El turismo local sostenible, en las condiciones económicas de Cuba, emerge como un paliativo que puede aliviar al Estado, en tanto dinamiza las economías locales, por lo que la aplicación del modelo propuesto tiene en la actualidad una importancia y pertinencia capital.
En cada territorio del país, sus respectivas estrategias de desarrollo territorial recogen este tópico entre las prioridades. En la Isla de la Juventud aparecen: Producción de alimentos; Formación de capacidades; Desarrollo de la industria local; Identidad y sentido de pertinencia; Turismo local y servicios y desarrollo socioculturales.
Aquí la naturaleza promueve el aprovechamiento sostenible de los recursos como actividad económica y social en relación estrecha con el medio ambiente. En ese sentido, se impone continuar estudiando la diversificación de la oferta de productos si queremos aprovechar más las potencialidades endógenas.

Douglas Crispín Castellanos, licenciado en Cultura Física Deporte y Recreación y profesor titular de la universidad Jesús Montané Oropesa Isla de la Juventud (UJMOIJ) nos habla de cómo se puede vincular el diseño e implementación de productos que hacen posible que el turista disfrute más de los destinos naturales, respondiendo a sus nuevas demandas y deseos.
El también vicedecano de Investigación y Posgrados de la Facultad de Ciencias de la Cultura Física y el Deporte de la UJMOIJ nos dice cuánto más se puede hacer por intensificar el turismo local. Nos habla, pues, de la ubicación geográfica de la Isla en el Caribe Occidental y en particular, su proximidad a importantes destinos turísticos de la nación que la favorecen para el desarrollo del turismo internacional, sobre todo, con la participación en los paquetes de multidestino que se programan para Centroamérica y el Caribe.
“En el aspecto nacional se puede incluir el producto turístico pinero en los programas de excursiones por un día o más para los destinos más cercanos (Pinar del Río, Habana, Varadero y Cayo Largo) y captar, mediante la venta de opcionales en El Colony y Villa Isla pertenecientes a la cadena hotelera Gran Caribe, a cierta cantidad de clientes que visitan a la Isla por otros motivos”, subraya.
“La Isla –prosigue– tiene recursos naturales que satisfacen las expectativas más exigentes para un contacto prolongado con ambientes bien conservados y el disfrute e interpretación de valores únicos de su naturaleza. Cuenta, además, con una singular historia y cultura que se remontan desde los tiempos precolombinos hasta la actualidad, evidenciadas en sus museos, arquitectura y folklor. Para el desarrollo de diversas opciones vinculadas a la actividad turística posee una infraestructura de alojamiento, servicio, comunicaciones y de recursos humanos que garantizan el éxito de la gestión”.
Crispín Castellanos es Doctor en Ciencias de la Cultura Física y el Deporte y cuenta en su hoja de haber con varias líneas de investigaciones principales: Turismo de naturaleza. Administración, filosofía e Historia del olimpismo. Deporte y medio ambiente. Tai Chi Chuan como deporte para todos. Sicología del deporte, ha participado en más de 91 eventos científicos, de ellos 40 internacionales (dentro y fuera de Cuba), obteniendo reconocimientos, menciones y premios. Tiene 76 publicaciones en revistas científicas de diferentes niveles. Predominando las revistas de alta visibilidad.
“La Isla de la Juventud –destaca el pedagogo– constituye una de las joyas de la naturaleza cubana por la virginidad de muchos de sus ecosistemas, la belleza de sus paisajes y atractivos naturales y la conservación de especies de la flora y fauna.
“Este territorio tiene enormes potenciales para el fomento de la industria turística tradicional en su mar circundante y en sus bellas y extensas playas (más de 35 kilómetros) en su costa sur y en la de los cayos situados al Este. La riqueza de sus fondos marinos a lo largo del límite Sur de la plataforma insular es también un recurso inestimable que en conjunto puede llegar a soportar una carga de cientos de miles de turistas por año, sin que peligre su estabilidad si se les maneja adecuadamente. También grandes, pero más susceptibles son los recursos disponibles para el fomento de otras opciones del turismo de naturaleza.
“Entre los más notables recursos que se tienen disponibles para la práctica del ecoturismo están: sabanas de arenas blancas y en particular la reserva ecológica Los Indios; formación de sabana sobre roca volcánica (Sabana Grande); región de las alturas residuales y llanuras erosivo-denudativas, con vegetación de pinar y bosques latifolios, en particular las galerías en los pinares, entre los que se destacan Cerro Monte y La Cañada y alturas residuales de roca carbonatada metamórfica con el complejo de vegetación de mogotes.
“Además del tercio inferior de los ríos principales, con vegetación de galería que transita a la vegetación de manglar en los ecosistemas estuarinos con sus leyendas de corsarios y piratas, ecosistemas de manglar con esteros y lagunas interiores, ecosistemas de manglar en cayos; flora y fauna de los cayos, en especial Cantiles y Rosario; Ciénaga de Lanier; llanura cársica del sur y recursos histórico-culturales”, continúa el investigador.
Crispín afirma que se pueden hacer algunos eventos dentro del funcionamiento ecológico. “Son verdaderas atracciones para el ecoturismo especializado y científico como el período reproductivo de la cotorra, la grulla y de los quelonios; el cambio estacional de la flora en la vegetación de las sabanas o el arribo de la avifauna migratoria.
“La información interpretativa y los trabajos de investigación y de manejo que se vienen realizando en las áreas protegidas y en particular la experiencia en el trabajo de manejo de las especies en peligro de extinción constituyen también un producto ecoturístico demandado”, asegura.
“Grandes atractivos para las modalidades de turismo de aventura, deportivo, náutico, escalada, entre otras, posee la región norte de la Isla”, insiste, “y redundan en sus dos sierras y cerros, en ese sentido donde pueden ser aprovechadas, las casas de alojamiento que existen aquí. Todo esto, como es lógico, repercutirá en el esperado desarrollo local del territorio y en la mejoría de la sociedad a un corto plazo.
“La universidad pinera, los especialistas del Mintur y otras instituciones son los llamados a formar los recursos humanos necesarios para llevar adelante esta empresa”, concluye.
Sus apuntes sirven de cabecera para futuros proyectos, máxime si en Cuba el turismo se asume como un sector estratégico en la redefinición de la Estrategia de Desarrollo, a partir del VI Congreso del Partido donde se establecieron las bases económicas, políticas y sociales y las nuevas directrices bajo el nombre de los Lineamientos de la Política Económica y Social del Partido y la Revolución, actualizados en el VIII Congreso para el período 2021-2026.
Se deben seguir ampliando los horizontes, no pensar que el desarrollo turístico del país es solo sol y playa, cuando existen otras posibilidades y modalidades y prueba de ello es el turismo de naturaleza como sector económico de alta dinámica, que puede contribuir al desarrollo local sostenible, sobre todo si se tiene en cuenta la diversidad de ecosistemas, paisajes y especies en la flora y fauna que acoge el archipiélago cubano y en especial la Isla de la Juventud.