“Jíbaro”

Foto: Tomada de Internet

Todavía pienso en el compañero que en la inmensa cola para comprar aceite me dijo: “periodista, mire bien para que nadie se lo cuente después”, como si yo viviera –y créanme que me encantaría- en una galaxia y no en el planeta Tierra, para ser más precisa en esta Cuba sugestiva y muy lacerada.

Le contesté, pero no quise ser tan explícita, no era el momento ni el lugar, pero debí haberle dicho que como el demandado producto en las cocinas se ha puesto “jíbaro” por estos días, al conocer de su venta a 990 pesos, precio topado, en una mipyme cercana envié un emisario a las cuatro de la mañana y a esa hora ocupó el puesto quince; mientras yo tuve un sueño inquietante porque las escaseces hasta dan pesadillas.

Ahora es el aceite el que juega a las escondidas en este territorio, donde por demás resulta bien escabroso mantener de manera estable las ofertas, sobre todo de aquellos productos de primera necesidad debido entre otras cuestiones por los sinsabores que conlleva trasladarlos por esa carretera llamada mar.

Hasta esta periodista se vio como esos reels graciosos que abundan en internet, donde grafican la administración extrema del producto, muchas veces hasta con goteros para estirarlo y demorar el proceso de escurrir el pomo.

Foto: Tomada de Internet

Y aunque ahora aparece de manera esporádica en algunos negocios particulares, todavía abundan quienes se aprovechan de las circunstancias para venderlos a precios exorbitantes, que van desde los 1 400 hasta 1 600; aunque hubo quienes llegaron a dar por un pomo que no alcanzaba el litro ¡unos 2 000!, cifra muy superior a la pensión mínima de un jubilado.

¿Hasta cuándo? Se preguntan no pocos pineros y cubanos, pero no solo por el aceite porque a este se suman un sinfín de mercancías que como columpio descompuesto se empinan hacia arriba y no descienden debido a esa inflación que no se desinfla y achica cada vez más los deprimidos salarios.

El tema precio continúa ahí, latente, haciendo estragos por doquier; es como ese gato al que no existe quién le ponga el cascabel; sin embargo, a pesar de las medidas adoptadas, como las de toparlos, requiere de otras acciones estatales porque estas no han sido muy efectivas.

Y pienso, por ejemplo en esa propuesta que hiciera Yosvany Pupo Otero, viceministro primero del Comercio Interior, de convertir la Empresa Comercializadora Mayorista aquí en una mipyme estatal en aras de ampliar las posibilidades de abastecer los establecimientos de la red del Comercio y la gastronomía, tan desprovistos en estos momentos por la falta de abastecimientos.

Idea para nada desacertada, como tampoco la de encadenarse para reanimar procesos productivos e incrementar las tan necesarias producciones nacionales, así el sector estatal no quedaría carente, contribuiría de alguna manera a acorralar los precios, estabilizarlos hasta hacerlos descender porque de verdad que andamos ante una película de terror, donde abastecer las despensas o alimentarse da pavor porque cuesta y muchísimo.

“Jíbaro”, así anda el aceite, pero bien puede ser el pollo u otro producto porque tanto los revendedores como algunos negocios particulares, tan necesarios para reanimar la economía, según su concepción inicial, le sacan muy buena pesca a este río revuelto; de ahí que en sus manos no deben descansar el definitivo acomodo de los precios porque eso sería una quimera.

Este tema, tan llevado y traído, no puede continuar ante nuestros ojos engrandeciéndose como esos males que por solo pasarle la mano, luego cuesta mucho más erradicarlo de raíz; a este asunto hay que entrarle con todo porque daña a quienes sobre sus hombros descansa la responsabilidad de echar pa´ lante el país.

 

 

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Isla de la Juventud Opinión
Karelia Álvarez Rosell
Karelia Álvarez Rosell

Licenciada en Defectología en la Universidad Carlos Manuel de Céspedes, Isla de la Juventud. Diplomada en Periodismo con más de 30 años en la profesión.

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2 Replies to ““Jíbaro”

  1. A la cara los revenden en las redes sociales, pero no solo el aceite, todo se revende hasta el pollo que es uno de los productos topados

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