A sus 82 años a Guillermo Varcacel Obregón se le conmueve el alma cuando pisa el umbral del antiguo cine Caribe, hoy cine teatro Caribe. En días recientes volvió a esa institución cultural a la que dedicara cuatro décadas de su vida y la emoción volvió a apoderarse de él.
El más que merecido homenaje que le hicieran el crítico de cine Carlos González Valerino; Isabel Anet Ríos Pueblo, directora del Centro Municipal del Cine y el resto del colectivo con la colaboración de Cultura, el Partido y otras instituciones, no es suficiente para agradecerle a un hombre que tanto batalló por mantener no solo el edificio en condiciones ante el paso del tiempo y eventos de todo tipo sino una programación estable y actividades colaterales logrando que los pineros desarrollaran el gusto por asistir a la sala y adquirieran una cultura cinematográfica.
Con voz entrecortada Guillermo agradeció a todos por haber hecho posible regresar al cine y en especial a Carlitos e Isabel. Acerca del lugar expresó:
“Está muy bonito. Veo que lo han mantenido bello. Me hace feliz que, aunque pasan los años no lo han olvidado y está mejor aún”.
El 24 de diciembre de 1965 se fundó esa emblemática instalación, él fue entonces el primer delegado que tuvo el Icaic y es en la actualidad uno de los fundadores que aún viven.
“Recuerdo que las colas que se hacían para entrar empezaban en la entrada, bajaban toda esa acera del lado izquierdo, seguían por frente a la pizzería para volver a doblar y empatar al frente, pero nunca hubo un problema con nadie. Las personas esperaban tranquilas. Siempre había público en todas las tandas, esa era una época maravillosa”, cuenta a esta reportera ya más tranquilo luego de evocar a compañeros de trabajo y esa etapa fundacional.
Este octogenario hombre de cine, junto a su esposa, acomodadora de la sala y otras mujeres y hombres hicieron una labor de compromiso, dedicación y amor por el séptimo arte por mucho tiempo. A ellos dedicó años atrás su documental Vamos al cine el también realizador audiovisual González Valerino y en especial a él, una revista de la programación del telecentro Islavisión.
Carlitos como Isabel y el actual colectivo del Caribe, motivados por el ejemplo de Guillermo se empeñan por volver a poner en el lugar cimero dentro de la cultura pinera un arte que muchos disfrutan.
¿Por qué el cine? Fue una pregunta obligada. “Fue una tarea que se me dio muy jovencito y que cumplí con esmero. Volvería a hacerlo siempre. Amo este lugar”, respondió y esta redactora tuvo la certeza de que no dejará nunca de ser un hombre de sala oscura.
