La pasión por el deporte es un sentimiento que transpira por los poros de cada cubano. Por ello cualquier evento donde Cuba participe hace vibrar de alegría a los hijos de esta tierra. A los pineros, en especial, el corazón parece estallarles de felicidad cuando uno de los suyos integra una delegación a un certamen extrafronteras.
Así ocurrió en los recientes Juegos Panamericanos Santiago 2023, donde Shainer Reginfo Montoya le dio a la Isla el alegrón de la presea de plata en la carrera de relevo 4×100 metros (m) planos.

El también exponente de las pruebas de 100 y 200 m reveló lo que significó para él participar por primera vez en una cita continental, cómo llegó a la justa, los retos futuros y –en lo más íntimo– la vida de una pareja de atletas de alto rendimiento.
“Esta fue mi primera experiencia en unos Panamericanos, algo que quise desde Lima 2019, cuando los vi por el televisor. En esta ocasión no tuve la mejor preparación, pero me salió bien”.
Asistir a dos de tres competiciones de alto nivel programadas para este año, como son los Centroamericanos y Panamericanos, requirió de un esfuerzo extremo para quien ya es ídolo local e hizo historia en la nación al ocupar el décimo escaño en el hectómetro, exhibiendo su mejor marca de 10,11 segundos.
“Estuve en los Centroamericanos, pero tres meses antes sufrí una lesión; mi recuperación fue lo más importante, tanto que casi determinamos que no estaría en esa lid. Fui con un poco de molestia y participé porque era trascendental. De ahí pusimos la mirada en los Panamericanos, adonde fui directo a hacer lo mejor, pues no asistí al campeonato mundial.

“La medalla de plata es valiosa, pero la que más aprecio es la de bronce del mundial juvenil, mi primera presea internacional”.
Respecto a la responsabilidad de cerrar el relevo corto cubano destacó: “De los cuatro, eres quien asegura la medalla. Me incliné por esa posición porque me gusta y quería vivir la sensación de sentir la presión de ser tú quien la decides. Lo tomé con mucho compromiso y obtuvimos la plata.
“Llegamos a la cita sin pronósticos de alcanzar medalla, solo de pasar a la final, pero una vez que vimos los ritmos de la semifinal cambió la sicología. Éramos Estados Unidos, Brasil y nosotros. Uno de los tres podía ganar el oro o quedarse fuera porque el relevo es un evento complicado.
“El equipo tiene que llevarse muy bien para que todo salga y nosotros somos unidos. No tuvimos mucho tiempo para prepararnos, pero el resultado fue positivo”.
Para este joven multilaureado que para bien está dando mucho de qué hablar, participar es lo trascendente.
“En unos días empezamos a entrenar, en específico el relevo; el objetivo es ir al Mundial de Relevos y clasificar para los Juegos Olímpicos. Aunque casi siempre nos preparamos todos por igual, mis retos son más complejos que los del resto de mis compañeros; corro 100 y 200 m, eventos individuales cuya preparación es diferente al intervenir en tres carreras por cada modalidad de 100 y 200, y dos de relevo”.
Shainer señaló la gira invernal como esencial para empezar con el trabajo de la primera parte de la carrera. Luego vendría el Mundial de Relevos y más adelante la cita estival de París 2024, donde pretenden obtener el mejor resultado.
En el ámbito personal, desde hace dos años mantiene una relación con la mayabequense Greisys Robles Acebedo, corredora de 100 m con vallas e integrante también de la selección nacional.
Acerca del noviazgo comentó: “Estoy feliz con mi pareja, desde que empezamos coincidimos en todas las competencias. Ella es, además, mi sicóloga. Sufro mucho cuando las cosas no van bien, soy de esas personas que se cierran. No me gusta perder y con su ayuda lo he superado.
“Compartimos lindas experiencias, ella se pone más nerviosa que yo cuando voy a correr. En estos juegos se fue de la grada y regresó cuando ya tenía la bandera. Soy más fuerte para eso, yo sí la vi correr y me alegré cantidad cuando ganó la medalla”.
De igual manera no escondió la emoción al referirse a la bienvenida a su llegada a la Isla de la Juventud.
“El recibimiento del pueblo ha sido impresionante. Visitamos la Eide y los niños me acogieron muy bien, también los atletas del béisbol en el estadio. Camino a mi casa pidieron retratarse conmigo, esos detalles son los que los atletas tenemos el privilegio de vivir. Cuando salgo de competencia y me preguntan de dónde soy, digo con orgullo que de la Isla. Que mi gente me siga en cada carrera es sensacional”.