Debiera llegar el Día Mundial de los Derechos Humanos, este diez de diciembre, sin que ocurran violaciones en tan sensible tema en territorio cubano, pero no es así.
Son constantes las arbitrariedades cometidas en la base naval estadounidense de Guantánamo, en el oriente de Cuba, repudiadas no solo por Cuba sino también por la comunidad internacional.
Ya son 20 años de escandalosos abusos en ese territorio ilegalmente ocupado, pero no por el Gobierno de este país, sino por parte de los mayores violadores de los derechos humanos en el mundo.
Dos décadas ya de la llegada de los primeros presos a la cárcel establecida por el gobierno de Estados Unidos en esa base militar, que Washington mantiene en ese extremo oriental de Cuba a pesar de los reclamos de las autoridades de la isla para su devolución.
Expertos en la materia de la Onu condenaron los abusos cometidos en esa prisión y señalaron que se cometen violaciones implacables y continuas de las garantías fundamentales de los detenidos, lo cual constituye una mancha para el gobierno de Washington en temas como el estado de derecho.
Un grupo de relatores independientes del organismo multilateral rechazó las detenciones arbitrarias sin juicio y las torturas o malos tratos perpetrados allí y recordaron que en el 2003 la prisión albergaba a 700 reclusos y dos décadas después, aún quedan 39 detenidos de los cuales solo nueve han sido acusados o condenados por algún delito.
De 2002 a 2021 murieron nueve detenidos bajo custodia, dos por causas naturales y siete se suicidaron. Ninguno de ellos acusado o condenado de delito alguno.
Estas son prácticas “inaceptables” para cualquier Gobierno, pero particularmente para el estadounidense que se dice protector de los Derechos Humanos y es repudiable la impunidad de la cual gozan los responsables de tales abusos.
Por eso una vez más, los expertos de la Onu piden a Washington el cierre del centro carcelario, regrese a los detenidos a sus hogares o a terceros países seguros.
La Declaración Universal de los Derechos Humanos, aprobada el diez de diciembre de 1948, es uno de los documentos más traducidos, pero torcido por el imperio y convertido en letra muerta en muchos países por la desigualdad y la pobreza, a causa del injusto orden internacional, agravado por el incremento hoy del odio, la xenofobia y la intolerancia contra las minorías, el aumento de los efectos del cambio climático, que compromete la vida de generaciones enteras, así como la manipulación del tema por los medios imperiales contra Cuba, fabricando en las redes sociales falacias que están muy lejos de la realidad.
A pesar de constituir el bloqueo yanqui la más cruel violación de los derechos humanos, Cuba busca asegurar el desarrollo social y elevar la calidad de vida y seguridad ciudadana, con la satisfacción de haber conquistado sus derechos fundamentales, entre los cuales están la dignidad, la libertad plena de las personas y la soberanía.
Cuba defiende desde cada familia, comunidad y colectivo los derechos humanos para todos, por eso en escuelas y barriadas celebran derechos que aquí son patrimonio del pueblo.