En Isla de la Juventud un gesto que transforma paredes en hogar (+ Fotos y Video)

Ana Esther Zulueta | Fotos: Autora

Nueva Gerona, 9 sep (ACN) En Isla de la Juventud un nuevo hogar para niños sin amparo familiar comienza a latir con fuerza, a pocos días de su inauguración el centro que acogerá a menores de 0 a 6 años recibió un donativo que transforma paredes en un espacio para los afectos.

La tienda La Celeste, emprendimiento liderado por Celeste Aranda La O, trabajadora por cuenta propia, celebró su cuarto aniversario con un acto de profunda humanidad: la entrega de artículos esenciales y decorativos a la nueva institución adscripta a la Dirección Municipal de Educación.

Organizadores, muñequitas en porcelana fría, cuadros hechos de manera artesanal, centros de mesa, prendas de vestir, juguetes, adornos para el pelo y vajilla fueron parte del donativo que convirtió paredes vacías en rincones cálidos.

Durante el acto, Aranda La O -visiblemente emocionada- compartió palabras que resonaron como un manifiesto de solidaridad: Hoy no celebramos solo años, sino vínculos, porque cuando la educación, la comunidad y la voluntad se unen, los milagros cotidianos ocurren, afirmó.

Su iniciativa surgió al recorrer el espacio aún en preparación, donde cada rincón pedía ternura. “Sentí que no podía mirar hacia otro lado”, declaró.

Así, La Celeste se convirtió en puente entre la voluntad y la acción, para lo cual movilizó a colaboradores y amigos que creyeron en el poder de este gesto y respondieron sin vacilación.

Ena Nilvia Reyes Torres, directora municipal de Educación, agradeció el gesto que permitirá a la institución adquirir características de un verdadero hogar, al tiempo que anunció su apertura oficial en los próximos días.

Lo más lindo es el gesto de amor y cariño con que se da a los niños de la primera infancia, gracias de corazón por esta bondad, manifestó Bárbara Ortega Padrón, metodóloga de primera infancia en el territorio pinero.

Mientras, Dama Batista Pérez, jefa del nivel educativo de primera infancia, añadió una reflexión conmovedora: Ojalá estos centros no existieran, para que todos los niños estuvieran en su hogar con sus familias. Pero que ustedes hayan aportado desde lo más profundo de su corazón… no saben cuán importante es.”

Los peluches, los juguetes, los adornos… cada elemento donado lleva consigo una intención: que los niños se sientan acogidos, protegidos y queridos, según Aranda La O, “cada sonrisa que logremos provocar en esos pequeños es, en sí misma, una caricia al alma.”

En una comunidad donde la solidaridad se convierte en acción, La Celeste demuestra que un negocio puede ser también un espacio de construcción social, y que, cuando se celebra con el corazón, cada aniversario puede marcar el inicio de una historia más grande, porque hay gestos que no llenan estantes, pero sí colman los corazones.

 

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