¡Enhorabuena, casas comisionistas!

Foto: Karelia Álvarez Rosell

“Acompáñame a la tienda que me llamaron para ir a recoger un dinero”, me dice Bárbara eufórica mientras guarda el celular en la cartera y prosigue: “Dale, apúrate, te explico por el camino. Y me llevaba de la mano, casi sin pisar el pavimento, revelándome la novedad.

Ella y su hijo habían hecho una recogida en su casa de algunas ropas y objetos en desuso para llevarlas hasta el antiguo Mercado Artesanal Industrial Variedades Isla, ubicado en el supermercado Abel Santamaría, pues en estos momentos y a partir del perfeccionamiento del sector, forma parte de una Unidad Básica.

Y ahora los localizaban para recibir el dinero por la venta de cada prenda y útil. Pero Baby no es la única que recibe llamadas tan esperadas y oportunas, porque la mayoría de las veces se reciben en el momento justo en que los bolsillos y los monederos andan pidiendo un “salve”.

Las Casas Comisionistas llegaron desde la entrada en vigor en julio del 2021 de la Resolución 83, de la Ministra del ramo, dando la posibilidad de vivificar la actividad del comercio al actualizar principios y regulaciones con vistas a un mejor funcionamiento, máxime cuando el desabastecimiento de importantes productos se hacía cada vez más notable.

Así aquellos estantes vacíos fueron ocupados por las prendas de vestir de mujer, hombre o niños, juegos de sábanas, espejuelos, sombrillas, mosquiteros, chancletas para baño u otro calzado nuevo o de uso; así como productos ociosos y de lento movimiento de entidades estatales, entre otros.

Ya suman varias las tiendas o áreas de un establecimiento que en el Municipio prestan el servicio de gestión de ventas a partir de un contrato o convenio en el que las partes acuerdan precios, formas de pago –incluida una comisión–, tiempo máximo de la oferta, el depósito en consignación; además de esclarecer deberes y derechos.

El impacto de esa modalidad de comercio minorista al ampliar la gama de productos a disposición de los pobladores ha sido tal que por citar solo un ejemplo, la propia Unidad Básica Variedades Isla desde su apertura en marzo hasta diciembre del pasado año recaudó por la venta comisionista más de 91 900 pesos.

Según explicaba Raiza León, comercial del nuevo complejo, se aprecia una reanimación, pues afluyen más personas a la tienda y se incrementan las ventas aunque “ahora llegó otra resolución ministerial que limita la venta de varios productos de aseo, tan demandados por los consumidores”.

De igual manera se prohíbe la comercialización de alimentos y bebidas; los que constituyan ventas reguladas por otros organismos; joyas y artículos de oro, plata o piedras preciosas; pieles de animales y maderas preciosas; moneda con valor numismático; sellos de correo con valor filatélico o postal; motores de vehículos automotores; y productos que solo puedan constituir propiedad estatal.

Pudieran existir algunas insatisfacciones que podremos analizar más adelante en un reportaje; no obstante, lo cierto es que a las Casas Comisionistas hay que decirles: ¡Enhorabuena! por constituir una valiosa oportunidad para dinamizar el comercio, sector al que en la Isla le queda mucho todavía por transformar.

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Isla de la Juventud Opinión
Karelia Álvarez Rosell
Karelia Álvarez Rosell

Licenciada en Defectología en la Universidad Carlos Manuel de Céspedes, Isla de la Juventud. Diplomada en Periodismo con más de 30 años en la profesión.

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