La memoria episódica de Mariano Pérez García, exdirigente sindical, le permite recordar con nitidez su participación en el XVIII Congreso de la Central de Trabajadores de Cuba del 29 de abril al primero de mayo de 2001, presidido por Fidel.
Viaja mentalmente al pasado el hoy subdirector comercial de la Unidad Empresarial de Base de Propaganda y Eventos del Municipio; su rostro reluce como si viviera de nuevo aquellos cuatro días en el Palacio de las Convenciones de la capital.
“Es la experiencia más linda que he tenido al ver ahí de frente, en su estatura gigantesca, a nuestro querido Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz y escucharlo durante largas jornadas desde las siete de la mañana hasta altas horas de la noche.
“Me impresionó su capacidad de trabajo y resistencia; interrogaba, hacía análisis, sacaba cálculos con un lapicero y una agendita; en las intervenciones exigía que le dieran una información veraz y exacta, discutía con los ministros, administrativos…, pedía a los dirigentes sindicales que no tuviéramos pena y planteáramos cuanto fuera necesario.
“Debatimos problemas medulares del país respecto a la Batalla de Ideas y sus programas (trabajadores sociales), de la eficiencia económica, el combustible, ahorro…, para alcanzar cambios favorables en la calidad de vida del pueblo”.
Al responder otra de las preguntas sonríe y narra: “Era tanto el entusiasmo en el plenario que, de vez en vez, una delegación con 250 y 300 integrantes se paraba: ‘Comandante, los santiagueros te queremos así de grande’. Luego, vino la granmense inmensa y su gente llevaba pulóver: ‘Comandante, nosotros también…’.
“¡Qué va!, no podía faltar la iniciativa del equipito de la Isla de la Juventud, compuesto por unos 30 compañeros de varios sectores.
“Nos pusimos de acuerdo. Cuando otra delegación expuso su consigna, yo conté bajito: ‘uno, dos y tres’, desplegué una bandera cubana que había llevado, nos levantamos al unísono y exclamamos: ‘Comandante, y la Isla también’.
“Cada vez que terminaba una delegación, repetíamos: ‘Comandante, y la Isla también’. Llegó un momento en que el auditorio coreaba: ‘Comandante, y la Isla también’. (Risas y más risas, aplausos y vítores). La nuestra resultó la delegación más popular.
“Al terminar el Congreso en la madrugada del primero de mayo, Fidel decidió que por su cercanía la delegación pinera podía asistir al desfile del territorio y al amanecer los delegados vinimos en el primer vuelo acompañados por Jorge Risquet Valdés Jiménez. En el Día Internacional de los Trabajadores hubo una marcha vistosa con muchas iniciativas de los sindicatos”.
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