Herrera, por siempre un hombre de cámara

Él es fundador y uno de los integrantes de un colectivo que cada 13 de agosto regala a Fidel un telecentro más comprometido con el pueblo y la Revolución
Foto: Gerardo Mayet Cruz

La historia de cada lugar debería estar contada por su gente, sus protagonistas, quienes le dan vida y lo convierten en lo que son, pues cuando la relatan ellos lo hacen desde el amor y el sentido de pertenencia.

Que Agustín Herrera Rojas –único fundador del telecentro Islavisión que permanece activo ahí– contara su historia no fue cosa fácil. Confiesa que no le gusta estar delante de cámaras ni ser entrevistado, precisamente él que de los 35 años que celebró de inaugurado este 13 de agosto ese medio de difusión, la mayoría los ha laborado cámara en mano.

Sin embargo estuvo de acuerdo en comentar acerca del devenir de ese centro, imprescindible para los pineros si de informar se trata. Con una trayectoria laboral increíble que inició allí con 26 años,

Herrera conversa desde la modestia y humildad, sin darles casi importancia a la bien merecida medalla Raúl Gómez García, la distinción Félix Elmuza y los premios municipales, nacionales, incluso, un reconocimiento internacional, como tampoco al hecho de aportar en la formación de nuevos profesionales.

Sirvan entonces sus palabras, reflejadas en el Victoria, como agasajo a ese colectivo que, desde el compromiso con la verdad y el pueblo, ha permanecido en la preferencia de la teleaudiencia, además por su profesionalidad y por hacer de Islavisión un medio en constantes transformaciones acordes a cada momento histórico.

DE LOS INICIOS Y LA EVOLUCIÓN DE LA TÉCNICA

“En este mismo espacio inició el telecentro, el estudio era arriba, chiquitico al igual que el máster. No llegábamos a 50 trabajadores; éramos treinta y pico o cuarenta y algo, incluyendo los custodios.

“Empecé como jefe de grupo y operador de video. Pasé curso en La Habana y como parte de él trabajamos en la Revista de la Mañana –así se llamaba en esa época–, el noticiero del mediodía, en Contacto los sábados, cuando empezó Hilda Rabilero, programas deportivos y otros espacios.

“Mi curso fue como de cuatro o cinco meses en el Instituto Cubano de Radio y Televisión en 1985. Vinimos para acá un tiempito antes, no se había terminado el montaje de los equipos, así que nos fuimos familiarizando con ellos y toda esa técnica nueva para nosotros. Fue un inicio para todos.

“El 13 de agosto de 1987 empezamos con la primera trasmisión. Eso fue… imagínate los nervios. El noticiero era de 15 minutos, comenzábamos a grabar por la mañana y a veces eran las tres de la tarde y no lo habíamos grabado porque no sabíamos cómo hacerlo debido a la falta de experiencia. Después nos adaptamos. Las primeras trasmisiones eran una vez a la semana, el viernes; luego miércoles y viernes; más tarde lunes y viernes, y con el tiempo empezamos todos los días.

“Con el otro equipamiento que recibimos aquí tuvimos que pasar un curso de computación en la universidad Jesús Montané Oropesa. Eso fue cerca del 2000. Estuvimos un mes; cada noche al terminar las trasmisiones íbamos para allá hasta las diez con el fin de apropiarnos de los conocimientos básicos de computación, pues esos equipos eran digitales.

“Cambió el formato, el anterior era U-matic, este es Divisipro; las cámaras también eran distintas, en vez de analógicas, digitales, igual que las máquinas de edición.

“Para ese entonces ya estaba como camarógrafo porque en el ’90 pasé el curso de cámara con un profesor de La Habana. Estuve haciendo ambas actividades: cámara y operador de video. En el ’92 se desocupa una plaza y comienzo solo como camarógrafo, hasta el 2016 que debí cambiar de puesto por problemas de salud. En ese momento ya no podía estar con tanto peso arriba, pasé para operador de video y ahí estoy bien. Mi trabajo tiene que ver con la calidad de la imagen, el ajuste a las cámaras antes de salir a grabar o a trasmitir, a las máquinas.

“Hasta hoy seguimos con el mismo sistema, han llegado algunas cámaras modernas; las primeras eran con casetes, luego con tarjeta de video.

LA FAMILIA Y UNA PASIÓN

“Desde antes de la inauguración el 13 de agosto solo quedamos Dagoberto Consuegra y yo. Él estaba en ese tiempo en la emisora y fue quien hizo las captaciones para el personal que entraría aquí. Después, por un problema personal, salí y a los meses entró Agustín Serrano. Luego, como a los dos años, me reincorporé.

“Estuve de misión en Belice, Haití y Venezuela como camarógrafo. En Belice cubrimos todas las misiones, en Haití solo la Educativa, pero como era el único equipo de televisión allí hicimos también trabajos de la esfera de Salud y acerca de la pesca porque había cubanos en esa rama allá. En Venezuela se hizo una corresponsalía con tres equipos de televisión. Salíamos diez, 15 días por todos los estados, regresábamos, editaban los trabajos y volvíamos a salir para otros. Fue arduo el trabajo, la verdad.

“Ahora en el colectivo hay muchos jóvenes, lo que hay es que profesionalizarlos bien para que dominen la técnica, de lo contrario el desempeño no será bueno, aunque así lo deseen.

“En el telecentro se aprecian cambios. Falta tecnología debido a los problemas que tiene el país, tenemos dificultades con las luces, las cámaras, nuestra unidad remoto está en muy malas condiciones, pero igual hacemos el esfuerzo por trasmitir. A los muchachos arribantes los veo con deseos de hacer, lo mismo en cámara, como editores, asesores, en la producción, donde casi todos son nuevos. Hay mucha juventud, incluyendo al director.

“Aquí somos como una familia. Los trabajadores son bien llevados, buenas personas. Entre operador de video y la cámara, prefiero la cámara, siempre la cámara; con ella tengo más posibilidad para realizarme, no sé, me gusta; la fotografía, el movimiento, la luz…, todo en ella me encanta”.

Él no solo es fundador, sino también uno de los integrantes más incansables y apasionados de ese colectivo que cada 13 de agosto regala a Fidel un telecentro más comprometido con su pueblo y la Revolución.

Así reflejaba el Victoria el nacimiento del telecentro pinero . Foto: Archivo del Victoria
Agustín manifiesta que ve con deseos de trabajar a los muchachos que han llegado. Foto: perfil de Islavisión en Facebook

Otros artículos del autor:

Isla de la Juventud
Yojamna Sánchez Ponce de León
Yojamna Sánchez Ponce de León

Licenciada en Literatura y Español en la universidad Carlos Manuel de Céspedes, Isla de la Juventud. Diplomada en Periodismo

Colaboradores:

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *