Karel regaló a 14 de Junio un nuevo propósito

Regresar a las cercanías de la que fue la Esbec 14 de Junio surcando esa carretera que en cada tramo te acerca a las vivencias de unas las mejores épocas vividas, te arranca una expresión de añoranza por esos viejos tiempos a la vez que te acompaña un sentimiento de satisfacción por formar parte de una generación auténtica.

Sin embargo, como si se tratase de una historia sacada de un libro, la mayor alegría te la proporciona, el apreciar en la actualidad la mayoría de esas tierras –antaño habitadas por el cítrico– sembradas de alimentos destinados a la población, precisamente por uno de esos tantos chiquillos que hace décadas atrás, estudió en sus aulas, correteó por los pasillos y desanduvo por los vastos campos de toronja y naranja.

Con alrededor de siete u ocho caballerías de tierra bajo su responsabilidad, Karel Cruz Rivera es hoy ese guajiro curtido que le ha dado un nuevo propósito a esas áreas que transformó en la finca 14 de Junio, convirtiéndose al mismo tiempo en un productor consolidado y diversificado de la Isla de la Juventud.

Asociado a la cooperativa de créditos y servicios (CCS) Jesús Menéndez Larrondo, Karel destina esa amplia extensión de tierras, a la siembra de cultivos varios y la ganadería. Fue uno de los campesinos que dio el paso al frente ante la necesidad de producir en el territorio los volúmenes de frijol que permitan asegurar este surtido para la canasta familiar normada.

Ya se encuentra cosechando el demandado grano cuya extensión plantada fue de tres caballerías de las variedades negro y bayo. “Tenemos un porciento ya en sacos –destacó Cruz Rivera– y nos mantenemos aquí recogiendo con los muchachos para apoyar al país en esta importante misión, que para nosotros significaría un gran logro si lo conseguimos.

Ante la necesidad de producir el frijol para la canasta familiar normada, el productor plantó tres caballerías

“El cultivo no se ha comportado como hubiéramos deseado debido a las dificultades existentes en la actualidad, no tenemos abono, estamos sembrando prácticamente sin recursos, pero la única manera de resolver la situación es sembrando y así lo hicimos.

“Como alternativa utilizo el estiércol del ganado regándolo en el campo hasta donde pueda llegar y mucha agua, este frijol sí que tuvo agua”.

El fornido agricultor aprovecha las bondades que le brinda la ubicación de su finca bien cerca de la presa Vietnam, el mayor embalse de la Isla. “Poseo un sistema de riego bastante bueno y lo estoy aprovechando, con unos motores logro traer el agua y regar los cultivos, me ha resultado bastante efectivo”.

Además del frijol Karel tiene cerca de seis hectáreas (ha) de yuca sembradas, de igual manera en cosecha, que envía para acopio y a la escuela José Maceo como contribución a la alimentación de los estudiantes de ese centro.

Asimismo, como productor diversificado también posee frutales, en este caso un sembradío de 28 ha de guayaba. “Cuando termine la recogida de frijol pretendo plantar media caballería de maíz y continuar con la siembra de yuca. Debo estar cerca de las tres hectáreas listas para la yuca con el cangre ya cortado para empezar, pero debo terminar con el frijol porque no dispongo de mucha fuerza de trabajo”.

En relación con esta señaló que hoy se le dificulta encontrar personas dispuestas a enfrentar la labor agrícola. “Las personas ya no quieren trabajar en el campo; a la cosecha de frijol todos quieren venir porque se hace un poco de dinero, sin embargo, a la siembra no viene mucha gente.

“Me las arreglo con los vecinos de la comunidad 44 y además me apoyo bastante en el personal del Maceo, a quienes agradezco infinitamente”.

En etapa de cosecha se apoya en la fuerza de trabajo proveniente de la comunidad 44

Sobre la ganadería, actividad en la que acumula más de una década de experiencia, reveló que posee 204 cabezas de ganado; de ellas 43 vacas en edad productiva y 23 en ordeño con las cuales está obteniendo entre 80 y 90 litros de leche diarios.

“A veces un poquito más o un poquito menos, pero mi meta este año es alcanzar los 300 litros de leche diarios y vamos a tirarle. Tengo 71 novillas ya en el tiempo óptimo para parir, por lo que las posibilidades de lograrlo son reales.

Karel confía en alcanzar la meta de los 300 litros de leche diarios

“Aquí la alimentación de los animales es buena, me he preparado para eso, sobre todo ha garantizado el agua que es una prioridad para las reses. El ganado de ordeño tiene que tener agua limpia y fija cada 200 metros, eso junto a la comida es lo que proporciona que las vacas den leche”.

Detalló que en este instante trabaja con el siboney, una raza buena para producir leche, aunque no descarta más adelante si se presentan dificultades “porque es una raza fina y te puede sufrir mucho por la garrapata y comida, regresar con el cebú para tratar de fortalecer”.

El fomento de la cría de ganado menor es otra de las actividades que los productores diversificados pretenden impulsar hoy en el Municipio. “Le estoy poniendo más interés al ganado menor porque es una cría que da resultado, es bonita para mí, tengo cerca la presa con bastante agua fresca, amplias extensiones de tierra que debemos aprovechar, pues para eso fueron entregadas y al final con el resultado del esfuerzo se obtienen las ganancias, entonces vamos a seguir creciendo”.

Y es que cuando existe armonía, una relación fluida entre todos los trabajadores y el ejemplo del líder impulsando las tareas a pie de surco, los buenos resultados no se hacen esperar. Luis Alberto Arancibia acumula ya tres años laborando con Karel, es su operador, lo ayuda con todo y asegura que la clave del éxito está precisamente ahí.

Luis Alberto nunca imaginó que a estas alturas estaría vinculado a labores agrícolas

Hace algunos años atrás Luis Alberto nunca imaginó que a estas alturas, estaría vinculado a las labores agrícolas. Es informático de profesión, luego se desempeñó como jefe de los custodios en la Americana y hoy forma parte del equipo de trabajo de Cruz Rivera, donde poco a poco ha ido encontrando el amor por la tierra.

La familia constituye otro puntal para el dueño de la finca 14 de Junio. Allí junto a él permanece su familia, esa que creó en la que su hijo sobresale como su brazo derecho, “mejor no me podía haber salido, mis padres viven en Nueva Gerona allá donde yo nací, pero mi papá sí viene con frecuencia a la finca a trabajar conmigo”.

Pues ya usted ve, ahí está Karel Cruz Rivera, un intrépido que desde niño siempre le gustaron los animales, montear, ordeñar vacas y correr detrás del ganado. Hoy cuando pasa revista a sus pocas más de cuatro décadas de vida, se percata con orgullo que ha materializado su sueño en realidad.

No existe mayor satisfacción que apreciar la belleza de los campos bien sembrados

Otros artículos del autor:

Isla de la Juventud
Yuniesky La Rosa Pérez
Yuniesky La Rosa Pérez

Licenciado en Comunicación Social en la universidad Jesús Montané Oropesa, Isla de la Juventud

Colaboradores:

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *