Héctor Pérez Llorca y su valentía

Una quietud ficticia muestra Cienfuegos el cinco de septiembre de 1957, cuando ocurre el estallido rebelde que toma la sureña urbe por 24 horas y el pueblo en masa sale a las calles para enfrentar la maquinaria bélica suministrada por Washington a Fulgencio Batista.

Aquel amanecer, con unas pocas armas y el impactante apoyo popular, los revolucionarios ocupan las estaciones de la policía marítima y la policía nacional, el Ayuntamiento y otros puntos en apoyo moral a quienes combaten en las montañas de Oriente para derrocar la dictadura.

La madrugada anterior arriban Julio Camacho Aguilera por el Movimiento 26 de Julio (M-26-7), y el exalférez de fragata Dionisio San Román, jefe militar del alzamiento, encargado de dirigir las acciones.

Junto a unos 60 o 70 combatientes del M-26-7 pelean grupos mixtos de milicianos y marineros formados en el Distrito Naval Sur, con sede en Cayo Loco, hoy Museo Histórico Naval de Cienfuegos.

Durante todo el día cinco, luchan contra los refuerzos del enemigo cuyas tropas ametrallan y bombardean indiscriminadamente los barrios y causan decenas de muertos y heridos en la población. Así resisten hasta la madrugada del seis de septiembre pero la falta de municiones y la superioridad del ejército impidieron el triunfo.

Uno de los integrantes del guardacostas #101 Leoncio Prado,

participante en el levantamiento popular armado es el joven Héctor Pérez Llorca, oriundo de Isla de Pinos, quien abandona la secundaria para abrirse paso en la vida y tras varias ocupaciones en otras regiones ingresa en la Marina de Guerra en la capital cubana.

En medio de la sublevación Pérez Llorca maneja una ametralladora y vende cara su vida al recibir un tiro en el cuello cuando estaba  atrincherado en el colegio San Lorenzo a las órdenes del teniente de la Marina de Guerra Dimas Martínez Padilla.

Aunque en lo militar el alzamiento resulta un revés para el movimiento en la Perla del Sur, representa una victoria por su tremenda repercusión nacional y el hecho de que, durante horas, es un territorio libre, el primero de la Revolución en el país.

A 65 años del heroico suceso, los pineros enaltecen a Pérez Llorca por su valentía y contribución a forjar en la hermana provincia los destellos de la libertad que fuera conquistada el Primero de Enero de 1959.

Honra también al venerado mártir la sonrisa de los alumnos de la escuela que lleva su nombre en Nueva Gerona, plantel que este cinco de septiembre reanuda el curso escolar.

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Historia Isla de la Juventud
Mayra Lamotte Castillo
Mayra Lamotte Castillo

Licenciada en Periodismo en la Universidad de La Habana; tiene más de 40 años en la profesión.

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