La Isla de la Juventud vivió recientemente un día histórico para la cultura y el deporte, unidos en lo más alto cuando la galería de arte Martha Machado se envolvió de festejo y hasta allí, donde se fija el paso primigenio del arte y la cultura se movió una representación de nuestras glorias deportivas, para intercambiar con los más pequeños representantes de nuestro deporte nacional, peloteritos de siete y ocho años.
El artista de la plástica Antonio Lewis Belgrove, promotor de dicha iniciativa, en su intervención ponderó la importancia de este encuentro, donde el arte y el deporte se complementan. Más adelante presentó a estrellas de nuestros clásicos nacionales, a técnicos, entrenadores y directivos de la dirección de Deportes, Educación Física y Recreación.
Allí, los infantes pudieron intercambiar con la luminosidad de Michel Enríquez, la caballerosidad de Pablo Pérez y el espíritu noble de Luis Felipe Rivera.
Existen otros enfoques que aprovechan lo mejor del arte para promocionar los buenos valores que proporciona el deporte y este acontecimiento dio muestra de ello.
“Es impresionante el nivel mostrado por estos niños, casi todos cuentan a pesar de su corta edad con el conocimiento y la técnica apropiada”, aseveró el exlanzador Alejandro Casanova, principal entrenador en estas categorías.
Por su parte, Lewis Belgrove ceñido en su arte, pero fiel y amante a los deportes, anhela con su brío y empuje combinar la práctica del deporte con la formación integral de la personalidad, a mejorar la concentración, la creatividad, la sensibilidad y sobre todo, ayudar a lograr en los niños un mejor ser humano.
Sobre el tema les habló el Súper 12 de la pelota cubana, quien los exhortó a ser cada día más disciplinados, estudiosos y compartió parte de su experiencia en sus inicios.
Pero el momento mágico de la mañana fue ver la imagen imponente de aquellos 12 infantes cuando les fue entregada una pelota firmada por el propio Michel Enríquez, además de una obra de arte del anfitrión del espacio, que también recibió el Súper 12 con el autógrafo de los pequeños.
Los niños quedaron muy emocionados, de seguro no borrarán de su memoria tal acontecimiento, pues fue una experiencia fantástica e imperecedera, donde también los padres, madres, entrenadores y todos los presentes agradecieron dicha iniciativa, fenómeno creado por el hombre y que Lewis promueve el último viernes de cada mes con el mismo entusiasmo, porque lleva como muy propio el arte y el deporte.
(*) Colaborador
Otros artículos del autor:
- None Found
