El orgullo de obsequiar una medalla a Fidel

Jorge junto a la foto donde Fidel exhibe las medallas obsequiadas por Carmen, Míriam y él
Foto: Yoandris Delgado Matos

Pocos atletas pueden presumir de poseer la impresionante cosecha de161 medallas, de ellas 90 de oro; sin dudas una cifra muy llamativa y que convierte a Jorge Cuervo Rivero, exatleta de gimnasia artística, en una gloria del deporte cubano.

Campeón panamericano, centroamericano y medallista de oro en el caballo de salto en un mundial universitario, Jorge es dueño de un excepcional palmarés, coronado con el que considera su mayor logro deportivo, haberle obsequiado a Fidel Castro Ruz una de las siete preseas doradas que conquistó en los centroamericanos de República Dominica en 1974.

El ilustre exgimnasta atesora recuerdos memorables de varios encuentros con el Comandante en Jefe, a quien considera parte importante de su vida y de sus logros, pues afirma que sin Fidel y la Revolución no hubiese tenido la oportunidad de alcanzar los mencionados resultados.

Cuervo Rivero reside hace alrededor de dos años en calle 15 final, Sierra Caballos. No es oriundo de la Isla de la Juventud, pero aquí se ha asentado y se siente a gusto con sus vecinos, a quienes elogia por su calidad humana.

Comenzó a practicar la gimnasia artística a los 14 años de edad en Santo Suárez, La Habana, y hoy percibe ese sacrificio compensado con los resultados y el reconocimiento del pueblo. Permaneció desde 1968 hasta 1982 en la selección nacional y de los tantos gratos recuerdos los encuentros con el Líder de la Revolución sobresalen como los más especiales.

“La primera vez que vi personalmente a Fidel fue en 1970 –recordó Jorge–; regresábamos de los juegos centroamericanos de Panamá en barco, él no esperó a que la delegación tocara tierra, nos abordó antes de llegar a la bahía de La Habana. Le acondicionaron un camarote e íbamos pasando todos los atletas por deporte para saludarlo.

“Fue la primera ocasión que Cuba ganó el medallero de los juegos, se le veía muy alegre y jaranero por esos resultados de la comitiva, eso nos motivó y emocionó mucho. A pesar de que ese encuentro ocurrió en la madruga, fue algo espectacular, creo que esa deferencia de saludar a cada atleta es histórico. No lo esperaba, nos lo comunicaron una hora antes de entrar al buque”.

Dos años después, en la despedida de la delegación cubana a los Juegos Olímpicos de 1972, Fidel intercambió con la comitiva y ahí estaba el multilaureado gimnasta. “En esa ocasión un periodista le preguntó por la posibilidad de que Cuba fuera sede de los juegos olímpicos, el Comandante se rió y explicó que organizar una olimpiada resultaba caro, pero que de todas maneras pedirlo no costaba nada, que íbamos a luchar por eso”.

Llegó el año 1974 y con él el momento que Jorge tanto atesora, regresó de los centroamericanos de República Dominicana con siete metales áureos, de esas, le obsequió una a Fidel y para completar el juego de medallas la discóbola Carmen Romero le regaló una de plata y la voleibolista Míriam le dio una de bronce.

“Ese día, 30 de abril, no hubo mucho comentario, pues estábamos todos los atletas de la delegación en una recepción. Al día siguiente nos encontrábamos en el desfile por el Primero de Mayo y me mandó a buscar. Estuve durante toda la marcha en la tribuna junto a él y los demás miembros del Consejo de Estado. Tras concluir el desfile nos invitó a la torre de la Plaza de la Revolución y nos entregó un presente en reconocimiento a los resultados”.

Padre de cuatro hijos, Cuervo Rivero asegura que el apoyo de la familia, de los compañeros, es esencial para cualquier atleta y sus resultados. Asimismo, conserva con especial cariño una foto que refleja el momento en el cual Fidel luce las tres medallas regaladas.

“Resulta difícil enumerar las cualidades de nuestro Comandante porque son muchas y en relación al deporte le llamábamos el Atleta Mayor; era aficionado al deporte, muy consagrado a la lucha porque el deporte fuera un derecho del pueblo y eso se ha convertido en una realidad”.

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Yuniesky La Rosa Pérez
Yuniesky La Rosa Pérez

Licenciado en Comunicación Social en la universidad Jesús Montané Oropesa, Isla de la Juventud

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