Recuerdo un camino despejado de árboles y matojos, un campo amplio sembrado de papas que recogíamos en temporada en unos surcos sin fin. La Amistad Cuba-Corea ya no es la secundaria básica al campo a la cual asistí de adolescente, ahora florece como un Instituto Politécnico Agropecuario (Ipa), en cuyas áreas aledañas los verdes sembrados sustituyeron al marabú de épocas atrás.
Con el pasar de los años y un poderoso huracán –el Gustav, en 2008– esta escuela ubicada a un par de kilómetros de Nueva Gerona, cuenta hoy con otra misión, preparar al futuro técnico que tanto requiere el territorio.
DE EDUCACIÓN Y PRÁCTICAS
De una enseñanza, a veces poco visibilizada, pero con un alto componente de empeño en preparar a obreros calificados y técnicos en especialidades y oficios tan importantes como una profesión, conversamos con su director Alexánder Rodríguez Magriñat, quien en breve recorrido por el plantel mostró el trabajo que realizan los muchachos junto a sus docentes.
“Contamos con 213 estudiantes distribuidos en 12 especialidades, de ellas ocho de técnico medio y cuatro de obreros calificados. En esta mañana se encuentran los de tercer año de Construcción Civil presentando su Trabajo Integrador Final, en el aula especializada”, comentó quien lidera al colectivo hace apenas cinco meses.

Salimos de la dirección y nos dirigimos al salón donde exponen, no se trata solo de las experiencias de los colegiales, sino de un desempeño que en detalladas maquetas demuestran los conocimientos aprendidos. El local destaca por las mejoradas condiciones del equipamiento informático y otras tecnologías que apoyan sobremanera el proceso de aprendizaje.


En el tribunal frente al cual exponen encontramos a Carmen Rosa Buchillón López, subdirectora de Enseñanza Práctica, quien puntualiza: “El centro cuenta con 6,09 hectáreas de tierra para las actividades agrícolas y donde, además, tenemos un módulo pecuario con conejos, chivos, gallinas ponedoras, carneros y cerdos; un organopónico con quimbombó, habichuela, cebollino y ajo puerro; y en el área de producción hay plátano, intercalado con boniato, yuca y frutabomba.
“Esto –explica– permite a los estudiantes hacer en el propio centro las prácticas preprofesionales y laborales al tiempo que realizan las tareas integradoras para adquirir habilidades. Aquí poseemos un área de Forestal, donde aprenden lo que es un vivero tradicional y uno tecnificado, con el objetivo de reforestar la loma que colinda con la escuela.
“Asimismo, está el área de Construcción, un polígono en el cual adquieren habilidades respecto a lo que es resane, repello y otras actividades. Mientras, en el caso de Eléctrica realizan sus respectivas acciones en la propia empresa, con la cual existen muy buenas relaciones de trabajo; así como en GeoCuba, que posee un aula anexa para los alumnos. Otras empresas y organismos también contribuyen a su formación”.
En las áreas exteriores
Nos retiramos del edificio y Alexánder nos guía al terreno donde el verde predomina a pesar de la escasa entrada de agua a la instalación; las no muy extensas plantaciones revelan el gozo de una atención constante por parte de todo el equipo, tanto de estudiantes como de los 25 profesores y los 23 trabajadores de servicio.

“Estas yucas tienen dos meses y medio –comenta en tanto señala el hermoso arbusto–, se han dado bonitas, pero fue con un cuidadoso trabajo y cargando el agua a cubos como las logramos. Por acá –se da media vuelta– están los plátanos, de distintas variedades”, y continúa mostrando el resto de los sembrados, de cuyas cosechas consumen en el comedor del centro y realizan donaciones a otros, en especial, a círculos infantiles.
“Aquellos de allá son los corrales de los animales, se debe entrar con traje verde por seguridad sanitaria; de las gallinas también consumimos y donamos de los huevos recopilados en el día, pero las cifras han bajado mucho, se estresan, el cambio de la comida, todo influye en la producción, tenemos que ser muy cuidadosos”, subraya Rodríguez Magriñat.

Los conejos son los más hermosos, unos cuantos ejemplares hembras esperan dar a luz en las próximas semanas, y para beneplácito de nuestra visita, dos de ellas tuvieron sus crías ese mismo día, seis y cinco, respectivamente, las cuales incrementarán la familia, así como favorecerán la actividad cunícola allí.
“Como no teníamos comida suficiente para los cerdos los vendimos a quienes podían atenderlos, por tanto adquirimos unos pequeños –argumenta Alexánder–; los chivos que poseemos salen a comer, ahora hay dos aquí castigados porque se pierden en la loma con la chiva del vecino”, comenta con un poco de gracia la anécdota de un par de padre e hijo traviesos.
Los bichos se nos pegan con la seguridad de que somos extraños. ¡Qué van a sospechar ellos que solo queremos conocer e indagar en los avances de ese instituto! No obstante, nos retiramos del área verde, la caminata fue suficiente para saber que en ese centro se trabaja, y muy bien.
Con los bríos de Profet

Del novedoso proyecto Profet nos habla Caridad Estrella Clavelo Guerrero, Metodóloga de la Educación Técnica y Profesional en la Dirección General de Educación aquí. “Desde el 2019 se iniciaron los estudios de este proyecto, en el cual el Ipa Amistad Cuba-Corea fue escogido, por sus características y condiciones, para apoyar desde diferentes aristas.
“Por esta vía nos han llegado insumos, equipos, maquinarias, implementos de seguridad del trabajo durante las prácticas, materiales para el apoyo y una mejor docencia, díganse guantes, botas, atuendos y otras herramientas. Es de forma específica para las ramas de Construcción Civil y Agronomía, pero beneficia en general a todo el estudiantado y al plantel”, detalla Caridad Estrella.
Del fortalecimiento del proceso de formación profesional de los jóvenes y trabajadores en la Educación Técnica y Profesional en especialidades seleccionadas para su inserción al empleo trata Profet, con el auspicio de la Agencia Suiza para el Desarrollo y la Cooperación, de conjunto con el Ministerio de Educación de Cuba y el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo.
“Cuenta, además, y muy importante –destaca Clavelo Guerrero– con una estrategia de género e inclusión, debido a la primacía del género masculino en las especialidades técnicas. Aquí tenemos 187 muchachos y solo 26 hembras”.
Sobre ese particular refiere la experimentada docente que falta solidificar el rol de las familias en ese sentido, cuando la misión está dirigida a promover, desde el apoyo y la orientación, con igualdad, el ingreso, la formación y ubicación laboral de las muchachas.
“No obstante, no descansamos en ese propósito, tenemos muchas expectativas y esperanzas puestas en Profet. El asunto del agua es la principal dificultad en estos momentos, pero una vez resuelto vamos con todo, a trabajar y a producir”.
Crecer es lo que hace ahora el Ipa de la Isla de la Juventud, lo hace desde la preparación curricular, hasta los valores y capacidades que van adquiriendo los colegiales. Nos marchamos con la certeza de regresar pronto, pues allí aún hay un montón de resultados por ver.
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