¿Comentar por comentar?

Si en un ejercicio somos buenos los cubanos es en el de comentar. Mire, no solo se nos da bien porque nos distingue el ser habladores, sociables…, también pecamos de creer que sabemos de todo y que siempre tenemos la razón.

Redacción digital

Tiempos muy duros vive nuestra nación, jornadas en que, incluso, para muchos se pone a prueba su integridad y si algo hacemos en la cotidianidad, es comentar para bien o para mal. Se comenta acerca de todo, y cuando digo todo es desde los temas habituales que nos ocupan como la inflación, la escasez, los negocios abusadores, los hijos, lo que vive el mundo y lo que más golpee en ese momento, por ejemplo, por estos días ya la Empresa Eléctrica está dejando de ser asunto para comentar a raíz de la calidad y premura con que ha trabajado su colectivo en función de realizar las acciones capitales y mantenimientos que le urgía a la tecnología y por lo tanto casi culminar con los molestos apagones.

Pero vamos al centro de este trabajo, ¿comentar por comentar? Es cierto que ofrecer el criterio propio es un derecho y no está mal, se deben respetar todas las opiniones, lo que sí está mal, es lo que se suscita ya sea en una cola, la esquina o las redes sociales. Está quien llega y lanza la bomba de una problemática cualquiera; los presentes opinan, unos ahondan en lo que creen la raíz del asunto, otros se quejan y lamentan, pero no falta el que aviva al que parece estar a punto de estallar, quien miente o pone de más, solo para incomodar y crear malestar.

En ese sentido, usted, quien lee este trabajo, me dará la razón y más si pertenece a algún grupo, sea de lo que sea, en WhatsApp. La mayoría de ellos al igual que en Facebook, en la actualidad se presentan para los cibernautas como plazas donde no solo se comenta con el fin de socializar y ofrecer opiniones, sino donde pululan los ataques personales y a instituciones, las críticas hirientes, la difamación y el odio, convirtiéndose cada comentario en caldo de cultivo para la burla, desinformación, las fake news y el caos.

Poco podemos hacer en el caso de las redes sociales con su falta de regulación efectiva, allí toca a las plataformas la implementación de políticas y herramientas para moderar el contenido y desalentar los comportamientos negativos, más si trasciende al entorno físico.

Está siendo bien difícil para todos, de eso no hay dudas, por lo que no permitamos que nos contaminen y molesten con tales opiniones. Que no mellen nuestros valores haciéndonos eco de criterios infundados o de aquellos que sabemos que, por su contenido, aunque sea cierto, levantarán ronchas, provocarán desánimo y preocupación.

Creemos y fomentemos ambientes más positivos donde comentemos para bien y digamos lo que pensamos sin ponerle el dolor y el disgusto. Hagamos las conversaciones placenteras en cualquier escenario; que nuestras expresiones sean de manera respetuosa y constructiva poniendo las palabras de fe y confianza. Edifiquemos y no maldigamos. Recordemos que lo que decimos  es lo que creemos en nuestros corazones y por lo tanto, lo que somos.

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Isla de la Juventud Opinión
Yojamna Sánchez Ponce de León
Yojamna Sánchez Ponce de León

Licenciada en Literatura y Español en la universidad Carlos Manuel de Céspedes, Isla de la Juventud. Diplomada en Periodismo

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