
Desde el año 1954 se celebra el último domingo de enero el Día Mundial Contra la Lepra con el propósito de generar conciencia en el mundo acerca de esta enfermedad y propiciar acciones para el apoyo a las personas que la padecen.
Al respecto contactamos con la doctora Daymis L. Pavón Peña, especialista en Medicina General Integral (MGI) y jefa del Programa municipal de las Infecciones de Transmisión Sexual, el VIH/SIDA, Hepatitis y Lepra, para abundar al respecto.
Precisó que se trata de una enfermedad infecciosa, descrita en la literatura de civilizaciones antiguas; además de crónica y causada por un tipo de bacteria llamada Mycobacterium leprae, que afecta la piel, los nervios periféricos, la mucosa de las vías respiratorias superiores y los ojos.
“El lema propuesto por la Organización Mundial de la Salud (OMS) para este año es: “Vence la lepra, acaba con el estigma y aboga por el bienestar mental” y en este se encierran los objetivos de la celebración, como la erradicación del estigma asociado a la lepra y promover la dignidad de las personas afectadas, pues muchas veces son discriminadas y excluidas en la sociedad.
“Recordemos que al comienzo, en el siglo XVIII e inicios del XIX, esta no tenía cura debido a la carencia de un tratamiento certero, por ello las personas se deterioraban, eran aisladas en un sanatorio y constituía un horror en aquel entonces”.
Puntualizó que su eliminación como problema de salud a nivel mundial se logró en 2000, según la Asamblea Mundial de la Salud; no obstante, todavía se presenta en varios países y Cuba no escapa a la incidencia, como tampoco la Isla de la Juventud, donde el pasado año fueron reportados dos casos.
La especialista señaló que “el primero fue detectado a principio del 2024, con un diagnóstico tardío porque no se acudió a tiempo al médico; mientras el segundo sí fue oportuno, pesquisado a finales de año por el médico de la familia y ambos están bajo tratamiento”.
Resaltó que la detección pertinente es importante “porque disminuyen las consecuencias de la enfermedad, también conocida como enfermedad de Hansen, y las discapacidades que tanto deprimen al paciente, pues puede llegar a perder parte de los dedos de las manos o pies, además de tener complicaciones con alguno de sus órganos.
“En la actualidad muestra una morbilidad baja porque no muere el paciente si es atendido a tiempo con un tratamiento efectivo, que ahora es ambulatorio y supervisado de manera estricta por el médico y enfermera de la familia; en el caso de Cuba es donado por la OMS desde el triunfo revolucionario”.
Al referirse a las señales de alarma instó acudir al médico ante cualquier tipo de lesión en la piel que sea anestésica, porque el diagnóstico precoz y el tratamiento oportuno son elementos claves para el control de la enfermedad.
De igual manera preponderó el control y seguimiento que se debe realizar por un período de cinco años a las personas que conviven con los pacientes recién diagnosticados para poder identificar y tratar de manera acertada casos secundarios y así interrumpir la cadena de transmisión.
Vale decir que Cuba está inmersa en la ejecución de la actual estrategia mundial contra la lepra 2021-2030, donde se establece que los programas de cada país desarrollen “hojas de ruta de cero lepra”, en este sentido se generan acciones que permitan avanzar hacia su total eliminación.