Regina Prevot Ramos, organizadora de la zona 50 de los Comités de Defensa de la Revolución en Pueblo Nuevo, habló orgullosa del cumplimiento de la cotización anual en todos los comités allí, de la cosecha compartida con los vecinos en las parcelas Cultiva tu pedacito y del trabajo coordinado con el jefe de sector de la PNR frente al delito, entre otros resultados, pero coincidió con los demás participantes en el V Pleno municipal de la organización en que queda mucho por hacer aún en los barrios para mejorar el funcionamiento en la base.

Por eso centraron el análisis en cómo generalizar las mejores experiencias como estas, también palpables en la zona 9 de Micro 70, dirigido por el joven Alberto Curbelo Lescay, integrante de la dirección cederista en el territorio pinero, quien llamó a cuidar más en las cuadras la higiene, más allá de la movilización dominical para la limpieza y a vigilar de manera más sistemática en este entorno tanto la propiedad social, en nuestras viviendas como lo que sembremos y la convivencia.
En ese sentido dijo que para impulsar esas y demás tareas debemos aprovechar más las motivaciones de los aniversarios 65 de los CDR en septiembre de este año y el centenario, el venidero 13 de marzo, de la ratificación del Tratado Hay-Quesada que obligó a Estados Unidos a reconocer la soberanía cubana sobre el territorio pinero, cuyo legado patriótico y antimperialista adquiere mayor valor.
Pero tal vigencia no solo compulsa a perfeccionar el quehacer de los CDR, el pleno inspiró al recuento histórico y al repudio a las acciones más agresivas del actual gobierno imperial, a la vez que de mayor compromiso con los ideales de la Revolución en su búsqueda de alternativas ante el recrudecimiento de las limitaciones económicas impuestas por Donald Trump, como expresara al inicio el joven coordinador de zona Frank Herro Almaguer.
En la reunión celebrada en la sede municipal de los CDR y presidida por su coordinadora aquí y miembro de la dirección nacional, Yaniuska Druyet Suárez, fueron numerosas las intervenciones que insistieron en seguir perfeccionando el accionar cederista con una mirada inconforme de lo logrado, sin complacencia con los más de 160 destacamentos de vigilancia popular revolucionaria constituidos en zonas y los recorridos y operativos que en este frente realizan varias veces al mes, pues quedan violaciones por evitar o combatir con enfrentamiento oportuno en cada lugar.
Respecto a las donaciones voluntarias de sangre coincidieron que aunque sobrepasan los planes del pasado año y del primer mes del actual, el aporte puede ser mayor de acuerdo con las posibilidades y las necesidades no solo para salvar vidas, sino también para producir medicamentos.
Similar insatisfacción manifestaron con la recogida de materias primas en aras de mayor aporte a la economía y al saneamiento ambiental al calor del movimiento Mi barrio recicla, las potencialidades para incrementar las áreas para producir vegetales en los barrios, así como en las iniciativas para ampliar y estimular la participación de los jóvenes y niños.
Igualmente profundizaron en la necesidad de completar en CDR las responsabilidades que no han sido ocupadas, elevar la ejemplaridad de cuadros y dirigentes de base, continuar actualizando los sistemas de vigilancia y reforzar la labor preventiva contra el consumo y tráfico de drogas en los debates barriales del documento “Mejor no empezar” donde se evidencian hechos de esa índole y la labor mancomunada con familias, instituciones y organizaciones.
Fue enfática Adisleydis Llopis Robert, integrante del Buró Ejecutivo del Comité Municipal del Partido, al afirmar que los resultados a que aspiramos se lograrán si los CDR propicien un movimiento de masas transformador que una y motive a todos, pero especialmente a las nuevas generaciones.