Díaz-Canel y Morales Ojeda visitaron ayer centros económicos y sociales de Maisí, en Guantánamo, y de Río Cauto, en Granma
MAISÍ, Guantánamo.–La doctora Yuneisi González Hermosillo vive desde hace 15 años en Los Llanos, desde que se casó con el doctor Jennys Alba, primo-hermano del también doctor Yonaisdy Olivero, ambos nacidos y criados aquí. Durante siglos, hasta el triunfo de la Revolución, en Los Llanos nunca hubo un médico.
Jóvenes los tres, cumplieron misión en Venezuela, y ahora, de regreso, son parte del nutrido personal de Salud que, a nivel de consultorios y policlínico, da atención a los habitantes de Los Llanos, una de las muchas comunidades apartadas de Maisí, municipio que, para la mayoría de cubanas y cubanos, es lugar lejano y remoto que algún día les gustaría visitar.
Por Maisí no se pasa, a Maisí hay que venir, y hasta allí llegaron ayer el Primer Secretario del Comité Central del Partido Comunista de Cuba (PCC) y Presidente de la República, Miguel Díaz-Canel Bermúdez, y el miembro del Buró Político y secretario de Organización del Comité Central, Roberto Morales Ojeda.
Ambos dieron así continuidad a los recorridos que realizan por los municipios para intercambiar sobre las prioridades del Partido y del país en 2024, y su concreción en cada lugar. En la mañana fue en Maisí, en Guantánamo; y en la tarde, en Río Cauto, en Granma.
En el Alto Oriente, estuvieron acompañados por el primer secretario del Partido en la provincia, Yoel Pérez García; la gobernadora del territorio, Alice Azahares Torreblanca, y por las autoridades políticas y administrativas del municipio por donde le nace el Sol a Cuba.
Díaz-Canel y Morales visitaron la comunidad de «petrocasas» La Vega, donde, junto a las construidas hace un lustro, ahora se levantan 12 nuevas viviendas modulares de madera, techo de zinc, dos habitaciones, piso de cemento y baño de mampostería –área de protección ante eventos meteorológicos extremos–, según la experiencia desarrollada por las far en Pinar del Río, tras el paso del huracán Ian, en 2022.
Aunque ha sido resarcida la mayoría de los daños del huracán Matthew, de 2016, aún quedan por construir unos 1 500 hogares, de los miles que fueron destruidos totalmente entonces en Maisí.
La proyección del municipio es construir a corto plazo unas 300 viviendas a partir de los recursos locales –madera sobre todo–, y asegurar el confort con una bien pensada urbanización, de forma tal que permita a los lugareños mejorar su calidad de vida, un señalamiento en el que enfatizó Díaz-Canel.
También insistió en que las familias beneficiadas, y la comunidad en su conjunto, de manera solidaria, participe en la ampliación del asentamiento, para que cada quien sienta que lo hecho fue obra suya, y pidió la cooperación a todas las entidades económicas y formas productivas asentadas en el consejo popular.
A residentes de Los Llanos que fueron hasta La Vega, a saludarlo con un cariño extremo y una admiración a toda prueba, calificaron la visita de Díaz-Canel como un acto muy hermoso. El mandatario les comentó que este era un barrio en transformación, donde la proposición de prioridades, la participación en su realización y el control por parte del pueblo, son fundamentales para que se empleen bien los recursos, no se pierdan, y las cosas queden cada vez mejor.
LA MÁQUINA SE MUEVE
En la cabecera municipal de Maisí, La Máquina, montaña arriba, Díaz-Canel y Morales Ojeda recorrieron áreas de la ubpc Iraelda Marzo García; montaña abajo, en La Casimba, donde el licenciado en Contabilidad y Finanzas y presidente de la cooperativa, Alberto Fernández, comentó que desde 2018 la base productiva es rentable, y reparte ingresos promedio por unos 15 000 pesos mensuales a sus 55 miembros, 21 de ellos mujeres.
Especializada en café y cultivos varios, bajo el principio de la vinculación de los trabajadores al área, a las fincas, la ubpc dispone de un organopónico semitapado, un módulo pecuario para ganado ovino-caprino, cunícula, aves…
Está inmersa, además, en proyectos de desarrollo local que han permitido, por ejemplo, revitalizar áreas recreativas para el beneficio de los habitantes de La Máquina, además de darles trabajo a 16 jóvenes que estaban desvinculados del estudio y del trabajo.
La cooperativa asegura viandas, hortalizas y vegetales frescos a centros sociales, como la escuela especial Conrado Benítez, centro institucional en el que medio centenar de niñas y niños estudian desde el prescolar hasta que adquieren un oficio.
Hasta allí también llegaron Díaz-Canel y Morales Ojeda. Ordenada, con una treintena de profesionales de la docencia y de trabajadores no docentes que a tiempo completo atienden a estos niños, aunque es un centro seminterno, la Conrado Benítez es un claro ejemplo de lo que significa la Revolución, cuyas obras están por todo Maisí.
A la salida del emblemático centro, tras compartir el cariño con una veintena de mujeres jóvenes y de hombres que lo esperaban, los dirigentes del país no pudieron sustraerse del bullicio incontenible de las niñas y niños de la aledaña escuela primaria Antonio Maceo Grajales, que les pedían entrar al recinto.
Díaz-Canel habló largo y extendido con ellos, sin condescendencia, comprendiendo que estaba ante personas que, a pesar de su corta edad, ya piensan y son conscientes de su realidad.
Les explicó así, de forma diáfana, el motivo de la visita al municipio y la admiración que le ha generado la gente de Maisí, que a pesar de las limitaciones y carencias, trabajan para salir adelante con esfuerzo propio.
Igual diálogo mantuvo con cerca de un centenar de lugareños que lo esperaban en la concurrida Cuatro Esquinas de La Máquina. Le expresaron su cariño y admiración, y también algunas mujeres le expusieron problemas e insatisfacciones de la vida familiar, sobre todo en cuanto a la vivienda, la atención social y las limitaciones con las medicinas, como ocurre en todo el país, situación difícil, dijo, de las que saldremos todos trabajando, porque aquí mismo, en Maisí, en los centros que visitamos, encontramos las respuestas.
LA ALEGRÍA DESBORDÓ A RÍO CAUTO
El cariño, la admiración, el apoyo a la Revolución y a la dirección del país desbordaron cada calle que recorrió Díaz-Canel por el municipio de Río Cauto, donde centenares de personas, y cerca de un millar que se congregó en el centro del pueblo, salieron a esperarlo y saludarlo con alegría.
«Los de aquí somos gente sencilla y pura, de la que no miente, a pesar de que la cosa esté dura; mire, si no, a toda esta gente que está en la calle; y aquí estamos porque queremos, y algunos estamos desde el mediodía esperando a que usted pasara», decía una y otra vez una joven con un niño en brazos, y otro agarrado a su vestido, para que Díaz-Canel supiera de dónde salía tanto amor.
El Primer Secretario del Comité Central del Partido, Miguel Díaz-Canel Bermúdez, y el secretario de Organización del Comité Central, Roberto Morales Ojeda, llegaron a este municipio de la provincia de Granma pasado el mediodía.
El primer punto en visitar fue el polo productivo ueb La Gabina, de la Empresa Agroindustrial de Granos Fernando Echenique, una de las mayores entidades arroceras del país, con cerca de 40 000 hectáreas dedicadas a un cultivo menguado en los últimos años por las limitaciones con la importación de fertilizantes y de plaguicidas.
En La Gabina se ha desarrollado la aplicación de un bioproducto nacional, la humina, que en base al humus de lombriz y otros biofertilizantes, fórmula desarrollada por centros científicos de Camagüey, ha permitido a la entidad suplir la falta de químicos y lograr una productividad por hectárea superior a las cuatro toneladas, además de potenciar el estado fitosanitario de las plantaciones. Las perspectivas que se han abierto aquí con este producto 100 % cubano son esperanzadoras.
Igual ingenio, ciencia e innovación, igual resistencia creativa, concepto en el que siempre enfatiza Díaz-Canel, la dirección del Partido encontró en la finca El Médico, gestionada por el veterinario, devenido agricultor, Alden Nay Vega.
En las poco más de ocho hectáreas de cultivos varios que dispone, a unos kilómetros de la cabecera municipal de Río Cauto, Vega tiene plátano, yuca, boniato, garbanzo, frijoles y otros rubros que cubren completamente la plantación. Y cuando se hace una cosecha, de inmediato se siembra la nueva.
Hombre de ciencia y sentido común, junto a centros de investigación de la provincia, el productor desarrolla una ingente experimentación con variedades de frijoles colorados, para encontrar la más propicia para estas tierras aluviales.
La finca El Médico está adscrita a la ccs Enrique Moreno que, con más de 2 500 hectáreas, dedicadas fundamentalmente al arroz, y 364 socios, 56 de ellos concentrados en los cultivos varios en 110 hectáreas y algo más de 40 a la ganadería, está inmersa en los programas de autoabastecimiento municipal, y de ciencia e innovación.
La cooperativa tiene el compromiso, además de las obligaciones con la provincia, de cubrir la demanda de productos agrícolas de las 2 300 personas que viven en el consejo popular donde se asienta el grueso de sus tierras, porque, decían algunos de los miembros de la cooperativa, «las 30 libras mensuales por persona de productos agrícolas tiene que ser lo mínimo; tenemos que entregar más, 40 libras, 45 libras mensuales, más, y además, hacerlo de forma diversificada.
«La cuestión es que aquí se trabaja, y cuando se trabaja, nos vamos a ir siempre por encima de los problemas, por encima del bloqueo. Y esto es lo que volvimos a ver hoy aquí, en Maisí y en Río Cauto», señaló Díaz-Canel.
