Gran parte de la Franja de Gaza está en ruinas, como se aprecia en la imagen, en un área cerca de la frontera israelí. Foto: Jack Guez /AFP/ Getty Images.
“Una de las primeras cosas impactantes que vi entrando [en Gaza] fueron los perros merodeando por las ruinas. Pregunté a un colega que me acompañaba por qué estaban tan gordos. Me dijo que porque están buscando cadáveres. Y te das cuenta de que la gente está delgada. Y ves esto durante kilómetros y kilómetros”.
Así contaba Tom Fletcher en marzo de 2025 su experiencia en Gaza, que calificó de “película de terror”. El secretario general adjunto de asuntos humanitarios de la ONU, que ha estado en otras zonas de conflicto y desastre, dijo a los periodistas que Gaza “está totalmente a otro nivel”.
A estas alturas (inicios de octubre, dos años después del comienzo de la actual embestida del Estado de Israel contra la Franja), hay consenso internacional sobre la perpetración de un genocidio.1 Se habla de más de 67 000 muertos por ataques israelíes en Gaza, una cifra que incluye más de 20 000 niños.
Una investigación de la revista israelí +972 y el británico The Guardian, tomando como punto de partida una base de datos del Ejército de Israel, señala que el 83% de los fallecidos han sido civiles.
Más de 2 500 muertos mientras intentaban acceder a ayuda humanitaria en los puntos de la privada y polémica Fundación Humanitaria para Gaza (GHF, siglas en inglés).
Más de cinco centenares de muertos, entre ellos unos 160 niños, por la desnutrición aguda que han provocado las restricciones al ingreso de ayuda humanitaria impuestas por Israel, cuyo Gobierno niega que haya hambruna en Gaza y hasta promovió una campaña publicitaria internacional, por decenas de millones de dólares, para negarla.2
El Gobierno israelí ha empleado el hambre como arma en Gaza. En julio de 2025, Alex de Waal, experto británico con más de cuatro décadas estudiando hambrunas, director de la Fundación Mundial para la Paz en Tufts University, Estados Unidos, dijo a la BBC que algo que distingue lo que está sucediendo en Gaza es “hasta qué punto la hambruna allí ha sido meticulosamente diseñada para infligir privación individual y trauma social”.
La hambruna no es solo “la experiencia individual del cuerpo consumiéndose”, sino también una “experiencia colectiva de deshumanización”.
“Quienes infligen una hambruna son conscientes de ello. Saben que lo que hacen es, en realidad, desmantelar una sociedad”, afirmó.
Tras esa afirmación, hay que recordar al exministro de Defensa Yoav Gallant cuando en octubre de 2023 anunció un nuevo bloqueo a Gaza. “Ni electricidad, ni comida, ni agua, ni gas… Estamos luchando contra animales humanos y actuamos en consecuencia”. O a Netanyahu en mayo de 2025, en declaraciones a un comité del Parlamento israelí filtradas a la prensa: “Nuestro único problema es encontrar países que los acojan”.
Unos 250 periodistas muertos −más que el total en las Guerras Mundiales, Vietnam, Corea, Afganistán y los Balcanes, solo en dos años de escalada militar−. Mayoritariamente palestinos, porque a Gaza no pueden ingresar reporteros extranjeros. El chaleco con la palabra PRESS los ha convertido en blancos. El argumento más empleado es que son terroristas o colaboradores de Hamás. Casi 300 trabajadores humanitarios muertos hasta agosto de 2025, más de 1 600 médicos.
Unos 170 000 heridos. La cifra no revela la realidad de lo que acontece: entre los heridos están los de bala, fragmentos de bombas y morteros, derrumbes en bombardeos… Están lo que han sufrido heridas consideradas leves y los mutilados o los desfigurados por graves quemaduras. Muchos son niños.
Hidayat Al-Motawaq sostiene a su hijo de 18 meses, Mohammad Al-Motawaq, en su tienda de campaña en la Franja de Gaza. Agosto de 2025. Foto: NPR.Nafez Mohammed Khidr Nasser, de 10 años, carece de alimentos y medicinas básicas y sufre de desnutrición en el barrio de Tuffah, Ciudad de Gaza. Ha perdido la capacidad de caminar y su peso ha disminuido rápidamente. Foto: Getty/ Tomada de LA Times.
La ONG War Child Alliance ha denunciado que durante décadas los niños de Gaza y Cisjordania han enfrentado sistemáticamente violencia, detención sin juicio, acoso y discriminación bajo la ocupación israelí.
Los últimos dos años han empeorado la situación: uno de cada 10 ha sido mutilado o herido; al menos 17 000 han quedado huérfanos o han sido separados de sus padres o cuidadores, según datos de War Child y Save The Children International.
War Child ha advertido que “los niños de Gaza experimentan situaciones traumáticas a diario. Es probable que todos los niños necesiten apoyo urgente de salud mental y muchos requieren años de tratamiento especializado mientras luchan contra la ansiedad, la depresión y el trastorno de estrés postraumático. Es aún más difícil para ellos mirar hacia un futuro positivo cuando la educación se ha detenido por completo en Gaza y es cada vez más inaccesible en Cisjordania”.
En 2024, una evaluación de War Child y otras organizaciones entre centenares de familias gazatíes reveló que casi la mitad de los niños dice que “quiere morir” y un 96% siente que su muerte es inminente.
Un 87% muestra un miedo grave, un 79% sufre pesadillas, un 77% evita hablar de sucesos traumáticos, un 73% muestra síntomas de agresividad (92% niños y 54% niñas) y muchos tienen signos de retraimiento y ansiedad grave, junto con una sensación generalizada de desesperanza.
Unicef ha señalado que unos 50 000 niños han sido asesinados o heridos por las fuerzas israelíes.
“Cuando se vive una situación en la que incluso quienes cuidan y socorren empiezan a desmayarse, significa que la estructura completa del sistema humanitario está colapsando. Y eso es exactamente lo que observamos hoy en Gaza”, una especie de “entorno posapocalíptico donde los niños están muriendo en silencio por hambre y los que no han llegado a ese extremo piden salir de ese infierno”.
La lógica de muchos niños es que quizá sería mejor morir “porque en el cielo o el infierno podría haber comida, mientras que en Gaza no la hay”.
Philippe Lazzarini, comisionado general de la Agencia de la ONU para los Refugiados Palestinos (UNRWA), agosto de 2025.
Médicos en audiencias públicas en Inglaterra informaron que los niños “preguntan si van a morir rápido en caso de que un misil los impacte, se preguntan por qué no murieron junto a sus padres y dicen que quieren morir para verlos lo más pronto posible”. Foto: Palestinian Center for Human Rights.