
No es secreto que no todos experimentan una sensación de felicidad al momento de pagar sus impuestos, pero está claro que es un deber, una obligación que cumplir, por lo que decidir no hacerlo, evadirlo, trae consigo graves consecuencias.
Estas van desde la afectación a la economía del país hasta el plano personal, con la posibilidad de terminar en un proceso penal con sanciones de privación de libertad y/o trabajo correccional con y sin internamiento, así como el mandato de pagar el total de la deuda contraída con el fisco.
Investigaciones realizadas sobre el tema coinciden en clasificar la variedad de conductas evasoras sancionables, entre las que se encuentran: subdeclaración de ingresos, utilización de materias primas de procedencia ilícita, falsear la contabilidad de los ingresos y gastos en los asientos contables ydisminuir en la declaración la cantidad de trabajadores contratados en la actividad o negocio.
También se han detectado violaciones en el alcance de la actividad económica que realiza, asociación indebida entre trabajadores por cuenta propia, ocultar información mediante el uso de menús diferentes para nacionales y extranjeros, entre otras.
Al respecto se le concede gran relevancia al concepto de que “no se puede gastar más de lo ingresado”, es decir, si aparecen compras de grandes cantidades de materias primas, mercancías y productos costosos, esto presupone un nivel de ingresos en correspondencia con tales desembolsos. Además, el movimiento de los inventarios, los gastos propios de las instalaciones, el costo por el arrendamiento del inmueble, los consumos energéticos, todos ellos son termómetros para diagnosticar posibles actitudes evasoras, así como la ejecución de inversiones que demuestran la prosperidad de la actividad, sin que ello se refleje en el debido incremento de los aportes.
Igualmente constituye un delito la mediación de testaferros, o sea, persona que presta su nombre, que tienen la falsa titularidad de la actividad o el negocio, el cual en realidad es de alguien más, siendo, asimismo, responsable ante las autoridades.
Hoy en Cuba es difícil que no se detecten las evasiones al fisco, a partir de que existe un encadenamiento de acciones con otros organismos, de ahí que se pueda contar con diversas informaciones derivadas de los convenios de intercambio y colaboración con los Ministerios de Trabajo y Seguridad Social, de Turismo, del Transporte; con el Registro de Vehículos, la Policía Nacional Revolucionaria y otros actores e instituciones, incluso internacionales, que proporcionan a la Oficina de Administración Tributaria (Onat) evidencias sólidas con trascendencia fiscal.
La población debe tener claro que la evasión fiscal trae consigo afectaciones significativas que podemos palpar cotidianamente ya que provoca la sola existencia de recursos para cubrir necesidades básicas, es decir, ingresos tributarios que no se recibieron por causa de este delito, son recursos que estaban planificados recaudar y no llegaron al Presupuesto del Estado para financiar algún servicio público del cual somos beneficiarios todos.
Por consiguiente, se limita la posibilidad de desarrollo en el país, de invertir cuanto se necesita para mejorar en la Educación, tecnología, Salud Pública, asistencia social, carreteras, lo cual conduce a problemas más serios y estos a su vez, otros problemas sociales, propiciando que los ciudadanos no tengan la calidad de vida que podrían tener si el Estado contara con los recursos suficientes y con la correcta administración de los mismos, son estas razones por las cuales las actitudes evasoras son inadmisibles, porque constituyen un daño colectivo.
Comunicadora de la Fiscalía Municipal Especial Isla de la Juventud y colaboradora
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