
Desde la década del 60’ Pelusín del Monte de la escritora Dora Alonso, La Caperucita Roja en la versión de Modesto Centeno, La Cenicienta, El gato con botas y Pinocho volvían a la vida en las manos de los hermanos Camejo y Carril. El Teatro Nacional de Guiñol se convirtió en un hormiguero de creación que agrupó a los mejores titiriteros de Cuba. En cada una de las funciones se colmaba la platea de la sede, sita en los bajos del Edificio Focsa en el Vedado capitalino.
Esta sala–con una capacidad inicial para 210 espectadores y un escenario de ocho metros de ancho por seis de fondo y cuatro de altura– cerró sus puertas en 2019 para una reparación capital.
“Hace dos años una brigada cooperativa, dirigida por la arquitecta Galia Frómeta, inició la reconstrucción”, explicó a Cubadebate Yudd Favier, asesora teatral y trabajadora de la sala.
Aún falta por pulir el piso del hall, que en un futuro será una galería expositiva, con algunos títeres originales de los hermanos Camejo. La idea del director general, Rubén Darío Salazar, es convertir la oficina de los fundadores del teatro en una sala de recepción y, a la vez, funcionará como un museo con los muebles originales de 1963.
También están listos los baños públicos y se recuperó el tabloncillo. Se amplió el escenario; la acústica y las luces se volvieron a montar y se restauraron los asientos originales que tienen mayor resistencia. Zenén Calero diseñó el juego de colores para que fueran más vistosos. Lo más crítico en estos momentos es el clima, aunque falta el equipo de audio que tiene que importarse.
“Las paredes se han pintado cuatro veces porque, como estamos en un sótano, tenemos problemas con la humedad. Hicimos una inversión medular en deshumificadores para mantener los títeres. Este lugar no se puede tener cerrado; hay que darle sangre porque se invirtió mucho dinero y falta el último empujón”, comentó Favier.
Según Lillitsy Hernández Oliva, presidenta del Consejo Nacional de Artes Escénicas, está proyectado que esta sala abra sus puertas en mayo del 2023.
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Lillitsy Hernández Oliva, presidenta del Consejo Nacional de Artes Escénicas. Foto: Enrique González (Enro)/ Cubadebate.
El Consejo Nacional de Artes Escénicas atiende 24 salas de teatro en la capital. Actualmente, seis no prestan programación; de ellas, tres están inmersas en un proceso inversionista (Teatro Mella, Teatro Pionero y Gran Teatro de La Habana Alicia Alonso) y en el Teatro Nacional de Guiñol se trabaja por concepto de mantenimiento constructivo. Solo no se labora en la restauración del Teatro Fausto y el Teatro Musical.
“La mayoría de estas salas son instituciones con grados patrimoniales, por tanto, los costos de sus reparaciones y mantenimientos son millonarios. Un tabloncillo no cuesta menos de 1 000 000 pesos”, refirió la presidenta del CNAE.
En el año 2022 se invirtieron en el sostenimiento y mantenimiento constructivo de esta red institucional alrededor de 19 768 000 pesos, sin contar los montos asignados al Gran Teatro de La Habana Alicia Alonso (GTH).
“Los 18 espacios restantes están a disposición de la programación. Puede existir una situación puntual como ha ocurrido en el Teatro Nacional que no tiene las condiciones técnicas óptimas y necesarias, dígase las luces y el audio. En ocasiones es necesario alquilar a través de proyectos audiovisuales estos equipos para apoyar las presentaciones del Ballet Nacional de Cuba, Danza Contemporánea, Acosta Danza y otras compañías”.
En este sentido, Hernández Oliva reconoció que existen problemas con la técnica de las luces y audios, que puede ser renovada en muchos teatros, pero se requieren procesos de inversión contratados en el exterior. “Se trabaja con lo que tenemos, con reparaciones con Tecnoescena y los alquileres. El que cuenta con mejores condiciones técnicas es el Gran Teatro y, aún así, para determinadas presentaciones es insuficiente.”.
La sede de La Colmenita, El Trianón, la Llauradó, el Bertolt Brecht, El Sótano, Cine Miramar, la Hubert de Blanck, La Edad de Oro, La Proa, La Tintalla, Ciervo Encantado, Raquel Revuelta y Ludi Teatro son otras de las salas que pertenecen al CNAE.
“El Cine Pionero, en Centro Habana, está casi al abrir sus puertas, aunque en la actualidad funge como un espacio de ensayo. Lo más crítico es el clima, pero la variante de solución requiere de equipos de menor tonelaje. Tiene toda la obra civil recuperada”.
El Sótano, por su parte, tenía problemas eléctricos, filtraciones graves y otras dificultades menores en clima. Ahora se abrió después de dos años y medio y se incorpora a la cartelera cultural de la capital.

Sala El Sótano. Foto: Enrique González (Enro)/ Cubadebate.
“El Fausto y el Teatro Musical–el de mayor deterioro– necesitan una inversión capital. No se ha podido trabajar en la recuperación de esos espacios. Año tras año las prioridades han estado en mantener aquellos espacios que se encuentran funcionando. Eso no significa que renunciemos a qué estos teatros vuelven a formar parte del circuito de circulación escénica”, añadió la directiva.
Gran Teatro de La Habana
Con un estilo neobarroco, el Gran Teatro de La Habana Alicia Alonso, emplazado en el antiguo Teatro Tacón, es la sede por excelencia del Ballet Nacional de Cuba. Aunque se sometió a una reparación capital entre 2013 y 2015 y abrió sus puertas en 2016, hoy permanece cerrado.
En ese proceso inversionista fueron restauradas las fachadas, vestíbulos, palcos, cubiertas y tabloncillos; se dotó al teatro con un nuevo mobiliario, telones, sistema de climatización, acústica, mecánica escénica, salones de ensayos para los bailarines y la orquesta, un estudio de grabación y más de 20 camerinos. Los problemas vigentes no se relacionan con esa restauración.
“Las principales dificultades que tiene el teatro es por el comején en la carpintería y en los accesorios de madera en la sala García Lorca. Está afectado el falso techo, que es la ruta crítica de la instalación. Detrás de esa estructura hay una losa que tiene desprendimientos”, explicó a Cubadebate Enmanuel George, subdirector del GTH.

Techo del Gran Teatro de La Habana Alicia Alonso. Foto: Enrique González Díaz (Enro)/ Cubadebate.
Según los expertos, no se puede reparar ese falso techo sin un trabajo previo en la losa. “Entre ella y el falso techo hay unos 30 o 40 centímetros, por eso es imposible llegar desde el exterior y hay que desmontarlo. Eso implica un proceso delicado porque existen elementos artísticos, molduras de yeso y un lienzo específico que deben ser conservados. En el caso de la pintura hay que conseguir réplicas o una memoria digital de cómo son para conservar su valor patrimonial”.
El tabloncillo de la sala no tiene problemas. “Hay comején en otros niveles, pero el techo es lo que compromete el inicio de las funciones”.
En este sentido, Lillitsy Hernández Oliva dijo que se realizó un contrato con el Centro de Investigaciones Agroforestal del Ministerio de la Agricultura para que identificaran las especies de termitas que hay en la sala y a partir de ahí saber cómo atacar al insecto.
“Se hizo una importación de líquidos a través de PALCO porque muchos de esos químicos no existen en Cuba. Aquí nos vuelve a afectar el bloqueo porque los productos estaban listos para ser transportados al país y la naviera que lo iba a hacer se retractó”.
No hemos determinado la manera en la que llegó el comején, agregó la presidenta del CNAE. “Es un insecto invasivo, y la madera tiene una vida útil y limitada en ese sentido. Es propenso que ocurra, más en un lugar donde confluyen diferentes tipos y accesorios de este material. Un solo pedazo de madera contaminado es capaz de comprometer al resto”.

Comején en el Gran Teatro de La Habana Alicia Alonso. Foto: Enrique González (Enro)/ Cubadebate.
También, la infraestructura, sobre todo del tercer piso, por filtraciones en el sistema del aire acondicionado, empezó a sufrir una fragmentación y ha deteriorado parte del techo. “Los desprendimientos en la losa pueden ser a causa de la humedad o las vibraciones sonoras típicas de los teatros”, infirió la directiva.
Aunque inicialmente pensaban que el problema eran las termitas, las afectaciones que detectaron ralentizan la recuperación del GTH. “Cualquiera de las soluciones que los expertos e ingenieros sugieren, es costosa y serán realizadas en 2023, año que habrá mayor capacidad desde el monto de la inversión que se está asegurando para continuar recuperando el teatro”, explicó Hernández Oliva.
En el GTH se invirtieron este año 7 000 000 de pesos para solucionar los problemas con la carpintería hasta donde fuera posible, arreglar el aire acondicionado y levantar el parqué (pedacitos de madera en el piso). “Es un proceso complicado: determinar dónde está el comején, después sacar las lunetas y hacerles un tratamiento térmico”.
Hoy se definen cuáles son los costos necesarios para solucionar las afectaciones en el Gran Teatro de La Habana Alicia Alonso, porque la aspiración es que a finales del 2023 reabra sus puertas al público.
Teatro Mella

Trabajos de reparación en el Teatro Mella. Foto: Enrique González (Enro)/ Cubadebate.
El Teatro Mella, situado en uno de los circuitos culturales más importantes de La Habana, desde hace unos años no descorre sus telones para hacer gala de la excelente acústica que siempre lo ha caracterizado, complementada con la iluminación y su peculiar estilo constructivo.
La institución, emplazada en el recinto que antes ocupaba el Teatro Rodi, actualmente ejecuta un ambicioso proceso inversionista.
“La situación más crítica es la importación del clima, con un costo inaccesible para el Ministerio de Cultura en este momento. Es una prioridad, estamos conscientes de que hay que hacerlo”, enfatizó la presidenta del Consejo Nacional de Artes Escénicas.
El equipo se había mandado a comprar desde el 2020 pero con la llegada de la covid-19, tanto la importadora como el Mincult, pararon la gestión. “La volvimos a retomar después del ordenamiento y como no se pagaba en CUC, sino en USD, el costo se multiplicó”.
Igualmente, hay que importar algunos de los telones de boca y de fondo porque el gramaje que necesitan esas telas no existe en Cuba.
No obstante, el Teatro Mella, con capacidad para 1475 personas, luce diferente. Se arregló el tabloncillo (solo falta pulirlo), se repararon todas las lunetas (el 60 % de las butacas están tapizadas), el sistema eléctrico y las luminarias, pero no se puede prestar servicio sin el clima.

Nuevas butacas del Teatro Mella. Foto: Enrique González (Enro)/ Cubadebate.
De acuerdo con la directora del teatro, Débora Martínez González, la cabina de sonido se bajó para la platea para lograr una mejor acústica e interacción entre los sonidistas y los músicos.
“Tenemos las alfombras y el nuevo sistema de sonido en el teatro. El clima fue la causa por la que cerramos, pero aprovechamos ese tiempo para reparar la sala y crear mejores condiciones para el bienestar del público.
Cine Teatro Miramar

Cine Teatro Miramar. Foto: Enrique González (Enro)/ Cubadebate.
El cine teatro Miramar tiene una capacidad de 463 butacas; estuvo cerrado desde 2016 y reabrió el 14 de enero de 2022. Ubicado en Quinta Avenida, la institución cultural data de la década de 1950.
Originalmente, fue construido como una sala de cine y luego el edificio se anexó a un mercado de autoservicio y a una cafetería Hoard Johnson.
Según su directora Anaysi Martínez González, el proceso inversionista inició con la reparación del techo del teatro. “En una segunda parte se restauró el tabloncillo del escenario, porque la madera estaba podrida. En estos momentos se trabaja con el clima. Nos faltan unos compresores que son importados para culminar con este proceso, pero no limita que se brinde programación, pues no compromete la sala, sino otras partes de la instalación”.
De igual manera, se colocaron falso techos a los pasillos de los camerinos y más adelante pretenden cambiar el inmueble de esos espacios para una mejor atención de los artistas. “Ahora tenemos una taquilla con mayor seguridad y se pintó el teatro”.
Teatro Nacional de Cuba

Nereyda López Labrada, directora del Teatro Nacional. Foto: Enrique González (Enro)/ Cubadebate.
El Teatro Nacional de Cuba, después del cierre de varias salas importantes de la capital, tuvo que absorber la programación del Karl Marx, del Martí, del Gran Teatro de La Habana Alicia Alonso y el Lázaro Peña. En el transcurso del 2022 se han gastado más de 9 000 000 de pesos en mantenimientos constructivos.
“Hemos trabajado en la impermeabilización de los techos de las salas Covarrubias y Avellaneda, con una rapidez extraordinaria para interrumpir lo menos posible el desarrollo de la programación”, agregó Nereyda López Labrada, directora de esta institución emblemática de la cultura cubana.
En el techo de la Avellaneda se desprendieron siete papalotes. Mientras se reparaban se aprovechó la sala para ensayos y grabaciones de videoclips. “Teníamos la responsabilidad de recuperar la Avellaneda, que cuenta con 2 056 capacidades”.
Se pintaron ambas salas y se reparó el sistema hidráulico, el pantry de producción y la dirección del Teatro Nacional. Además, se trabajó en el pulido y mantenimiento de los pisos de El Portalón.
“Se sustituyó el sistema hidráulico de desagüe de los techos, algo importante para que haya una efectividad y durabilidad en lo que hacemos. También fue reparado el local de climatización central del teatro, se le dio mantenimiento al foso del escenario y a los tabloncillos de ambas salas. Tenemos como prioridad solucionar el desprendimiento de las losas del costado del edificio central y estamos inmersos en la reparación del sistema eléctrico”.
Entre las aspiraciones de la dirección del teatro y del Consejo Nacional de Artes Escénicas está la de reparar y reinaugurar el Noveno Piso, una sala con capacidad para 100 personas. “La obra asciende a 12 000 000 millones. Lo primero que repararemos es el ascensor y mejoraremos toda la parte de impermeabilización, la hidrosanitaria y el tabloncillo. Esto está en planes y esperaremos a que sea aprobada la inversión”, agregó López Labrada.
Un recorrido por otros puntos de la geografía
El caso más crítico en el resto de las provincias del país era en el Teatro Principal de Ciego de Ávila. “Toda la red de instalaciones de ese territorio estaba en deterioro y no posibilitaban la implementación de la programación cultural. A partir del congreso de la Asociación Hermanos Saíz se repartieron a varias empresas de la provincia las instituciones de la cultura y hoy el teatro se está reparando”, contó Lillitsy Hernández Oliva, presidenta del Consejo Nacional de Artes Escénicas.
También se trabaja en el Teatro Terry en Cienfuegos, que, si bien no está en funcionamiento total, la sala continúa con el mayor peso de la programación cultural en el territorio.
Yusdiel Echevarría Díaz, administrador de esa institución, declaró a la Agencia Cubana de Noticias en el 2021 que el proceso inversionista que se realiza en el Terry asciende a 1 800 000 pesos, destinado al equipamiento y el mobiliario, así como a la reposición completa de las rejas del teatro incluyendo el lijado, la pintura y detalles en los dibujos.
De igual forma pusieron nuevas alfombras en la primera y segunda plantas, colocaron falso techos en las áreas administrativas y en el segundo y tercer pisos. Carpinteros y miembros del Fondo Cubano de Bienes Culturales sustituyeron las escaleras, puertas y ventanas y, además, culminaron el tabloncillo.
El Teatro Sauto en Matanzas, después de una reparación capital concluida en el 2019, renació más bello y con aproximadamente el 90 porciento de apego a su estado original.
Por otro lado, el Teatro José Jacinto Milanés en Pinar del Río, aunque gozaba de un excelente estado constructivo, sufrió afectaciones con el paso del huracán Ian el pasado septiembre, que abarcaron desde la cubierta hasta la puerta principal.
En el empeño por devolver la vitalidad al centro intervinieron diversas entidades, como Tecnoescena, el proyecto Fidias y la Empresa de Servicios y Ejecución de Obras del Ministerio de Cultura radicada en Villa Clara. Se ejecutaron acciones de reparación y mantenimiento a las ventanas laterales, la mecánica de la tramoya, luces y el área de sonido.
Asimismo, se trabajó en el tabloncillo del escenario y el foso donde radica la orquesta que se presenta en el teatro. En tiempo récord —tres días— recuperaron el techo, con impermeabilización incluida.
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Lillitsy Hernández Oliva, presidenta del Consejo Nacional de Artes Escénicas, refirió que el tiempo de mantenimiento de los teatros depende de los montos asignados. “Aunque hay algunos planificados a partir del reglamento técnico, la prioridad en los presupuestos hay que compartirla entre las reparaciones, mantenimientos y también el sostenimiento de los procesos de creación, estrenos, programación y eventos”.

Reparación y tapizado de las butacas del Cine Teatro Miramar. Foto: Enrique González (Enro)/ Cubadebate.
A partir del número de lunetas, los costos de las entradas y los días de presentación, la recaudación actual de los teatros de la red del CNAE no supera los 1 500 000 pesos; si estuvieran funcionando los 24, incluyendo el Gran Teatro de La Habana, no llega a los 2 000 000.
“No se recauda ni el 0.5 % del dinero invertido. Eso es una muestra de la voluntad del Estado de subvencionar la sostenibilidad de las instalaciones teatrales en el país”.
En este sentido, explicó que, obviamente, cuando las salas que están cerradas comiencen a prestar servicios, los mantenimientos continuarán. A ello se suma, por ejemplo, la situación con Ludi Teatro, que no pertenece al Consejo sino al Ministerio de Educación Superior al que le tienen que pagar mensualmente el alquiler.
“Los salarios de los artistas, el costo de las producciones, más reparaciones y mantenimientos, alcanzan alrededor de 100 000 000 de pesos en gastos anuales, para recaudar solo 2 000 000. Los precios de las entradas también son subsidiados y no superan los 60 pesos, monto que solo tienen las funciones del Ballet Nacional de Cuba”, explicó.
El Teatro Nacional, el Mella y el Miramar son unidades presupuestas con tratamiento especial y tienen que pagarse parte de sus gastos con lo que generan sus ingresos. “Lo que recaudan no les alcanza y el Ministerio de Cultura les otorga dinero por encima. Eso pasa a ser un subsidio por pérdidas. Repito, no es un problema de no prioridad o falta entendimiento de las autoridades del Gobierno. Lo más importante para el país es proteger el arte”.
En video, situación de los teatros en la capital
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