Por segunda campaña consecutiva las áreas productivas de la Isla de la Juventud acogieron a uno de los cultivos más demandados por la población, la papa, que vuelve a embellecer los campos pineros.

Foto: Gerardo Mayet Cruz
En esta ocasión, según destacó Omar Álvarez Velázquez, especialista de ese cultivo aquí, en la actual campaña planificaron sembrar 37 hectáreas (ha), de ellas 30 de papa convencional y siete hectáreas de la agroecológica.
Sin embargo, cuando arribó la semilla al territorio “nos percatamos que en el caso de la agroecológica llegó bastante despierta
–precisó Álvarez Velázquez– ya resultaba imposible cortar la semilla, pues entró en calibres tres y cuatro, bastante grande y si no la picamos no alcanza para sembrar. Por tanto finalmente fueron plantadas 35 ha, 30 de convencional y cinco de la agroecológica”.
La papa tocó territorio pinero en fecha óptima el 19 de noviembre del 2022 en un buen estado fisiológico, sin afectaciones por pudrición. Fueron plantadas dos variedades, en el caso de la convencional se sembró este año la Manitou, variedad diferente a la de la contienda anterior (Burren), mientras en la agroecológica mantuvieron la Spectra, que el año pasado aportó buenos resultados. El trabajo de pilón se ejecutó como estaba establecido.
PAPA AGROECOLÓGICA
Omar aseguró que todo el tubérculo de esta campaña se sembró en la fecha idónea. Las cinco hectáreas de la agroecológica, que fue la primera en plantarse, fueron sembradas con nueve productores, algunos continuantes que cultivaron el año anterior y otros que se incorporaron en esta oportunidad.

Foto: Gerardo Mayet Cruz
Comenzaron desde el dos de diciembre con el campesino René Rodríguez Rives y concluyeron el 27 de diciembre con el productor Alejandro Escalona Tamayo (Landy). Precisamente Landy es uno de los que repite, en esta ocasión con 0,42 ha.
Al respecto comentó Escalona Tamayo: “La primera vez cometimos varios errores por falta de conocimiento, experiencia y por la tecnología que poseemos. Por ejemplo, los neumáticos son muy grandes, entonces tuvimos que hacer el marco de siembra en consecuencia de ello a 1,40 metros cuando el que realmente lleva es a 0,90. Eso trajo consigo que se secaba muy rápido y había que volver a regar y como resultado el rendimiento es menor. Ahora sí lo hicimos con el marco de siembra adecuado.
“El otro detalle rectificado este año en relación con el anterior radica en la cantidad de tierra. La pasada campaña le echamos mucha tierra encima a la papa y esta vez le arrojamos la que lleva. “Usamos la trichoderma, microrganismo eficiente, mucha materia orgánica y agua jabonosa, o sea reciclamos el agua después de lavar, la mantenemos una semana, se fermenta un poco y cuando la aplicamos nos resulta un fungicida bárbaro”.
En el momento de la visita la papa de Landy rebasaba los 40 días de sembrada, ya en proceso de desarrollo. “Esperamos un rendimiento superior al precedente, cuando alcanzamos nueve toneladas por hectáreas. Según hemos percibido el comportamiento y la población, el rendimiento será mayor”.
Sobre el agua para el riego, apuntó que sobreponiéndose a los contratiempos con el líquido y la escasez de precipitaciones en la zona, han logrado regarle la que realmente lleva manteniendo el ciclo lo mejor posible.
De manera general el tubérculo ha venido desarrollándose bien a pesar de algunos inconvenientes, en este caso relacionados con unas precipitaciones que cayeron el 26 de enero y afectaron un nivel de plantas que ya habían sido regadas según lo establecido.
“Este es un cultivo muy susceptible a la humedad –aclaró Omar–, no obstante las afectaciones fueron de un dos y tres por ciento (%), al final con esos campesinos no se obtendrá el resultado esperado, aunque sí habrá buenos dividendos.
“La cosecha debe comenzar alrededor del diez de marzo venidero y en la agroecológica pretendemos alcanzar un rendimiento productivo de 14 toneladas (t) por hectárea. De esta que es la primera que debe salir en la Isla, estamos previendo contratar un nivel para apoyar el consumo social, dígase círculos infantiles, hogares de ancianos, hospital y hogares maternos”.
PAPA CONVENCIONAL

Foto: Gerardo Mayet Cruz
En el caso de la convencional la siembra se extendió del 21 de diciembre del 2022 hasta el cuatro de enero del 2023. De las 30 ha, Euclides Veyrut González sembró 19, Avelino Martínez plantó cinco, Miguel García González (Miguelín) tres, estos dos últimos en las áreas productivas de Julio Antonio Mella, mientras las restantes tres hectáreas fueron sembradas en una máquina de riego perteneciente a las Fuerzas Armadas Revolucionarias.

Foto: Gerardo Mayet Cruz
“Esta papa también ha venido evolucionando bastante bien –explicó el especialista–, la primera que se sembró con Euclides tiene más de 40 días, se aprecia con buen estado fisiológico, ya le han sido efectuados nueve riegos en lo que va de ciclo de cultivo, tres fumigaciones, le aplicaron el herbicida premergente y el posemergente, además de aplicaciones de biofertilizantes.
“Poseemos este año el fertirriego, la urea que se le echa a la papa que la vez anterior lo hicimos de manera edáfica, o sea por la tierra, ahora lo estamos haciendo como dice el instructivo en cuatro sesiones, es decir durante el ciclo de cultivo cuatro aplicaciones de urea, primero al 15%, luego al 30, de nuevo al 30 y para finalizar al 15%.
“Así es más efectivo, se pierde menos que de forma edáfica porque va directo a la hoja y la planta lo absorbe y asimila mejor. Se hace a través de la propia máquina de riego con un equipo que inyecta la urea a la máquina, según la dosis que corresponda en esa aplicación y la máquina a partir del riego lo va ejecutando”.
La cosecha de la papa tradicional está prevista que comience después del día 15 o 20 de marzo, alrededor de los 85 días que es el ciclo de la variedad Manitou. El rendimiento según el plan proyectado deberá ser de 20 toneladas por hectáreas. Sumando las estimaciones de las 35 ha entre la tradicional y la agroecológica, serían unas 670 t a cosechar.
“Ojalá podamos llegar a esa cifra lo cual supondría un buen golpe de la vianda. Nos daría la posibilidad de volver a sembrar en la próxima campaña, posiblemente incrementar las áreas y poder asegurar un nivel de este producto para el pueblo de una forma más sostenida en el tiempo”.
La convencional tiene como destino la venta a la población a través de los diferentes puntos de venta, ya sea bodegas o placitas según corresponda.