Sorprenden desde temprano cuando visten de limpio la ciudad de Nueva Gerona, la cual aún duerme mientras se escucha el shiii…, shiii…, shiii…, barre que te barre, limpian de un lado a otro; recogen aquí y allí, pues el tiempo es oro, detenerse implicaría dejar de barrer algunas cuadras.

Escobillón en manos andan los trabajadores de la Empresa de Servicios Comunales de la Isla. Algunos usan overoles azules, botas de goma, las mujeres adornan su cabello con un pañuelo mientras los hombres se cubren con un sombrero grande o una gorra para cuando avance la mañana el sol no maltrate su piel.
Ellos mantienen las áreas, apoyan con el cuidado de los parques, velan porque no rompan los bancos, apagan las luces cuando amanece, entre otros elementos que hablan de la utilidad de este personal encargado de los Servicios Comunales, oficios estereotipados por muchos como menor y solo para personas de bajo nivel cultural.
Higienizar la calle es una labor de sacrificio, quienes la ejecutan lo hacen, por lo general, de madrugada para cuando el público se levante encuentre la ciudad reluciente. Además de belleza e higiene, los barrenderos producen salud y evitan enfermedades ya que quitan la basura y otras demás impurezas que algunas personas botan en las calles.
A esos hombres nobles y sencillos que en el anonimato realizan su labor, muchas veces no los ayudamos, ni protegemos lo que hacen en bien de todos.
Se les ve transitar acompañados de sus implementos de trabajo. Conocerlos de cerca me ha permitido comprender cuán importante es su oficio y lo necesario que resulta para las familias.
“Al que madruga, Dios lo ayuda”, así lo consideran quienes suelen andar armados con escobas, recogedores, guantes, nasobuco, un singular carrito, y como escudo el orgullo y la dignidad de realizar una faena esencial para la salud colectiva.
Las innumerables veces que han pasado la escoba y el recogedor de basura por la misma zona resaltan los años haciendo lo imposible por pulir día a día el entorno.
Según el diccionario de la lengua española, barrendero es la persona cuya profesión consiste en barrer calles, pero yo diría más, es un héroe del orden y la limpieza, celoso velador de la higiene pública y por, sobre todo, una persona muy importante en la sociedad.
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