Las mentiras de Mr. Rubio 5

El anticubano Secretario de Estado Marco Rubio contra la salud de miles de personas en Centro América.

Mr. Rubio en modo criminal de poca monta, ahora aterrizó sus amenazas contra las Brigadas Médicas Cubanas, prometiendo sanciones a diestra y a siniestra, contra aquellos funcionarios de países como Guatemala, Honduras y Belice, centroamericanos todos, que hacen su labor para garantizar la presencia de la cooperación médica cubana en sus países, en todos con no menos de 20 años de estar funcionando, incrementadas épicamente, cuando el enfrentamiento a la covid 19 en esos territorios.

No es ocioso poner en perspectiva algunos datos sobre esta cooperación en ese lapso de tiempo, para que se pueda tener una idea del legado, una claridad del aporte desinteresado, que esos cooperantes de la salud han dejado en los países bajo el más reciente ataque de Mr. Rubio.

Testigos indiscutibles del aporte de la medicina antillana en Centro América, están presentes en el Programa Integral de Salud o la Operación Milagro, a lo que se suman miles de guatemaltecos, hondureños o beliceños que se han formado gratuitamente en las universidades de ciencias médicas cubanas.

En Guatemala, durante las últimas dos décadas hubo una presencia anual promedio de alrededor de 400 cooperantes de la salud, no solo médicos, garantizando 1,7 millones de consultas y salvándole la vida a 300 mil pobladores anualmente. En Honduras, tras el desbastador ciclón Mitch en 1998, de muy triste y latente recordación entre los hondureños, se acumulan 30 millones de consultas, 175,000 operaciones y más de 160,000 cirugías oftalmológicas. Por su parte, Belice cuenta con la  cooperación médica cubana desde hace 34 años y suman cientos de miles de vidas salvadas con la profesionalidad y oportunidad mundialmente reconocida.

Ante semejantes números, caben algunas preguntas de rigor. ¿Acaso Mr. Rubio se tomó el trabajo de revisar estos datos?, que de seguro su personal en las embajadas correspondientes pueden actualizar, justo con las autoridades sancionables.

Otras preguntas, que se derivan de la primera, ¿cuál es la ética de esos diplomáticos estadounidenses? aunque estén muy despistados, conocen el grado de aceptación, de popularidad que tienen los médicos cubanos; ¿cómo pueden cumplir esa orden de Mr. Rubio? sabiendo que responde a su torcida agenda personal anti cubana, y no al interés de las relaciones bilaterales de EEUU con estos países y sus pueblos.

La única interrogante que si no cabe es por qué Mr. Rubio miente alevosamente, da lo mismo los justificantes disfrazados de enrevesado lenguaje. Además de su odio a todo lo que provenga de Cuba, de su Revolución, esta obviamente y quizás esto sea lo peor: su desprecio por la vida humana, incluido en esto los médicos, que como ángeles alados destinan las suyas a salvar las de otros.

Con Mr.Rubio por otro lado no suele haber mucho misterio. Si observamos su entusiasta apoyo al sionismo, catalogado como el principal peligro para la vida humana, exterminador de personal de la salud, bien se puede entender las acciones del secretario de estado.

Mr.Rubio no es ni si quiera judío, dice ser católico aunque personajes como él serían de los primeros que Jesús habría expulsado del templo bíblico. Sin embargo, ha obtenido durante años generosos y relativamente opacos apoyos financieros del llamado lobby judío, más bien sionista debería aclarase.

Organizaciones de la sociedad civil como OpenSecrets, calculan que Mr.Rubio ha recibido no menos de 1 013 563 de  usd en aportaciones a campañas electorales, en su relampagueante carrera congresional, y desde luego para adornar sus bolsillos en su condición de canciller imperial. Detrás de Mr.Rubio aparecen los archiconocidos AIPAC, Pro-Israel America PAC y la Coalición Judía Republicana (RJC).

Para muestra un botón. Cuando Mr.Rubio era senador de la republica americana, promovió con protagonismo una legislación como la Us-Israel Security Asistance Authorzation Act 2020 que autorizó financiamientos, más 3 mil millones de USD, en recursos militares al sionismo que gobierna Israel. Tras el arranque de la agresión sionista a Gaza, el senador Mr. Rubio vociferó cada vez que ha podido su apoyo a la masacre del pueblo gazatie.

Ya como secretario de estado, volvió con igual discurso desde el mismo enero, en su audiencia de confirmación, visitó con exceso de cordialidad Tel-Aviv un mes después, en marzo firmó una declaración de emergencia para acelerar el envío de armamento a la entidad israelita por 4 mil millones de usd, eludiendo por cierto la revisión del Congreso y si esto no fuera suficiente, llegó a reorganizar la menguada burocracia del Departamento de Estado, con énfasis en reestructurar la Oficina de Democracia, Derechos Humanos y Trabajo, que fue interpretado como un esfuerzo para silenciar las discretas críticas a Israel en su ministerio.

Más recientemente, el pasado 4 de junio ordenó vetar un proyecto de resolución en el Consejo de Seguridad de las NNUU, que exigía el cese inmediato de la agresión sionista a Gaza, la liberación de rehenes y el ingreso de ayuda humanitaria alevosamente obstaculizada por Israel. Es decir, Mr. Rubio contra el mundo, una vez más.

Con repugnancia, porque no cabe otro sentimiento, Mr. Rubio obvia como la masacre desatada por Netanyahu en Gaza impacta también en los servicios médicos, que hacen magia para cumplir con su cometido de arrancarle a la muerte las víctimas, que las bombas estadounidense provocan diariamente.

El efecto devastador del genocidio contra los servicios sanitarios gazaties, se aprecia en la destrucción parcial o total 36 hospitales, 250 centros de salud, y unos 80 centros o clínicas ambulatorias; la OMS confirma que 435 instalaciones de salud han sufrido ataques, unas 73 diarias. Han asesinado alrededor de 1400 miembros del personal sanitario y encarcelado más de 300 hasta febrero del 2025.

Es muy serio esta historia. No se trata aquí de diferencias ideológicas, ni confrontación política con Mr. Rubio, el asunto es que al frente de la diplomacia estadounidense está un individuo mentiroso, sin escrúpulos, encargado ahora de promover y apoyar como prioridad una guerra insana contra el personal de salud, ya sea en Centro América o Medio Oriente.

El Dr. Tedros Adhanom, director de la Organización Mundial de la Salud, expresó en su momento que: “Todos tenemos una enorme deuda con los trabajadores de la salud, no solo porque han cuidado a los enfermos, sino porque arriesgan sus propias vidas en el cumplimiento del deber”.

Puede ser que el gobierno de Trump haya abandonado la OMS, pero no por ello deja de ser un deber moral y político apoyar el ejercicio de la medicina, sin especular con tan sagrado asunto. Mr. Rubio se le recuerda que los dichos del alto directivo de la OMS, ¡también son un mandato para usted¡

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