Fechas gemelas

Los jóvenes abrazados a la libertad y guiados por Fidel estando en el mar todavía,sufren mucho al escuchar las noticias del levantamiento sin poder hacer nada por los movilizados que ejecutan la acción prevista en apoyo a la expedición.

Foto: Tomada de Internet

Guiados por Frank País García, jefe de Acción y Sabotaje del Movimiento 26 de Julio, imberbes combatientes pasan en los autos vestidos por primera vez con el uniforme verde olivo y el brazalete rojo y negro,aquel amanecer, mientras que gritan:¡Abajo Batista! ¡Viva Cuba libre! Hacen estallar la metralla y cocteles Molotov en la Ciudad Indómita.

Durante varias horas y en diferentes lugares pelean con el afán de tomar una base de ómnibus para emplear los carros en la obstrucción de las calles, asaltar la Policía Marítima, una ferretería en la Plaza Dolores y la Estación de Policía de la Loma del Intendente.

En la decisión memorable del pueblo santiaguero –que siempre coopera con valentía en los momentos críticos– y de sus jóvenes por liberar la Patria subyugada tuvieron un gran protagonismo Pepito Tey, Tony Alomá  y Otto Parellada, cuyas vidas segaron las balas enemigas al recibir refuerzo las tropas batistianas y multiplicar su superioridad en hombres y armas, sin que ocurriera el desembarco como se esperaba.

Redacción Digital

Falla el plan táctico concebido por Fidel para derrotar a la tiranía basado, en su esencia, en la simultaneidad del desembarco con el Levantamiento Armando en Santiago de Cuba ese 30 de noviembre de 1956, para desviar la atención de las fuerzas enemigas, neutralizarlas, acopiar las armas y facilitar que un grupo de hombres entrenados militarmente suban a la Sierra Maestra y emprendan la lucha armada contra el régimen espurio de Fulgencio Batista.

Aunque el levantamiento no cumple su propósito, entre otras causas, debido a las dificultades presentadas por el yate Granma que sale de México por el río Tuxpan el 25 de noviembre y se atrasa en su travesía, sí estreme al régimen y llena de esperanza a los más humildes.

El desembarco solo puede realizarse dos días después; la nave pierde el rumbo y encalla en el manglar Los Cayuelas,a dos kilómetros de la playa Las Coloradas, el dos de diciembre.

Motivo del atraso es la caída al mar del revolucionario Roberto Roque por el mal tiempo y aunque la oscuridad de la noche impide hallarlo de inmediato, el gran líder ordena continuar la búsqueda hasta rescatarlo vivo.

Armando Hart Dávalos/ Foto: Tomada de internet

Los 82 expedicionarios, bajo el mando de Fidel Castro Ruz, abandonan la embarcación inmovilizada, llegan a tierra cubana, dejan parte del equipamiento durante la marcha, mientras los vigila la aviación y persigue el ejército.Avanzan por un tramo bajo y cenagoso de la costa cubierto de manglares que acaba de aniquilar físicamente a los hombres, ya maltrechos por el agotador trayecto de una semana.

Tratan de encaminarse hacia las montañas hasta ocurrir el amargo revés de Alegría de Pío, donde sorprenden a la columna, la dispersan y muchos de sus integrantes son asesinados o capturados en los días subsiguientes. No obstante, los sobrevivientes llevan la semilla de un nuevo ejército liberador y justiciero.

En el acto conmemorativo por el XX Aniversario de la efeméride, en su discurso Armando Hart Dávalos enfatiza: “El 30 de noviembre y el dos de diciembre son fechas que debieron ser una sola y el pueblo debe recordar como gemelas, porque contribuyeron a la gestación, triunfo y consolidación de la Primera Revolución Socialista de América. El más grande homenaje a los mártires es haber conquistado la victoria”.

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Historia Isla de la Juventud
Mayra Lamotte Castillo
Mayra Lamotte Castillo

Licenciada en Periodismo en la Universidad de La Habana; tiene más de 40 años en la profesión.

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