Con Ivette, siempre el amor

Foto: Yoandris Delgado Matos

Cada quien debería tener la dicha de encontrarse a diario con un ser de luz, para cargarse de buenas energías y volver sobre la idea de que necesariamente tenemos que ser mejores. Quienes tuvimos la oportunidad de conocer de bien cerca e intercambiar con la inigualable Ivette Cepeda Quevedo, lo consideramos un bellísimo regalo, pues es una persona muy espiritual.

Con una carrera de tres décadas de vida artística, 15 años como solista junto al grupo Reflexión, a cuyos integrantes llama familia, Ivette ha trascendido y enamorado los corazones cubanos y de personas de todo el mundo, por su apasionada voz, esencia, autenticidad y porque con ella, siempre se trata del amor.

Premio Cubadisco por su última propuesta La rosa de Jericó, múltiples reconocimientos y considerada una de las artistas más ranqueadas de pista cubana, con uno de los mayores porcientos de aprobación de los últimos tiempos, encantó recientemente al pueblo pinero con su única presentación, un verdadero conciertazo a cine teatro Caribe lleno y ovaciones interminables.

De la Isla, su presentación, el proyecto de hacer aquí un video clip que ya se materializa y la fe que la mueve conversó con los representantes de los medios de difusión en varios momentos.

“He estado soñando venir acá por bastante tiempo. No tenía certeza de cuándo iba a ser, pero sabía que sucedería. Este es un lugar especial y nosotros estamos aquí, quizás gracias a Dios para recibir un poquito de luz. Hay una canción: Como en la lluvia, que desde que la canté sentí en mi corazón que ya existía un escenario, un lugar para convertirla en imagen: la Isla y lo haremos con la ayuda acá del equipo Croma, liderado por Maykel Jorge Pascual”.

Ivette al ofrecer declaraciones luego de cantar, caracterizó al pinero, como de los mejores públicos: “Esta presentación desde ya la guardo en el corazón. No me cansaré de decirlo, hay que vivirlo, hay que venir a la Isla; aquí hay Cultura y arte. El público me ha dado una inyección de vida. Es fino, culto, especial y sensible; animado y respetuoso. Me ha hecho vibrar, puesto que no ha sido una noche de moverme a través de las cuerdas del oficio, sino a través de las cuerdas de la entrega incondicional”.

Desde el amor y la fe, como bien expresara, fue su encuentro con el pueblo en el Caribe donde interpretó: “Temas que sencillamente me han tocado el corazón, me han levantado y ayudado, y hay algunas canciones que no tengo incluidas en ningún disco, pero que son necesarias para este tiempo, como una medicina para el alma. “Todos buscamos o pedimos tiempos mejores y nosotros cantamos temas que nos hagan sensibles al crecimiento; tenemos que crecer y ser mejores para esos tiempos y encontrar fuerzas.

“Ha sido fuerte la batalla de estos más de 60 años y hay que seguir con cierta dosis de alegría y compromiso. Quiero sumarme a la palabra pueblo, a la palabra gente, país, personas. No me siento esa artista, esa diva que no es posible alcanzar, todo lo contrario y por eso estoy aquí, porque así me siento entre ustedes”.

Lo sucedido en el Caribe y con la prensa fue una clase magistral de quien fuera pedagoga. El mensaje, el mismo, de amor, paz y cariño.

“Sé que hay una población deseando bailar, sudar, liberar energías y cuando te levantas al otro día por la mañana, quizás te duele un poquito el esqueleto, pero tu vida espiritual sigue igual y necesitamos espiritualmente escalar mejores posiciones. Considero que nos quejamos mucho y no creo que nos falten motivos, pero buscamos en la dirección errada. Tenemos que trabajar más con nosotros mismos, soy cristiana y ya es tiempo de empezar a ser diferentes y sostenernos, ayudarnos y abrazarnos unos a otros.

“Ni sirve la queja, ni la amenaza, sirve la comunicación en base al amor. No me canso de reiterarle al público que el amor no es para quien lo merece, sino para quien lo necesita; hay personas que tienen un hueco enorme en el alma, esas están necesitadas y en vez de desplazarlas hay que darles, incorporarlas.

“En estos tiempos tenemos que pensar que los esfuerzos de todos cuentan, todos valen. Son tiempos de sumar, no de restar, ni dividir.

“Se trata de eso también, de que soltemos un poco lo amargo, la ira y estemos dispuestos a seguir enseñando, dando, prodigando, porque al final eso es lo único bueno de valor en la vida y ese es otro mensaje, todo lo material pasa, con nada venimos y con nada nos vamos, con qué nos quedamos, con lo que fuimos capaces de dar y nuestro trabajo es dar. Solo el amor sostiene, levanta”.

Otros artículos del autor:

Cultura Isla de la Juventud
Yojamna Sánchez Ponce de León
Yojamna Sánchez Ponce de León

Licenciada en Literatura y Español en la universidad Carlos Manuel de Céspedes, Isla de la Juventud. Diplomada en Periodismo

Colaboradores:

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *