Para los cubanos, como cantara Carlos Puebla, siempre es 26, una fecha inspiradora de las luchas actuales en que se funde el homenaje a los héroes y mártires de aquella audaz acción de hace 69 años bajo la guía de Fidel con el reconocimiento a los que han contribuido a la victoria permanente de los cubanos y resisten a pie firme el recio bloqueo estadounidense y las amenazas imperiales.
A trabajar por hacer de cada día un 26, de cada mes del calendario un julio y de cada compromiso un Moncada victorioso, convocó el Presidente de la República, Miguel Díaz-Canel Bermúdez en la celebración central del Día de la Rebeldía Nacional en los momentos más difíciles de la Covid y se renueva ante los nuevos retos.
Moncada, victoria de las ideas, es más que el lema de la jornada como mismo la recordación trasciende la fecha patria, porque el espíritu de aquellos jóvenes que tomaron el cielo por asalto en el año del centenario martiano prosigue hoy en fábricas, empresas, surcos, cooperativas, servicios diversos, el ahorro y en el combate a indisciplinas e ilegalidades, así como en graduaciones y otros logros dedicadas a este aniversario 69 de la heroica gesta.
Cada 26 de Julio representa fecha especial para el pueblo cubano, pues se funden las mejores tradiciones de lucha de la nación a lo largo de su historia. Con esta acción no murió el Apóstol en el año de su centenario, renació su pensamiento, surgió un nuevo liderazgo y una nueva organización con métodos de lucha diferentes de cómo hacer política en Cuba y América Latina.
El pueblo cubano celebra este 26 con la firme voluntad de seguir adelante, la plena determinación de no perder las conquistas logradas durante tantos años y la convicción de que saldremos adelante, más fortalecidos, confiando ante todo en nuestras propias fuerzas y potencialidades y en la labor eficiente de los trabajadores y el pueblo.
La Revolución no tiene vuelta atrás, debemos recordarles a quienes insisten en sembrar el desánimo, desmovilizar al pueblo y apartarlo de su vanguardia política como único garante de la unidad y la victoria.
Esa es la razón de su cantaleta, su odio, fracaso e impotencia como asalariados de un imperio que nunca podrá contra Cuba.
Tampoco de nada valió la manipulación del dictador Fulgencio Batista, que entonces detentaba el poder, quien no solo encarceló, aisló y amenazó a Fidel y demás compañeros de lucha tras el Moncada, sino que los presentó como “asesinos” y otras ofensas y mentiras.
Muy pronto el pueblo y sus jóvenes destruyeron esas farsas con las verdades expuestas por Fidel en su alegato de La Historia me Absolverá y demostró el compromiso de esos luchadores y justicieros que lo sacrificaron todo por la liberación de la Patria y continuar la marcha indetenible con Martí, Maceo, Gómez y Fidel.