Continúa siendo el factor humano el elemento determinante en la ocurrencia de accidentes de tránsito en la Isla de la Juventud, tras los primeros ocho meses de este 2024.

Un total de 48 siniestros en la vía pública, con 18 lesionados y un fallecido, según nos confirmó el capitán Aramís González Almeida, jefe de Tránsito aquí, constituye el saldo negativo que hasta este instante han provocado las negligencias, indisciplinas y falta de responsabilidad de algunos choferes al volante.
En comparación con igual período del año anterior dichas cifras han experimentado un incremento que debe preocupar y ocupar no solo a las fuerzas reguladoras del tránsito, sino también y de manera especial, a los conductores de vehículos que a pesar de conocer las prohibiciones incurren una y otra vez en desobediencias que conducen a estos lamentables sucesos que son perfectamente evitables.
Sepa usted que como causas fundamentales de la accidentalidad hoy en el territorio sobresalen la ingestión de bebidas alcohólicas, poca atención a la conducción del vehículo, adelantamiento indebido y exceso de velocidad.
Como mencionamos al inicio, todas responden al factor humano y a la escasa percepción de riesgo que poseen no pocos de los que incumplen con las normas establecidas para conducir en la vía pública.
Por ejemplo, un dato revelador que llama mucho la atención, es que la edad promedio de los conductores que transitan por nuestras arterias sin licencia de conducción oscila de 16 a 26 años. Ojo con la permisividad que les damos en casa a nuestros hijos de circular deliberadamente, sobre todo en motos eléctricas, sin los conocimientos necesarios y el documento que lo avala por muy fácil que parezca manejar este tipo de vehículos.
Precisamente los ciclomotores constituyen los medios de transporte que más incidencia tienen en la accidentalidad, sobresaliendo la zona urbana como el área más afectada. De igual manera resulta oportuno destacar la necesidad de que, quienes manejan en la vía pública, utilicen de forma correcta el casco de protección y seguridad para evitar consecuencias mayores y no tener que lamentar la irreparable pérdida de vidas humanas.
Hace pocos días terminó la etapa veraniega y vacacional para niños, adolescentes y jóvenes estudiantes de las diferentes enseñanzas. Este, como es habitual, fue un momento en el cual aumentó el trasiego de personas en diversos medios hacia el área de las playas y demás espacios destinados a la recreación y el esparcimiento.
Hubo –como siempre se hace– que adoptar un grupo de medidas para reforzar la vigilancia en la vía y evitar siniestros, específicamente en esas zonas donde se movía mucho personal.
Pero ese esfuerzo no termina, ahora con el inicio del curso escolar debe multiplicarse la atención de manera especial cerca de los centros educacionales en los horarios de la mañana y la tarde, cuando se desplaza la multitud de niños entrando y saliendo de las aulas.
Las fuerzas de enfrentamiento, en este caso las unidades de tránsito, mantienen una labor constante de vigilancia ubicando a la motorizada en las intersecciones más fluidas de vehículos en los horarios pico de 7:00 a 8:00 de la mañana y de 4:00 a 6:00 de la tarde.
Asimismo acometen operativos para alertar a los conductores que transitan sin licencia, todo dirigido a fortalecer el trabajo cotidiano de prevención, erradicar las indisciplinas en la vía pública y con ello prevenir accidentes.