentadora que la de otros territorios, no obstante, los niveles de satisfacción de la población continúan dejando mucho que desear y hacia ahí se enfocan los trabajadores del ramo.
Con vistas a crecer en el presente año en la proporción de población con redes de acueducto y alcantarillado, así como en la certificación de presas –en la actualidad solo están certificadas dos de las 14 existentes– y lagunas de oxidación y culminar las obras en ejecución, son parte del cronograma aprobado para este 2022.
De igual forma, mejorar en el tratamiento de aguas residuales con un trabajo más cohesionado de Recursos Hidráulicos y los organismos que aún hoy no cumplen con la norma de vertimiento, subsanar las fallas en la proporción de uso de agua con eficiencia –aspecto en el cual también resulta imperante la intersectorialidad– constituyen otros de los objetivos que, de cumplirse, pudieran aportar favorables resultados.
Escuchar y atender las quejas de la población de manera diferenciada en pos de elevar su satisfacción y a la par lograr un uso racional y sostenible de los recursos son metas altas, pero no imposibles si se labora con responsabilidad y eficacia.
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