
Soy madre de dos varones y abuela de cuatro; a todos los amo por igual; no me imagino lejos de ellos. Aunque solo vivo con uno de mis hijos y dos de mis nietos, nuestra relación es divina, lo cual me hace muy feliz”, afirma María Victoria Valdés Díaz, de 66 años, jubilada de la Industria Alimentaria. “Hay abuelos que no disfrutan de una convivencia así y en esa parte tiene mucho de bueno el Código de las Familias. A mí jamás me han impedido relacionarme con mis nietos, que son mi vida, mientras otros abuelos no poseen ese privilegio de compartir su compañía y cariño garantías de la norma legislativa a los adultos mayores, que ratifica el derecho a una vida familiar con dignidad, libre de discriminación y violencia, aportando valores y principios de comportamiento a los miembros más jóvenes”
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