La voluntad es la fuerza que mueve al mundo, es ese impulso que nos lleva a afrontar cualquier obstáculo con el fin de lograr una meta, es la capacidad de provocar la motivación con independencia de la circunstancia.

Precisamente esa ha sido la fuerza motriz para que hoy el joven productor Virgilio del Valle Rives, asociado de la cooperativa de créditos y servicios Abel Santamaría, haya transformado casi cinco hectáreas de tierra atiborradas de marabú, en áreas completamente sembradas de alimentos.
A Virgilio siempre le han gustado la agricultura y la ganadería. Comenzó en estos menesteres con 25 años; primero solicitó dos hectáreas habitadas por el indeseable arbusto espinoso, allí levantó, junto a su esposa, su casita, eliminó el marabú y empezó a sembrar.
Al terminar en esa área se sintió con fuerzas para continuar y pidió otras tres hectáreas, con el inconveniente de que también estaban sucias, sin apenas un huequito limpio, pero ese no fue impedimento para que en menos de un año y medio quedaran limpias, cercadas y produciendo alimentos para el pueblo.
En la actualidad podemos encontrar allí sembrados de plátano burro, frijoles bayos, yuca cuelliverde, alrededor de 300 plantas de frutabomba, limón, 100 plantas de café y pangola, este último para garantizar la alimentación animal.
“Mira ese muchacho tan joven todo lo que ha logrado”. Es una expresión que se ha hecho habitual entre quienes transitan por el camino que atraviesa sus tierras. Motivo más que suficiente para sentirse orgulloso, además de la enorme satisfacción por aportar comida para la población.

“El pueblo ya está comiendo de estas tierras –ponderó– y seguirá porque el mes que viene voy a cosechar yuca, la frutabomba también estará disponible en febrero y así poco a poco”.
Del Valle Rives ya tiene 32 años y una de sus grandes alegrías es que no le quede ni un pedacito de tierra por plantar, por ello pretende continuar incrementando sus áreas.
“Me gusta que las cosas me salgan bien, no sembrar por sembrar. Cuando termine de acomodar esta tierra como quiero tengo previsto pedir otro poco para ganado mayor, porque me gusta mucho ese mundo; y de igual manera voy a fomentar la cría de carneros.
“Tengo pensado recoger semilla para sembrar el paño entero de frijol, seguir sembrando yuca, viandas, que es lo que se necesita para aliviar un poco la situación con la alimentación”.
Las producciones del joven agricultor van destinadas a la placita del reparto Abel Santamaría y además envía alimentos al Hogar Materno.

“En estos días voy a cortar plátano y sacar yucas para mandarles a los niños; hoy mismo corté plátano y lo envié a la cooperativa para la feria, siempre trato de aportar”.
Virgilio no escapa al difícil escenario que atraviesa el país a la hora de adquirir insumos agrícolas, productos químicos, fertilizantes y otros medios para hacer producir la tierra. Como el resto de los campesinos ha tenido que meter mano a los compuestos biológicos.

“Lo que les aplico a los sembrados es estiércol. Yo tenía una cuadra de caballos aquí, que aún poseo, y fui acumulando el estiércol en grandes cantidades aunque no tenía la finca y se lo echaba ahí descompuesto a los platanales; todavía lo recojo y lo voy guardando porque la situación está complicada.
“Donde hago el surco para sembrar la planta ahí debajo se lo echo, no puedo regar el campo entero porque no me alcanza para eso, pero así me defiendo. También la cooperativa me ha ayudado bastante. En el tema del combustible no tengo quejas, cada vez que entra algún producto por lo menos de fumigación, de lo poco que ha entrado, siempre me tienen presente”.
Sobre el riego de las plantaciones explicó no poseer un sistema adecuado todavía, por lo cual depende de lo que sea capaz de caer del cielo. Asimismo, utiliza la tracción animal en la preparación de la tierra, pero en este caso con caballos.
El carácter afable de Virgilio le garantiza muy buenas relaciones con los vecinos de la zona. Igualmente, para levantar todo lo que tiene hoy ha sido fundamental el apoyo de su familia. “Cuando me vieron aquí faja’o, echando pa’lante, me apoyaron mucho, así como otras personas a quienes se lo agradezco infinitamente y hoy sienten orgullo de lo que he conseguido.
“Mi papá es mi brazo derecho y aunque está mayor de edad se mantiene guiándome para que las cosas me salgan bien.
Estoy enfocado en terminar la casa, es lo que más quiero ahora. Esto aquí me gusta, me da beneficios, yo lo atiendo bien, pienso mejorar un poquito más y meterme en el tema del ganado…, puedes estar seguro de que eso viene”, concluyó.
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