El “Chévere”, siempre en la caliente

Sonríe, siempre sonríe. La gente lo aplaude y corean: “El Chévere, el Chévere…”. Con su uniforme azul caminó a recibir la Ñico López, distinción instituida en homenaje al líder del sector electroenergético y que otorga el Sindicato Nacional de Trabajadores de Energía y Minas a aquellos con destacado desempeño por más de 20 y 25 años de quehacer ininterrumpido.

Marcos Antonio Borroto Santiesteban, lleva casi tres décadas como liniero. Foto: Gerardo Mayet Cruz

Ya suman más de dos décadas de labor en la Empresa Eléctrica. Estas encierran mucho bregar, constancia y aprendizaje, pues era joven cuando decidió andar con guantes, casco y botas para desafiar las alturas y nutrirse de las buenas prácticas de los más experimentados en aquel entonces, de quienes tenían la piel curtida de tantas horas expuesta al sol para convertirse en liniero en caliente, ese que trabaja con las líneas energizadas.

Cuando Marcos Antonio Borroto Santiesteban recibió el reconocimiento se hizo imposible conversar, desde entonces llevo meses en intentos infructuosos. No es que no quiera dar la entrevista, resulta que el ajetreo de los “eléctricos” es constante debido a la situación electroenergética del territorio, no exenta de limitaciones y déficit de recursos, más si se trata de los linieros, hombres de altura y coraje.

Hace unos días lo encontré podando árboles cercanos a las líneas enclavadas en el reparto Abel Santamaría. Nuestra deuda no podía continuar siendo postergada. Al percatarse de mi presencia volvió a sonreír y ahí, en pleno trajín, dialogamos:

“Ya sabes, periodista, se acerca la temporada ciclónica, tenemos que dejar las líneas con el menor riesgo posible”, dice anticipándose a alguna interrogante, para luego continuar:

“Se ha hecho un poco difícil porque no paramos, hasta ayer prácticamente éramos la única brigada de linieros que había en la empresa, la única para todo; teníamos que ocuparnos desde las reparaciones, los mantenimientos, las inversiones hasta de dar respuesta a las quejas de los clientes.

Su brigada asumió casi todas las labores durante el 2023, por lo cual fue reconocida. FOTO: Gerardo Mayet Cruz

 “Aun así, con la falta de personal, durante el 2023 obtuvimos un Tiempo de Interrupciones al Usuario (Tiu) entre los más bajos del país, logramos tenerlo por debajo de las 18 horas y en ese resultado incidieron los mantenimientos a las líneas, a pesar de las carencias”.

Para entender mejor explica que “los más de 33 000 clientes beneficiados con el servicio eléctrico en el territorio tuvieron una afectación de 18 horas como promedio en la etapa precedente. Otro indicador favorable fue el tiempo promedio de las interrupciones, el cual quedó por debajo de las 3,50 horas.

“El pasado año fue como para volverse loco, no parábamos, pero aquí estamos cuerdos y dispuestos a mejorar el trabajo. A mí y a los integrantes de mi brigada nos reconocieron por el esfuerzo y eso nos llena de satisfacción y compromiso”.

Mientras conversamos rememora cómo aprendió a abrir huecos, encaramarse a los postes, cambiar aisladores, manipular y tensar líneas… hasta adquirir poco a poco las herramientas necesarias para convertirse en liniero C, B, A hasta llegar a jefe de Brigada en Caliente porque él no es de los que se conforman ni se quedan quietos.

Quizá por eso cumplió misión internacionalista en la República Bolivariana de Venezuela del 2012 al 2015; ahí junto a los especialistas de esa hermana nación laboraron tanto en la ciudad como en zonas apartadas, donde las faenas se complejizaban debido a la altura que alcanzaban las líneas.

De igual manera ha sido uno de los primeros en dar el paso al frente ante los eventos climatológicos que han escogido a la Isla como pasadizo para causar estragos al sistema local, pero por si fuera poco Marcos ha estado entre las brigadas que han acudido a prestar servicios en otras provincias.

Así fue en septiembre del 2017 al integrar el contingente Jesús Montané Oropesa que brindó ayuda solidaria en Villa Clara tras el paso del huracán Irma. Las acciones se concentraron en el municipio de Manicaragua, él iba al frente de la tropa que se enfrentó a las adversidades de las zonas intrincadas y antes del tiempo les devolvió el vital servicio a los pobladores, quienes les aplaudían cada vez que llegaba la luz.

Recuerda que “a las montañas y caminos no podíamos subir con nuestros medios de transporte, por lo cual lo hicimos en los mulos, caballos o vehículos de doble tracción prestados por los vecinos; la experiencia fue bonita y gratificante en zonas como Pico Blanco, Pico Alto y Bermejo, donde recibimos mucho calor humano”.

En zonas montañosas de Manicaragua cuando una brigada pinera brindó apoyo tras el paso del huracán Irma. Foto: Archivo

Por ello mereció la condición de Proeza Laboral junto a otros de su equipo; sin embargo, este no ha sido el único reconocimiento que ha llegado a sus manos o pecho, también fue merecedor de la medalla Jesús Menéndez que otorga la Central de Trabajadores de Cuba (CTC) a hombres y mujeres con valiosos aportes en diferentes esferas de la vida económica y social del país.

No podía concluir la conversación sin preguntarle ¿por qué lo llaman El Chévere? Se quita el casco, pasa la mano por la frente para quitarse el sudor, sonríe y dice: “Tiene que ver con mi forma de ser; soy colaborativo, ocurrente, jaranero y responsable a la vez; me gusta divertirme, pero que el trabajo salga bien”.

Y regresa junto a su brigada, esa que lo sigue y respeta, esa que como Marcos desafía, con disciplina, las alturas y el peligro para que los clientes disfruten de los milagros de la electricidad.

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Isla de la Juventud
Karelia Álvarez Rosell
Karelia Álvarez Rosell

Licenciada en Defectología en la Universidad Carlos Manuel de Céspedes, Isla de la Juventud. Diplomada en Periodismo con más de 30 años en la profesión.

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