La concurrencia de jóvenes menores de edad a altas horas de la noche en las calles, centros recreativos y espacios públicos es un tema que persiste y trasciende en la geografía cubana y la Isla no escapa a ello, siendo asunto de debate en las reuniones gubernamentales del territorio y de las organizaciones de masa y políticas.
Esta conducta en los adolescentes menores de 16 años aparecen, la mayoría de las veces, asociadas a la falta de exigencia y control por parte de la familia y a insuficiencias educativas dentro del hogar, así como en instituciones escolares, de Salud y de la propia comunidad donde viven.
Por ello los especialistas recalcan en la responsabilidad del núcleo familiar para con este grupo etario, lo cual merece profundos análisis y mayor rigor en el enfrentamiento a la problemática que generan el descuido y la negligencia parental ante los comportamientos de los jóvenes, pues resulta común verlos desandar en la madrugada, incluso cometiendo indisciplinas sociales.
Aunque se han activado disímiles mecanismos por las autoridades locales para evitar y erradicar esta desagradable incidencia, la realidad indica que persiste y es hora de que la familia haga lo estipulado por Ley, pues no solo es la encargada de alimentar, vestir y calzar a su descendencia, sino también, de educarlos y velar por su formación y desarrollo dentro de los parámetros establecidos según la edad.
Si bien es cierto que los preceptos morales y las costumbres de antaño se han flexibilizado con el tiempo y el paso a la modernidad, existe una cuestión inviolable: la protección de los hijos menores de edad; no es posible que un adolescente sea llevado a la estación de la policía por una bronca dentro de un lugar recreativo o que una niña de 13 años sea asistida en el hospital por estado de embriaguez.
La familia tiene el mayor peso de responsabilidad en esta cuestión y muchas han dejado de tener obligaciones en cuanto al adecuado desarrollo de los jóvenes, grupo etario vulnerable, por las condiciones sicológicas, sociales y físicas en formación durante esa etapa de la vida.
Velar por su buena conducta y la protección de los mismos es una de las principales tareas del hogar, donde se deben controlar las actitudes y actividades que realizan, fundamentalmente en horarios nocturnos, en los establecimientos recreativos y públicos, pues aunque legalmente está prohibida la entrada a menores a dichas unidades, a veces se viola la normativa y trae aparejado la ingestión de bebidas alcohólicas, maltrato a la propiedad social y otros fenómenos sexuales.
¿Es adecuado que jóvenes de esa edad deambulen por la madrugada en las calles, lugares oscuros, que sin una supervisión adulta bailen con desconocidos, fumen y beban alcohol hasta el desmayo, inicien las prácticas sexuales en espacios sin condiciones ni protección y sin un vínculo afectivo de hecho? Por solo citar algunos ejemplos.
¿Por qué los padres permiten a sus hijos adolescentes estar solos en esas circunstancias? Esta situación desfavorece su formación y desarrollo y es responsabilidad de la familia esta incidencia, como mismo compete a las autoridades e instituciones encargadas de la administración pública hacer cumplir la Ley.
Niños y adolescentes tienen derecho a la recreación, una sana, acorde a su edad, que influya de manera positiva en su educación y comportamiento, donde el ambiente de esparcimiento y ocio sea agradable e instructivo para la vida; hacia ahí debemos enfocarnos.
Mas algo sí está claro: es obligación de la familia proteger la integridad física y moral de sus hijos menores, controlar sus actividades diarias; se trata de un tema social con grandes implicaciones en el futuro de ese grupo, por tanto hay que enfrentarla sin ligereza.
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¿ Y las multas que se les iba a imponer a los padres que dejan que los menores salgan hasta horas nocturnas indevidas para esos menores?, además por el MININT deberian dar charlas en las escuelas, me refiero a los compañeros de menores, poner ejemplos reales sin mencionar el nombre de los casos que se han dado para que los niños escuchen, porque ya la mayoria de los niños ven cosas gravadas, no ven los programas educativos que salen por la TV cubana ,aunque los máximos responsables de los menores somos los padres y hay que seguir batallando para evitar lo que se expone en este artículo.