La celebración en tierra pinera por el Día Internacional de la Danza trajo la buena nueva de la entrega del Premio Municipal de Danza a Osmany del Prado, el único bailaor de la compañía de baile español Raíces de España.

Muy jovencito inició en ese maravilloso mundo y jamás imaginó que más de una década después, estaría recibiendo ese galardón por su permanencia, talento y entrega a la agrupación. Parco como es ante cámaras y micrófonos, medio nervioso y feliz, solo atinó a decir: “Esto es mi vida, pasión; mucho sufrimiento he pasado para estar aquí y aún estoy y alegre”.
Los festejos en la Isla por la antigua manifestación, comprendió la presentación en el anfiteatro Victoria en la noche de este martes del espectáculo Fragmentos del grupo de danza contemporánea Índigo, con el cual el elenco danzario celebró sus 22 años y los 23 de carrera artística de su fundadora Maybí Díaz.

“Estoy contentísima por cómo el público ha aclamado con aplausos cada obra y momento de este espectáculo. Los criterios que escuché fueron positivos todos, palabras como ¡qué nivel! ¡qué bonito!… me dieron la medida de que tenemos que mostrar más nuestra obra y estar aquí, donde las personas vean que acá en la Isla hay talento”.

Al decir de la también bailarina y coreógrafa componen la propuesta varias piezas de estrenos de la agrupación: “Iniciando por Compás que hicimos bastante tiempo atrás, Cubano, otros más y Eternal que fue el último. Las obras entre sí no tenían un hilo conductor, pero la idea era presentar al público esas que estuvieron un día en el escenario y nunca más trabajamos en ellas y ahora pudimos rescatarlas y aprovecharlas”.
Maybí, además de su labor frente a Índigo, destaca dentro de las Artes Escénicas por su contribución a la enseñanza artística, específicamente en la escuela elemental de arte Leonardo Luberta, donde ha puesto sus conocimientos a disposición de las nuevas generaciones de bailarines y elevado la preparación integral de los futuros artistas.

“Se dice a menudo que la danza puede expresar lo indecible. La alegría, el dolor y la desesperación se hacen visibles; expresiones encarnadas de nuestra fragilidad compartida. En este sentido, la danza puede despertar empatía, inspirar bondad y despertar el deseo de sanar en lugar de dañar”, expresó el legendario bailarín y coreógrafo de origen ruso Mikhail Baryshnikov en su mensaje al mundo a propósito de la efeméride este 29 de abril, recordatorio de que el arte es capaz de transformar y salvar en cualquier circunstancia.