
El golfo de Batabanó es la única zona de Cuba en que ocurre lo que se nombra “Mareas Meteorológicas”, eso quiere decir que en las costas del golfo de Batabanó (donde está el puerto y su cercanía), las oscilaciones del nivel del mar están determinadas en gran medida, por la acción continua del viento, también la pueden ocasionar los huracanes, nortes y cambios bruscos de presión.
O sea, si el viento se mantiene soplando fuerte, de región sur, por tiempo prolongado como es el caso, el nivel del mar tiende a ir subiendo por encima de los niveles normales por las grandes masas de aguas que son empujadas por dichos vientos, en este caso se “llena” Batabanó como comenzó hace tres días y ha continuado hasta ayer.
Por el contrario, cuando entran los nortes fuertes, el movimiento del mar es opuesto y se retira de Batabanó, bajando sus niveles.
Ambos casos son complicados para la entrada, atraque, permanencia y salida de ese puerto.
Las consecuencias para los pasajeros al navegar con mal tiempo, pueden ser, el malestar que crea en los pasajeros el movimiento brusco de la embarcación por el oleaje, que puede provocar mareos en un gran número de personas de manera simultánea e incluso llevarles a la deshidratación por vómitos constantes.
Los movimientos y golpes de mar también pueden provocar caídas de las personas en los pasillos o en las escalas, que pueden causar serios accidentes, traumatismos, heridas y daños en la salud de las personas que, estando en medio del mar, alejados de instituciones sanitarias y con mal tiempo, puede ser complicado resolver.
Las malas condiciones del tiempo usualmente también disminuyen la visibilidad y capacidad de maniobra de los buques, cómo estos son barcos relativamente pequeños, el mal tiempo en general podría también causar imprecisiones en los movimientos del barco que le lleven a salir, involuntariamente, del curso planificado, con guiñadas (desviaciones bruscas) producidas por las olas o ráfagas de viento, que pueden llevar a la nave a encallar o colisionar con objetos existentes, como las balizas o taludes, mientras se navega en aguas restringidas como el río, la Pasa de la Manteca o el propio puerto de Batabanó y a consecuencia de ello averiar el casco, el mecanismo de propulsión o timones del buque. Si hubiera alguna falla que provoque que el barco quede sin gobierno o se apaguen sus máquinas, la situación podría complicarse por el mal tiempo.
Por otra parte, si existe sobre elevación del nivel del mar, sumado a vientos y oleaje, los riesgos son mayores. Los buques de VIAMAR, por diseño tienen cintones por las bandas (costados) que hacen las veces de defensas (protecciones) para evitar que en las maniobras de atraque y desatraque sus cascos puedan dañarse, pero, cuando el mar está por encima del nivel habitual, este cintón se monta sobre las defensas (gomas) del muelle o sobre el propio muelle y el movimiento brusco de ascenso y descenso del oleaje puede causar rupturas en el mismo, o lo que es peor, en las tracas (planchas de metal que conforman el casco) a las que se fija el cintón, causando averías que podrían permitir la entrada de agua.
En estas condiciones la maniobra de atraque y permanencia en el muelle de Batabanó se hace muy imprecisa, hay que tener en cuenta que un buque no es un carro en la tierra que se frena y no se mueve más, el barco siempre está a merced de la mar y el viento, por tanto, puede golpearse con el muelle y dañarse su estructura, partir los cabos (sogas) de amarre, etc. lo que dificulta o imposibilita la permanencia de este atracado al muelle.
Cuando se observa el área para maniobras en el puerto de Batabanó, aunque a simple vista parece muy amplia, realmente tiene límites, el ferri puede verse como un gran edificio flotante sobre el cual actúa mucho el viento y lo hace más cuando el viento es de región sur como ahora, ya que sopla perpendicular a la estructura del barco, empujando permanentemente en dirección a la parte baja que existe al norte, lo que sumado a la altura de la marea, hace muy inestable su estancia en el muelle por las causas ya explicadas, si se partieran los cabos, entonces el barco podría moverse a merced del viento y la mar hacia lugares no navegables, en estos casos, todas las maniobras allí son muy riesgosas.
Los videos que aparecen son reales, de las fechas de 8 y 9 de octubre y es evidente que no permiten la entrada a Batabanó, el problema de comprenderlo es cuando la sobre elevación es menor a esta, no tan escandalosa, con menos viento, que aun así ponen al buque y las personas en riego, es entonces que aparecen las inconformidades y se cuestiona la decisión de suspender el viaje, pues el peligro no es tan evidente, PERO IGUAL EXISTE.
Con información del perfil institucional en Facebook de Jesús Brito, subdirector de la naviera VIAMAR
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