Como si no fuera suficiente el dolor

Foto: Tomada de Internet

Tocan a la puerta y abro: ¿Es usted Karelia? El jueves deben sacar los restos de la fallecida Hilda Jáuriga, debes llevar una cajita con estas medidas (56 centímetros de largo y 26 de ancho y alto); además de un pañito, alcohol, talco y colonia.

Esa noticia recibida así, de súbito, no lo esperaba aunque estaba consciente de que podía llegar en cualquier momento, pues hace más de tres años del fallecimiento de mi querida abuela, esa que todavía me sabe a café claro en una jícara, a un plato de harina bien tierna o a esa agua fresca del río Agabama en el Escambray espirituano.

No me canso de preguntarme ¿por qué el ser humano debe pasar por tanto dolor?, ¿por qué removerlo de esa manera cuando ya uno se resignó a la pérdida?, ¿por qué la exhumación si muchas culturas en el mundo lo consideran un sacrilegio? En otras se asocia, no precisamente a la investigación de un caso o la evolución de la especie humana por parte de los arqueólogos, sino a la capacidad limitada de los cementerios.

Y el de Nueva Gerona tiene ese problema. Antes, dada a la escasa población, quedaba a las afueras de la ciudad, pero esta creció, se desarrolló; hoy se habla de más de 80 000 habitantes y 28 000 viviendas.

El cementerio ahora le queda pequeño a Nueva Gerona. Foto: Karelia Álvarez Rosell

El cementerio ahora le queda pequeño a Nueva Gerona, pero sus actuales condiciones y todo cuanto provoca su restringida capacidad bien pudieran ser sustancioso contenido para otros trabajos periodísticos porque ha creado un problema de insalubridad muy dilatado en el tiempo.

La preocupación en la cual quiero detenerme es en cómo resolver una cajita para guardar los restos de mi abuela y, por si fuera poco, en tan solo seis días. Comparto la inquietud porque sé que la han tenido no pocas familias cuando le llega la noticia de la exhumación de algún pariente.

“Llégate por el Aserrío o la Empresa de Industrias Locales, a lo mejor en esos lugares la pueden hacer”, fueron algunas de las recomendaciones; mientras mi angustia se acrecentaba al experimentar una mezcla de sentimientos.

En un primer momento el taller de carpintería de Industrias Locales carecía de materiales para la fabricación. Los días se acortaban y aun no tenía respuesta. Pensé hasta en acudir a la administración del camposanto para explicar la situación, al unísono me preguntaba si las familias de los cuatro fallecidos a exhumar en esa bóveda presentábamos la misma problemática.

Luego, al ver las cajitas que cada cual llevó, pude constatar los contratiempos porque las armaron con lo que apareció o tuvieron a su alcance.

No pretendo agobiarlos con las infructuosas gestiones, al final con un poco de recortería que quedaba en el taller de carpintería de Industrias Locales hicieron la cajita para que los restos de mi abuelita ¿pudieran descansar en paz? Y lo escribo con interrogante porque dudo que con el hacinamiento que existe en el osario, lugar donde las guardan, pueda lograrlo.

Este asunto requiere de máxima prioridad por su extrema sensibilidad. El descanso eterno de los difuntos merece miradas más nobles, sin tantos agobios. Como si no fuera suficiente el dolor por la pérdida de un ser querido como para crearles además la incertidumbre de no acceder a una caja donde guardar sus restos.

Cementerio de Nueva Gerona. Foto: Archivo

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Isla de la Juventud
Karelia Álvarez Rosell
Karelia Álvarez Rosell

Licenciada en Defectología en la Universidad Carlos Manuel de Céspedes, Isla de la Juventud. Diplomada en Periodismo con más de 30 años en la profesión.

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4 Replies to “Como si no fuera suficiente el dolor

  1. Le felicito por su comentario y por publicar mi personal criterio. Con relacion a su comentario de 11:07 am, pues pienso que: “TENEMOS, por lo general, que ser enterrados o incinerados”, no hay de otra. Para ello, tener acceso al mas modesto y simple servicio.
    Gracias KARELIA.

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