El crimen más condenado vuelve al banquillo

Por trigésima ocasión Cuba presentará –los venideros días dos y tres de noviembre– ante la Asamblea General de la Onu el proyecto de resolución para poner fin al bloqueo, política genocida violatoria de derechos humanos contra todo un pueblo y los principios de respeto a la libre determinación de las naciones.
Con muchas más razones la nación antillana volverá a hacer la denuncia porque a pesar del apoyo mayoritario dado por el mundo a Cuba, en su justo reclamo de poner término a esa guerra que solo en los primeros 14 meses del actual Gobierno estadounidense ha causado daños económicos ascendentes a 6 364 millones de dólares, esa potencia ha ignorado tales resultados.
Así profundiza el imperio su aislamiento y descrédito con esa política fallida empeñada en subvertir el orden constitucional en Cuba y provocar dolor y sufrimientos injustificables a las familias cubanas, al limitar el acceso a alimentos, medicamentos, combustibles y otros bienes de primera necesidad, a la par de campañas de desestabilización política y de desinformación.
Como condenara el primer secretario del Partido Comunista y presidente de la República, Miguel Díaz-Canel Bermúdez, la “Asamblea General lo condena casi unánimemente, y el bloqueo se refuerza. Qué poco respeta Estados Unidos a la comunidad internacional. Qué poco respeta al resto del mundo”.
El informe también denuncia que el gobierno norteamericano somete a constante vigilancia a las agencias financieras, obliga a empresas como Alimport a canalizar sus pagos a través de terceros, lo cual le ocasiona a esta considerable perjuicio y son amenazados con sanciones los bancos internacionales por brindar servicios a Cuba.
Más allá de los daños a entidades nacionales y de otros países, la vida de las familias cubanas es impactada desde hace más de medio siglo.por el bloqueo económico, comercial y financiero impuesto por Estados Unidos y prácticamente todos los aspectos de la cotidianidad reciben los efectos de un cerco cuyo daño humano es invaluable a partir de los sufrimientos y las carencias que alcanzan a cada hogar, niño, mujer y anciano.
Cuba considera que por su cercanía, Estados Unidos sería el mercado natural de destino de muchos productos si no existiera ese bloqueo.
Se trata de una política que niega medicinas, equipos e insumos para su economía y el desarrollo educacional, cultural y científico.
Para tal propósito más de diez administraciones han hecho lo indecible y han llegado a reconocer públicamente su empeño en cortar los suministros de combustibles para paralizar a la nación y provocar apagones.
Ello obligó a tomar medidas de contingencia para enfrentar el desabastecimiento de derivados del petróleo, con énfasis en ajustes, reordenamiento, ahorro, entre otras acciones que llegaron para quedarse como parte de la resistencia heroica y creativa del pueblo.
Sin dudas el bloqueo sigue siendo el sistema de sanciones unilaterales más injusto, abarcador, criminal y prolongado aplicado contra país alguno y con las familias en el centro de los daños.
Sin embargo, ni los poderes carcomidos del imperio pueden impedir que el crimen más condenado vuelva ahora al banquillo de los acusados.

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Isla de la Juventud Política
Diego Rodríguez Molina
Diego Rodríguez Molina

Licenciado en Periodismo en la Universidad de La Habana.

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