Una travesía hecha por payasos y marionetas desde ese vital valor que es la solidaridad humana, estremecedoras historias de amor que conmueven y nos hacen apreciar en su justa medida al universal sentimiento; la comedia de equivocaciones y el doble sentido causantes de repetidas carcajadas, cuentos convertidos en divertimento y mucho más trajo el TeaSur, temporada de verano del teatro nacional y pinero.
Del 22 al 27 de agosto y bajo el eslogan Cofradía y persistencia se desarrolló la XX edición de un evento que, en cada etapa estival, se alza como uno de los sucesos de la Cultura con mayor trascendencia en el territorio.
Las tradicionales brigadas tuvieron como protagonistas a actrices, actores y b
ailarines de los elencos locales Teatro de la Isla Joven, Pinos Nuevos, Camarcó Teatro, La carreta de los Pantoja, La Gruta, Raíces de España, Carapachibey e Índigo y se prestigiaron con los integrantes de los grupos de la capital del país Teatro de la Palabra, Feérico Teatro, el dúo Te conté y Pálpito.
Fue de principio a fin un viaje al corazón de los pineros en cada rincón de la geografía de esta Isla y al de los artistas, pues juntos construyeron en cada lugar una gran puesta colectiva que quedará guardada en imágenes y testimonios en esa larga historia atesorada por este festival, el cual inició teniendo como empeño llegar hasta los lugares menos favorecidos del sur del Municipio con propuestas teatrales y se ha convertido en un evento de carácter nacional con presentaciones en comunidades y teatros de Nueva Gerona.
“En el caso de Pálpito tenemos el privilegio de haber estado en muchísimos TeaSur, para mí el evento más significativo de los teatristas en la Isla. Incluso, yo soy villaclareño, vivo en La Habana, y lo veo como un festival importante para el país. Agradezco estar una vez más en esta tierra y a cada uno de los elencos de las Artes Escénicas”, declaró Ariel Bouza Quintero, su director y también actor y reconocido dramaturgo cubano.

De las muchas obras y los espectáculos puestos a consideración del público en barrios y salas, todos de gran valía y calidad, “Tres columpios y un deseo”, de Feérico Teatro, y “1,2,3 qué chévere cuento”, deTeatro de la Palabra, constituyeron verdaderos regalos para los más pequeños. En este último solo dos actores en escena revolucionaron la sala de teatro infantil La Toronjita Dorada. “No veníamos con perspectiva alguna, solo con la interrogante de por qué estábamos acá y la excelencia que canos estaban dando”, confiesa Osvaldo Manuel Pérez Peñalver, director de la compañía Teatro de la Palabra, quien ahondó:
“Comenzamos el festival en las salas de Nueva Gerona, que era romper el hielo, tanto como la cara del evento, como ante el público pinero y fue una sorpresa desde el inicio con 1,2,3… Los espectadores fueron muy receptivos, estuvieron gozosos, participaron con nosotros; se metían dentro del espectáculo porque eso tiene el teatro del relato, entra en función del público; se puede improvisar en cierto momento si tienes la técnica y ha sido una bellísima experiencia actuar para este pueblo”.
La versión cerrada comprendió, además, un evento teórico con talleres a cargo de Ariel Bouza Quintero y Pérez Peñalver y un intercambio con la fundadora del evento María Eugenia Carmona Bauta.
De notable valor cultural y social el TeaSur, luego de dos años sin participación del resto de la nación debido a
la covid 19, volvió a levantar su estandarte con artífices de aquí y de allá para recorrer la Isla e impregnarla del suave fresco emanado del buen arte con el fi n de seguir haciendo del teatro, como escribiera el dramaturgo inglés John Dryden, una imagen vivaz de la naturaleza humana.


