La Isla de la Juventud ha iniciado desde noviembre último emprendimientos audaces en la gestión privada que apuestan por reanimar la producción y los servicios; en lo que va del 2022 se han incrementado los nuevos actores económicos en varias ramas.

Aunque la arrancada ha sido buena no todo es color de rosa ni al pie de la letra de las facultades otorgadas en las normativas.
Cientos de nuevos empleos han generado estas formas de gestión nacidas con mayor sentido de racionalidad de los recursos humanos y materiales que en el resto de las entidades estatales, mas, hay mecanismos aún por destrabar y agilizar para desatar las potencialidades existentes.
BUENA ARRANCADA, PERO…
Moto Isla fue la primera Mipyme (Micro, pequeña y mediana empresa) constituida ante registros públicos en el Municipio –en noviembre del pasado año–; a estas alturas uno pensaría que su funcionamiento marcha tan bien como un reloj suizo, sin embargo, la realidad no es así de precisa.
“En papeles consta que nuestro objeto social es brindar un servicio de reparación automotor, la comercialización de partes y piezas, así como la transportación de pasajeros, pero no hemos podido lograr cuanto nos proponemos”, aseguró Yainier Medina, único socio y fundador de esta unidad durante un encuentro sostenido con las máximas autoridades del territorio.
“Tenemos un proveedor que apuesta por la comercialización de piezas aquí en la Isla, con el sueño de que el pinero no tenga que salir a La Habana u otra provincia a buscar lo que necesita, pero en ocasiones el burocratismo nos golpea fuerte.
“Dos ejemplos sencillos: conseguir una firma autorizada para poder comercializar los motores de combustión me tomó mucho tiempo de espera y, por otro lado, aunque está aprobada una resolución que avala a las empresas estatales a vendernos equipos automotores de su parque en desuso, arreglarlos y ponerlos en función de la transportación local, no hemos conseguido que ninguna entidad lo haga y simplemente se les dan de baja.
“Al sector estatal le cuesta mucho asumirnos como personalidad jurídica, la mentalidad de algunos directivos no ha cambiado y carecemos de apoyo de las Osde en ese sentido, nosotros tenemos el impulso y los recursos, pero necesitamos que se perciba el interés del Gobierno para ver si agilizamos procesos”.
SALIENDO A FLOTE
Con mejor suerte ha corrido la mediana empresa privada Gran Pino, dedicada a las labores constructivas –de gran necesidad en el territorio– que ha asumido importantes obras de desarrollo local.

Creada a través de la vinculación de tres socios, esta Mipyme exhibe una muy buena organización, con sección sindical constituida y una plantilla cubierta de 56 operarios donde se potencia tanto el trabajo a pie de obra como el administrativo, pues cuentan con especialista de recursos humanos, abogada y administrador.
“Ahora mismo estamos inmersos en la ejecución de la librería Frank País, que incluye el cambio de cubierta de las viviendas aledañas. También tenemos una brigada en Cocodrilo, donde estaremos interviniendo en la construcción de viviendas destinadas a familias afectadas por eventos meteorológicos y en la concreción de los proyectos que en esa zona lleva a cabo la Empresa de Recursos Hidráulicos”, explicaron los socios de esta unidad.
Para los trabajadores de esta empresa ser parte del escenario donde nuevos actores económicos tienen cabida ha representado grandes beneficios.
“En sentido general tenemos más ventajas ahora y el sistema de pago por escalas, más estimulación por utilidades, ha sido bien acogido por nuestro personal, pues percibe la mejoría salarial. Además, cumplimos con nuestras responsabilidades como el pago de la Seguridad Social y de las vacaciones.
“Un aspecto que aún nos choca es la adquisición de materiales; no siempre están a la mano y como somos una empresa privada debemos autogestionarlos, pero para ello tratamos de implementar estrategias de encadenamiento productivo, lo cual no resulta sencillo”, refirieron.
MUROS QUE DERRIBAR
De acuerdo con el viceintendente que atiende la economía en el Municipio, José Luis Mangana, la Isla cuenta con 16 Mipymes aprobadas, 12 de ellas con trámites concluidos y listas para ejercer.
“Las constituidas responden a diferentes áreas y sectores como la construcción, los servicios de gastronomía, la fabricación de zapatos (Recio Confort) y productos de plástico (EMPLAST Prisma), el paisajismo y conservación de áreas verdes (DecoraVerde), así como la actividad mecánica y automotor, entre otras.
“No ha sido un camino fácil, a muchos les hace falta asesoramiento, conocimiento de técnicas de dirección y gestión administrativa, pues no es lo mismo dirigir un pequeño negocio que una empresa con personalidad jurídica y capacidades de expansión; además, tampoco han tenido el apoyo de empresas estatales que, por desconocimiento de las nuevas regulaciones, evitan establecer vínculos de trabajo y ello frena ese encadenamiento productivo que tanto anhelamos.
“Hay materias primas que las Mipymes pudieran obtener de producción local y nacional, evitando importaciones y esa es una oportunidad desaprovechada que impacta tanto en las empresas privadas como estatales.
“A la hora de concretar trámites han existido trabas y los estudios de mercado para llevar la correspondencia entre compra y venta que permita la sostenibilidad no son todo lo eficientes que deberían”.
QUEDA POR HACER
Al menos para esta autora queda identificado entonces uno de los principales problemas que enfrentan hoy los nuevos actores en el Municipio, la falta de acompañamiento y asesoramiento por parte de la dirección territorial y otras instituciones en los temas de normas cubanas de contabilidad y control interno.
Aun cuando se contemplan garantías para estas gestiones dentro del plan de la economía, no basta con realizar recorridos para recopilar dudas y trabas si no se potencia el apoyo de forma concreta, máxime cuando el impulso de los emprendedores está y sus negocios, a corto o mediano plazos, tributarán a la solución de problemáticas sociales, al desarrollo económico local y obligarán a sector estatal a elevar sus competencias profesionales.
Las mipymes continúan siendo un asunto novedoso y requieren del aprendizaje y la superación por parte de todos los involucrados, tanto emprendedores como instituciones que asumen su asesoría
–el sector jurídico– y organismos rectores.
La mira debe estar puesta en incrementar la cultura del derecho comercial, los sistemas de contabilidad, finanzas y la información estadística así como el impacto de estas en la sostenibilidad de los negocios emergentes.
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