
La zona de Julio Antonio Mella, poco más allá de La Fe, la habitan consagrados productores en los hombros de quienes descansa gran parte de la responsabilidad de garantizar alimentos para el pueblo. Sus áreas productivas son punteras en la Isla de la Juventud a la hora de aportar cultivos varios, leche y carne.
Desandar por sus campos y compartir con los campesinos sus vivencias y el cómo se las arreglan para sacarle riquezas a la tierra hoy en medio de muchas dificultades, constituye una experiencia que nos permite conocer el colosal esfuerzo de nuestros guajiros.
Para esta campaña 2022-2023 los productores del enclave contrataron 570,8 hectáreas (ha), una cifra superior en 123,8 ha a las 447 contratadas en la contienda anterior 2021-2022.
Es una localidad que sufre mucho por la sequía y el abasto de agua hacia sus campos continúa siendo una vicisitud que atenta contra el esfuerzo de no pocos, afectando el rendimiento y las cosechas.
Delfín García Piñero, asociado a la Cooperativa de Créditos y Servicios Julio Antonio Mella, es uno de los que esta campaña contrató más que en la temporada precedente.
Produce cultivos varios y leche en sus cinco caballerías y con más de 200 cabezas de ganado. Hoy tiene sembrado frijol, tomate, boniato, plátano, malanga y caña para las reses, pero teme que la mayoría de lo cultivado pueda perderse por falta de agua.
“Nosotros tratamos de sembrar temprano para evitar esta problemática –explicó Delfín–, para que no nos coja la sequía porque no tenemos agua para regar los cultivos.
“Tengo sembradas alrededor de cuatro hectáreas de boniato, unas 12 de frijoles y siete de tomate casi perdidas que será muy difícil su recuperación. El tomate está muy deteriorado cayéndose al suelo. Incluso si no llueve será costoso sacar el boniato del campo.

“Con el ganado ocurre igual, los animales necesitan del líquido, hoy estoy entregando un poco más de 30 litros leche, pero pudieran ser muchos más. Tengo pocas vacas en ordeño porque en enero es que comienzan a parir, con agua los rendimientos serían mejores”.
Precisó que pretende diversificar la siembra de pasto para asegurar el alimento de los animales, pero la mejor opción fue plantar la caña por ser más resistente a estas condiciones.
“El año pasado llovió en diciembre, este año nada y así será sucesivamente, ya lo advirtió el Comandante en Jefe con su gran visión de futuro, que las sequías se iban a incrementar.
“Aun así no esperaba tanta sequía, todos los años con el frente frío cae un chubasquito, pero ahora nada. Ojalá y caiga algo para la fundita que ha logrado el frijol a ver si se puede coger algo.
“Siempre digo que hace falta hacer tranques y la respuesta es que no hay buldócer. Es cierto que la situación actual es compleja con la escasez de recursos, pero al final sufre el pueblo porque no le llegan las producciones y los campesinos que sembramos con mucho sacrificio, pagando el petróleo a 25 pesos el litro en Cupet, sin abonos ni fertilizantes recurriendo a la excretas de animales y el poco pesticida que resuelve la cooperativa o por gestión personal.
“En esta campaña contraté más hectáreas que en la anterior porque siempre me propongo salir adelante y superar los resultados, con la esperanza de que las cosas saldrán bien y nos apoyen.
“Estoy convencido de que si en Mella hubiese agua, aquí garantizamos la comida de la Isla de la Juventud”.